1. Las insuficientes bajas de maternidad y paternidad: España está en el furgón de cola de la Unión Europea. En las bajas por maternidad ocupamos el penúltimo escalón. Las 16 semanas de las que disfrutan las mujeres quedan muy lejos, por ejemplo, de las más de 77 que disfrutan en Suecia o de las 52 del Reino Unido. Algo similar pasa en los permisos por paternidad, aunque veréis que en este caso, muchos países rebajan el sueldo de los hombres mientras estos disfrutan del permiso. Aún así, ya quisiera yo haber cobrado el 75% de mi nómina y haber disfrutado de casi 13 semanas de permiso, como sucede en Islandia. Veréis que en el caso de los hombres, hay menos datos que en el de las mujeres. No me ha sido posible encontrar más.
2. La nula inversión y ayuda estatal a las familias: España, con una inversión del 1,4% del PIB en familia, no sólo está lejos de las grandes potencias europeas en este aspecto (Dinamarca -4,1%-, Luxemburgo -3,6%- o Irlanda -3,4%-), sino que además está todavía a años luz de la media europea, fijada en el 2,2%. Esto se refleja en las prestaciones por hijo a cargo. En 2014, para una familia normal de dos hijos, Luxemburgo ofrece a sus ciudadanos unas prestaciones por hijo a cargo de 286â?¬/mes y Alemania de 184. Por poner dos ejemplos. ¿Sabéis a qué cantidad ascienden las prestaciones en España? ¡A 24â?¬/mes por hijo a cargo!
3. La imposibilidad de conciliar familia y trabajo: Hay distintas variables que ponen en relieve que España aún tiene mucho por hacer en este aspecto. Yo me he centrado en la flexibilidad horaria, ya que es sintomática de las facilidades o dificultades de los ciudadanos de un país para conciliar: El porcentaje de trabajos en España que tienen el horario totalmente definido por la empresa, es decir, el porcentaje de empleos sin flexibilidad horaria ninguna, asciende al 88,2%. Finlandia, que en este aspecto siempre es una referencia, está en un 44,8%. Hay poco más que añadir.
El resultado de todo esto son unas tasas de fecundación para ponerse a llorar (última infografía). Vaya por delante en que en 2012 (son los datos que he conseguido), ningún país europeo llegaba al nivel de reemplazo generacional (2,1%), pero aún así, las diferencias entre países como Irlanda o Francia (2,01%) y España (1,32%) son abismales. Dicho todo esto, os dejo con la infografía, donde podréis ver lo que os acabo de contar de forma mucho más gráfica. No me queda más que añadir, copiando de nuevo a Ana Pastor, una coletilla: “Estos son los datos, suyas son las conclusiones”.
Las infografías, por cierto, son obra de marujismo.com ¡Qué talento tiene la mamá jefa!