El bebé trasmite sus necesidades, a través de un complicado mecanismo de proteínas, sus aversiones y sus gustos. En el vientre materno ya identifica la voz de sus padres y el tono en que hablan, respondiendo con movimientos de su cuerpo.
Cuando el niño nace, no sólo deja el contacto cálido con el entorno que le proporcionaba su madre, sino que ha perdido la forma de trasmitirle sus necesidades. La única manera que tiene de comunicarse es a través de sonidos balbuceantes y sobretodo con el llanto.
El bebé llorará buscando manifestar incomodidad, carencias de algún tipo, como hambre o sueño, malestar físico o cambios repentinos en el ambiente, entre otros.
Las madres que tienen varios hijos responden con mayor facilidad ante el llanto de un bebé, pero para las madres primerizas puede ser un grado más de tensión agregado al estrés postparto. A continuación detallaremos algunas respuestas a las preguntas más buscadas por qué mi bebé llora y cómo calmarle.
Causas del llanto en los bebés
Agotamiento
En un hogar, cuando llega un bebé, generalmente es el centro de atención, las personas llevan regalos para conocerle, felicitar a los padres y los niños mayores están curiosos por tocarle y llamar su atención. Teniendo en cuenta que vienen de un sitio donde estaban relativamente aislados de contacto físico, la sobrecarga sensitiva puede abrumarles.
Hay que recordar que un recién nacido duerme alrededor de 18 horas diarias y la actividad extra les agota y fatiga, son observables síntomas físicos como enrojecimiento de los ojos, se los frotan con las manos y bostezan. Conviene entones preparar el arsenal de herramientas para dormirle y llevarle a su cuna, acurrucarle en los brazos o acunarlo, darle el pecho( consejos para dar el pecho) o cantarle con voz suave, hacen que el bebé se duerma más fácilmente.
Dolor
Un bebé puede sentir dolor por varias causas, pero el mismo llanto puede identificar si es algo repentino o, por el contrario, si tiene un dolor constante. Será intenso e inmediato por un imprevisto, o prolongado durante el tiempo cuando la causa es persistente. El dolor puede ser provocado por:
Dolor en el estomago
Los niños que presentan dolor de estómago, estarán inquietos elevando las piernas al abdomen y estirándolas de forma repentina, acompañado de llanto y endurecimiento de la región abdominal.
Pueden ser diversas las causas que provocan este síntoma, desde infecciones en los oídos, en la garganta, dolor por reflujo gastroesofágico o alergias alimenticias, hasta complicaciones más severas. Se debe acudir al médico para que descarte que el llanto del bebé no es debido a una obstrucción intestinal o envenenamiento.
Para aliviar los síntomas, se puede acostar al bebé boca arriba realizando un suave masaje en el abdomen para mejorar la circulación y que libere los gases acumulados, también se puede colocar de manera vertical sosteniéndolo en brazos para ayudarlo a eructar. También exponerle al aire libre puede calmarle y disipar el dolor.
Picaduras
Los insectos, como hormigas, abejas y avispas, están dotados de mandíbulas y aguijones que pueden causar heridas en la sensible piel de un bebé, ante lo cual responderá con un llanto repentino manifestando el dolor.
Lo recomendable es lavar la piel con agua y jabón, si aún tiene el aguijón hay que retirarlo, preferiblemente usando pinzas, para que el veneno no se derrame en la piel.
Se puede aplicar aceite de eucalipto para aliviar los síntomas de picazón y enrojecimiento. Se debe evitar, en la medida de lo posible, que los mosquitos e insectos piquen a los bebés, para ello, sobretodo en verano, se pueden poner mosquiteras en las ventanas y alrededor de la cuna del bebé.
Hora de un cambio de pañal
Hay que asegurarse que el bebé no llore porque tenga el pañal sucio, en los primeros meses de vida, casi inmediatamente después de comer, hacen sus necesidades ya que se encuentran relajados.
Si se deja mucho tiempo el pañal sucio en contacto con la piel, les puede producir enrojecimiento e irritación. Hay que cambiar el pañal asiduamente y limpiar correctamente toda la zona, incluidos los pliegues en las piernas, bien con agua fresca y jabón o con toallitas específicas para bebés.
Para aliviar las irritaciones en la piel, se recomienda usar crema específicas para bebés y dejar airear la zona unos minutos, para que se seque correctamente, antes de poner otro pañal nuevamente.
Temor
Los bebés se impresionan fácilmente con los estímulos exteriores, un sonido fuerte, movimientos bruscos, como alzarlo muy alto de forma inesperada, pueden desencadenar un llanto histérico y estrepitoso; pero las palabras suaves, el abrazo materno y el trato con cariño, disipan rápidamente sus temores y vuelven a su estado de confort.
Rabietas
Los bebés en cuanto van creciendo y siendo más mayores, a partir de los 7 ó 8 meses, muestran más su carácter. Aveces los excesivos mimos y consentirles todo, puede desencadenar que ese carácter se agravie y que estallen en rebeldía, pidiendo todo que quieren con gritos y llantos, agitando las piernas fuertemente e incluso tirar lo que tienen en sus manos.
Para aliviar estas rabietas hay que tratar de mantener la calma, hablando tranquilamente con el bebé para que se le pase.
Calor o Frío
Si el bebé tiene frío o calor lo manifestará con el llanto. Para evitarlo hay que mantener una temperatura óptima en casa en torno a los 22º 24º durante el día. Por la noche no se deben superar los 22º en la habitación donde duerme el bebé, para evitar riesgos como la muerte súbita, que se relacionan con un calor excesivo. Hay que recordar que las defensas son aún bajas y pueden resfriarse o deshidratarse fácilmente.
Para saber si el bebé tiene frío o calor en exceso, hay que fijarse en sus mejillas, orejas o en su cuello, ya que las extremidades como las manos o pies, pueden estar fríos debido a la circulación del bebé, que al no estar aún madura hace que no llegue bien a las extremidades y tener manos y pies fríos, sin significar que tenga frío.
Como norma general, se recomienda tener al bebé con una capa más de ropa que los adultos.
Incomodidad
Algunas veces el llanto se produce porque están incómodos en un momento puntual. Por ejemplo, si llora en el momento del baño, puede indicar que la temperatura del agua no está bien, que está fría o muy caliente, lo mismo sucede con la temperatura del biberón, también puede ser un “me aprieta el pañal mamá”, o tal vez la ropa está áspera, hay que tratar de identificar estas señales de llanto y tratar de solucionarlas.
Ataques de hambre
Hay que alimentar al bebé a demanda, tanto si se le da el pecho como si toma biberón (mejores biberores para bebés). Por lo que aunque haya pasado poco tiempo desde la última toma, puede tener de nuevo hambre. En la lactancia materna, es imposible saber cuánto come el bebé en cada toma, por lo que no hay que tratar de hacer horarios.
No hay que darle agua al bebé si es menor de 6 meses, ya que el agua no tiene nutrientes y lo único que se consigue es que el estómago se llene y no se alimente correctamente.
Cólicos
Si el bebé no llora por ninguna otra causa evidente, y además estos ataques de llanto incontrolable se presentan generalmente por la noche y se van repitiendo día tras día, puede estar sufriendo los temibles cólicos.
Estos se presentan como contracciones abdominales dolorosas. Se desconoce su origen, pero está relacionado con la acumulación de gases a nivel intestinal y en otras ocasiones son atribuibles al propio temperamento del niño, que no se calma fácilmente.
Se recomienda la aplicación suave de masaje en sentido de las agujas del reloj sobre el abdomen, mejor siempre acompañado con algún aceite especial para bebés.
Puedes ampliar la información en el artículo cólico del lactante.
Accede para ver el artículo completo ---> ¿Por qué llora mi bebé y cómo calmarle? o la portada de Mamibicho.