Hoy me he levantado sintiéndome culpable.
Ayer mi hijo pequeño comenzó a jugar con una jarra llena de agua y la derramó por toda la cocina. Cuando quise darme cuenta había provocado una “mini inundación” que provocó la ira en mi. Al ver la escena no supe controlarme y comencé a gritarle como si no hubiera mañana.
Esa regañina hizo que el niño se hiciera pis encima. Después de ver la consecuencia de ello me sentí fatal.
Al rato sonó el teléfono. Era una amiga de toda la vida que practica la meditación y el Mindfulness con sus hijos. Es la típica que hace todo bien y que enseña a sus hijos un mundo “happy” y sin ataduras. Cuando comencé a contarle lo que había sucedido hacía un momento con el pequeño se puso en plan madre y me echó una regañina que me hizo sentir todavía peor.
Muchas veces me planteo si hago algo bien como madre. Mi ilusión por criar a mis hijos de la forma que a mi me gustaría se va desvaneciendo porque siempre hay alguien que prejuzga cómo lo estoy haciendo:
LA AMIGA ZEN
Por un lado tengo a esta amiga, que al final voy a tener que dejar de hablar con ella porque presiento que no voy a acabar bien. Desde que ha decidido llevar el camino ZEN no congenio con ella. Ha decidido radicalizar todas sus posturas en torno a la maternidad: Cuando tuve a mi primera hija me costó bastante darle el pecho; estaba desesperada y agobiada y su única respuesta cada vez que hablaba del tema era que todas las mujeres eramos capaces y que iba a cometer un crimen si no le daba leche materna.
Otra bronca la tuvimos cuando comencé a darle purés. Cómo comencé a trabajar a veces “tiraba de potitos” porque no tenía tiempo para preparar todos los días la comida. Cuando me vio con uno en la mano se volvió loca. Poco más me hizo creer que estaba envenenando a la niña.
Y ya la última es la práctica de la relajación con los niños. Ella la practica con los suyos en un centro de yoga. Dice que quiere enseñar a los suyos a llevar una vida más feliz y relajada. Esto me genera bastante ansiedad porque termino por creer que no hago nada bien.
LA MADRE PROTECCIONISTA
El tener una madre demasiado proteccionista no me ha ayudado mucho en reafirmar que mi labor en el mundo maternal la estaba realizando bien. Es cierto que, cuando tienes un niño dejas de hacer muchas cosas en tu vida, pero yo quería seguir teniendo mi parcela de intimidad intacta.
Quería seguir teniendo algunos momentos para quedar con mis amigas, ir al gimnasio o tener un momento de vez en cuando para ir de compras. Pero una vez que tuve a la niña parece que mi mundo tenía que girar en torno a la maternidad.
Es cierto que hay madres que dedican las veinticuatro horas a sus hijos y me parece muy bien. Pero yo también quería un tiempo para mí. Cada vez que hacía un intento de quedar por la noche, de ir a comprar algo que no fuese la comida del super o ir a hacer un poco de deporte a ojos de mi madre era como si estuviese cometiendo un crimen.
Para ella todo el mundo hace las cosas bien y educa a sus hijos de la forma correcta. Pero para mí son todo críticas sobre el cuidado de los niños.
Su postura ante la maternidad significa que debes ser “esclava” de tus hijos y estar por y para ellos todo el tiempo. Y si no ya estás siendo juzgada como una mala madre.
Estoy completamente de acuerdo con que la maternidad es una decisión por opción no por obligación pero ¿Hay que sacrificar toda nuestra vida por estar dia y noche al cuidado de nuestros hijos?
LOS P@DRES DEL COLE Y LOS GRUPOS DE WHATSAPP
La tecnología ha hecho milagros pero también ha hecho desastres en la autoestima paternal. En los últimos años los grupos de Whatsapp entre los padres del cole se han multiplicado potenciando una competitividad insana entre padres e hijos.
En los grupos podemos ver a los PADRES AGENDA, más preocupados por la agenda de sus hijos que por la suya propia, LOS PADRES DIEZ cuyos hijos también son los número uno en todo o los PADRES CRÍTICOS, a los que nada les parece bien excepto sus opiniones. Afortunadamente también hay PADRES NORMALES, que usan el grupo únicamente para cosas importantes (que es para lo que originariamente se crean estos grupos).
Hay días en los que se te ha dado todo mal y cuando llegas a casa y lees alguno de los whatsapp de estos grupos es para entrar en depresión permanente….
MADRES Y PADRES CON SUPERPODERES
Siempre me he preguntado como hay padres y madres que pueden con todo. Trabajan en jornadas interminables, llevan a sus hijos a actividades extraescolares, les ayudan a hacer los deberes y además tienen tiempo para jugar con ellos, cocinar con ellos y hacer cientos de cosas a lo largo del día.
Cuando veo lo que hacen me siento “una lerda”, vamos, que los días tendrían que tener 48 horas para que me diese tiempo a hacer todo lo que hacen ellos.
También los descuidos han sido parte de mi. Un día me llamaron del cole y me dijeron que no había ido a recoger a la niña. Una confusión hizo que la niña se quedase en la portería del cole. En otra ocasión la niña tenía que llevar un disfraz al cole y apareció con él una semana después…
Son pequeñas cosas que van minando la autoestima de una y que, terminan por hacer que parezca que mi papel como madre es un desastre.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y REDES SOCIALES
“Si eres influencer y tienes niños eres guay”. Esta es la conclusión a la que he llegado después de ver que las madres famosas son las que tienen el poder mediático.
Ver a una Paula Echevarria o Elsa Pataky (alucinada todavía estoy con ese cuerpazo que tiene y con tres hijos) alternando perfectamente sus compromisos laborales con su vida familiar no son plato de buen gusto para una “madre normal como yo”, que ha perdido su figura después de dar a luz , que está desquiciada porque no consigue que ningún día sea tranquilo y que es cuestionada por ser eso, una madre normal.
Pero cada vez que oigo decir a mis hijos que soy la mejor mamá del mundo todos esos prejuicios se me olvidan y disfruto de cada momento con ellos porque como dice la sabiduría popular “Los niños y los viejos siempre dicen la verdad”.
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