¿Recuerdas que la semana pasada asistimos a la III Feria pequerrechos Vilagarcía? Pues bien, al final del día, de esa feria salí con dos post para este blog, la reseña del evento, y este que te cuento hoy de una experiencia personal que cada vez me pasa más a menudo con mis peques y me muerde un poco el corazón.
La sociedad en la que vivimos parece no querer avanzar, y lo podemos comprobar hasta con actitudes en los niños ¡Por favor!, ¿Qué estamos criando?.
Lo peor es que, ciertamente, los niños aprenden imitando lo que ven en casa y viendo a muchos padres, creo que poco podemos hacer.
El asunto es que ese día esperando en la cola del pintacaras se acercaron unas niñas, 4 para ser más exacta, y creo que entre ellas eran familia, tendrían unos 4/5 años y estaban con sus respectivas madres detrás. Madres que escuchaban perfectamente todo lo que sus niñas hablaban.
Estaba Sergio empezando a maquillarse de Spiderman, carita que él solo escogió, y luego le tocaba el turno a Sebas. Entre ellos empezaron a hablar de lo que se iban a pintar, viendo los modelos que tenían en la mesa y una de ellas (me pareció la mayor), en un momento determinado dice que las niñas se pueden pintar de lo que quieran, "cosas de chicos" o "cosas de chicas", pero que los niños no, los niños solo con "cosas de chicos". Me conocéis y sabéis que en ese momento yo ya me estaba mordiendo la lengua, pero pacientemente esperé a ver si su madre la corregía como correspondía, pero para mi sorpresa no solo no lo hizo, es que además le celebró lo dicho con unas risitas.
A todo esto, mi hijo (Sebas) le dice que no; que los chicos se pueden pintar de lo que quieran también, y la niña le replica que no, que ellos solo con "cosas de chicos", fue en ese momento cuando decidí entrar en acción. Entré porque noté en la cara de mi hijo desaprobacion y
además necesidad de que yo lo apoyase y saber que él estaba en lo cierto. Solo le dije que Sebas tenía razón, que todos podíamos pintarnos de lo que quisieramos, porque todos podemos ser lo que queramos ser. La pobre niña alucinaba porque no entendía nada, y las madres detrás ya no reían, pero tampoco hicieron algo para explicárselo.
Pero lo que ocurrió después de ese momento fue lo mejor. Cuando le tocó el turno a Sebas escogió una mariposa rosa con purpurina roja, ¿Os imagináis la cara de las niñas? Y la de las madres al ver que yo lo apoyaba ¿No?
En ese momento, otra de las niñas súper sorprendida por su elección le espeta que no puede pintarse una mariposa en la cara porque es un niño, yo lo tome por los hombros, lo ayudé a sentarse y le dije que era su turno, y el volvió a repetir que quería ser una mariposa rosa con purpurina roja y se sentó todo contento y decidido.
Mi niño terminó feliz con su preciosa mariposa rosa en la cara, el jersey lleno de purpurina roja y ellas con la cara de susto y de asombro a la vez, exactamente igual que la de sus madres.
Ahora bien, cuando ocurren estas cosas te preguntas: ¿A dónde vamos con estas actitudes? Yo a mis hijos jamás le he dicho que algo es de niña o de niño. Yo crío a mis hijos en igualdad, por lo tanto no puedo separar por colores, por juegos o por tonterías de estas. Si me ven pintarme las uñas por ejemplo, a veces me lo piden, y yo lo hago, porque si le digo que no, ¿Qué es lo siguiente? ¿Decirle que eso es de chicas? ¿Por qué?
Siempre digo lo mismo; yo no estoy criando tres hombres, estoy criando PERSONAS, y lo único que quiero para mis hijos es que sean buenos y sobretodo felices, y me da igual que esa felicidad venga con una mariposa rosa de purpurina roja en la cara, con sus uñas pintadas, jugando con muñecas, coches o pelotas.
Porque lo único que quiero es que dejemos de juzgar a quien es diferente. Porque solo con educación vamos a cambiar estereotipos absurdos que no nos llevan a nada, porque lejos de avanzar en estos temas vamos hacia atrás. Porque nos estamos preocupando mucho de que nuestros niños aprendan pronto a leer, escribir, sumar y restar, hablar inglés, y todas estas cosas, pero nos olvidamos de enseñarle a ser verdaderas personas, felices, libres y sobretodo sin prejuicios.
Por que ese día fue por una mariposa rosa, pero otros días ha sido su pelo largo, una muñeca y mil chorradas más. Este no es el primer post en el que hablo de esto, Juguetes o sociedad sexista fue uno de mis primeros desahogos con este tema.
Lo único cierto es que como yo solo puedo educar a los míos, a veces también me desahogo por aquí buscando otras personas que piensen igual y creer que no todo está perdido.
Y pensar que todo esto empezó por una mariposa rosa con purpurina...
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