El inicio de la guardería es una experiencia positiva para los niños a muchos niveles: socialización, autonomía, diversión y aprendizaje… pero la parte negativa es la tendencia a las infecciones debido al contacto con otros niños. A pesar de las normas de higiene que tienen todos los centros infantiles, es casi imposible evitar la exposición a bacterias, virus o parásitos, responsables de las enfermedades más comunes dentro del nuevo espacio cotidiano y causantes del 35% del absentismo escolar.
¿Por qué se enferman?
No es solo nuestro hijo, sino “Todos” los niños tienen infecciones por virus los primeros años de su vida. Esto es debido a que los niños tienen el sistema inmunológico inmaduro ante los virus, cuando el sistema inmunológico ya produce suficientes defensas para combatir los diferentes virus que existe, ya están protegidos y no se contagian tan fácilmente. Por eso, los primeros años de escolarización están más en casa que en la guardería.
Aun así, hay que tener en cuenta el sistema inmunológico de cada niño o niña, porque cada uno es diferente e incluso pueden decir que hay otros que rara vez se enferman.
Las temidas ‘ITIS’
las infecciones más contagiosas en esta primera infancia son, a menudo, bastante desconocidas. Es el caso de aquellas que cursan con fiebre y se acompañan de una erupción en la piel, como el herpesvirus tipo 6, el parvovirus B19 y varios enterovirus.
Las infecciones se pueden clasificar como:
Infecciones gastrointestinales: Los contagios más comunes son el rotavirus, gastritis, diferentes virus gastrointestinales que provocan vómitos y diarreas, gusanos o lambliosi (o parasitosis intestinal).
Infecciones que afectan la piel: Son muchas las infecciones de piel entre ellas están el sarampión, la escarlatina, la rubéola, la varicela, un boca-mano-pie, acrodermatitis, conjuntivitis, infecciones en la boca, el impétigo.
Afecciones respiratorias: las más comunes son los resfriados comunes, gripe, la amigdalitis, la bronquitis, otitis, laringitis.
¿Cómo prevenir las infecciones?
Por mucho que en la escuela tengan “cuidado con la higiene” y vigilen que “el material siempre esté limpio y no vaya de una boca a la otra” es una etapa que los mocos, la saliva, etc., fluyen a diario. ¿Podemos prevenir las infecciones? La verdad es que si, para minimizar riesgos hay ciertas recomendaciones, como:
La lactancia materna: es el mejor alimento para el lactante, tanto por su composición nutricional como por su capacidad inmunológica. Al tomar la leche materna el bebé recibe anticuerpos de su madre que, a modo de vacuna natural, protegen al niño de infecciones.
Vacunación: es la mejor manera de prevenir ciertas enfermedades. Son recomendables todas las vacunas que aconseja la AEPED (Asociación Española de Pediatría). La vacunación es imprescindible para lograr la prevención de algunas infecciones contagiosas como rotavirus, varicela, sarampión, hepatitis A, hepatitis B, polio, meningitis, difteria, tétano y tos ferina, entre otras. También es fundamental que el personal de las guarderías esté vacunado, porque a los adultos se les olvida repetir o completar las dosis de vacunación y se convierten en transmisores de las enfermedades. Todo el personal que trabaja en la guardería debe vacunarse anualmente de la gripe.
Descanso y alimentación suficiente: un niño que no descansa lo suficiente y al que no se le ofrece una dieta equilibrada será más propenso a coger infecciones y, además, éstas tardarán más en curar.
Respetar el periodo de convalecencia tras una enfermedad: no podemos pretender llevar a los niños enfermos o no del todo recuperados a la guardería. Durante una infección el sistema inmune se puede debilitar y, por lo tanto, deja al organismo más vulnerable de cara a coger otra infección. Los niños tienen derecho a estar enfermos: tratarse, curarse y recuperarse en su casa, no en la guardería. Además, un niño enfermo se convierte en un foco de contagio para el resto de compañeros de clase.
El lavado de manos y la higiene: la manera más fácil de prevenir consiste en lavarse las manos constantemente con agua y jabón. Desde pequeños, también se deben enseñar a los niños reglas básicas de higiene. Asimismo, es importante que el personal de limpieza mantenga en buenas condiciones los baños y las áreas comunes porque éstos son otro vehículo importante para transmitir enfermedades.
CUANDO NO LLEVAR AL NIÑO A LA GUARDERIA
Cuando en la escuela o en algún grupo aparece algún virus es importante que se actúe rápidamente y con firmeza. Los niños y niñas que estén enfermos deberán quedarse en casa hasta que se recuperen para evitar que otros compañeros se contagien. Es recomendable no llevar a nuestro hijo a la guardería en caso de…
Fiebre
Irritabilidad
Llanto persistente
Bronquitis o bronquiolitis
Diarrea infecciosa
Vómitos las 24 horas previas
Úlceras en la boca
Erupción con fiebre
Conjuntivitis
Piojos
Tos ferina
Debemos de asumir que muchos de estos niños llegan con tan sólo cuatro meses y con un sistema inmunológico todavía inmaduro, por lo que se convierten en un imán para casi todos los virus, hecho que preocupa, y mucho, a todos los padres y madres. Debemos recordad que estos virus "no son ni beneficiosos ni perjudiciales, sino obligatorios". El sentido común al igual que la opinión del pediatra actuarán como el mejor baremo, para saber cuándo nuestro hijo puede volver a la guardería.