Hemos entrado en tiempo de elecciones y eso se nota en que los partidos políticos nos sorprenden cada día con alguna nueva promesa electoral que luego olvidarán si llegan al poder. Se nota tanto que estamos en un año con múltiples citas electorales a la vista que los partidos españoles hasta se preocupan por dos temas que entre elección y elección pasa a un tercer plano entre sus prioridades: la conciliación y las familias. De repente parece que se convierten en temas trascendentales para el futuro de nuestro país. Y, sin embargo, tan pronto pasan las elecciones, vuelven a depositarlos en el fondo del último cajón de sus despachos. Saben que son temas sociales que siempre pueden dar algún rédito si al final de la legislatura hay tiempo y queda presupuesto para aprobar alguna medida vistosa y vendible a los medios de comunicación. Luego puede que jamás la pongan en marcha, pero los políticos consiguen su objetivo a corto plazo: llamar la atención y arañar algunos votos fingiendo que cumplen una medida de su programa electoral. A estas alturas, sin embargo, ya no engañan a nadie.
Del partido en el gobierno, el Partido Popular de Mariano “el plasma” Rajoy, poco podemos esperar a estas alturas de la película. Es curioso que un partido que defiende el derecho a la vida por encima de cualquier cosa (incluso de malformaciones) y vela por la familia tradicional, muestre a la hora de la verdad tan poco interés por la familia. Parece ser que se les va la fuerza por la boca en proclamas y discursos vacíos. Antes del último debate del Estado de la Nación se rumoreó que el Gobierno, en clave electoralista, podría anunciar nuevas ayudas a las familias. Al final los rumores se quedaron a medio camino y las medidas anunciadas sólo afectaron a las familias monoparentales con al menos dos hijos a cargo. España, pues, seguirá estando a la cola de la Unión Europea en ayudas económicas por hijo a cargo. Actualmente estamos en 24â?¬/mes por hijo. Lejos, muy lejos, de los 216â?¬ de Luxemburgo, los 184â?¬ de Alemania, los 129 de Dinamarca o los 78 de Holanda. De medidas pro-conciliación ni hablamos. Teniendo en cuenta que Soraya Sáez de Santamaría, la vicepresidenta, estaba trabajando una semana después de dar a luz, parece evidente que este tema no entra entre sus planes.
Los partidos de la oposición, quizás por esa situación ajena a un poder que quieren conquistar (Podemos) o recuperar (PSOE), sí que están más activos en este sentido. No obstante, tengo la sensación de que cuando plantean medidas de conciliación familiar y laboral, confunden el concepto de igualdad en su ansia por llevarlo a un extremo que no beneficia a nadie. Y mucho menos a las familias a las que supuestamente pretenden ayudar. Podemos, por ejemplo, ha puesto su mirada en el modelo de los países nórdicos y habla de guarderías gratuitas que amplíen la educación infantil pública y gratuita a los bebés desde los cero años. También ha propuesto, vagamente y sin ahondar demasiado en ello, una prestación universal por hijo a cargo, una medida que, como habéis visto en el párrafo anterior, está bastante extendido por el norte de Europa.
Lo que me chirría, sin embargo, es una propuesta que comparten PSOE y Podemos, una promesa electoral donde creo que confunden para mal el concepto de igualdad. Ambos partidos políticos proponen aumentar el permiso de paternidad hasta las 16 semanas, como el de las mujeres, y hacerlo “obligatorio e intransferible” (esto último lo incluye la propuesta del PSOE). De ampliar el de la mujer ni hablamos, no sea que no tengamos igualdad. Yo, como hombre, estaría encantado de que mi permiso de paternidad fuese de 16 semanas. Es más, me pondría a pegar saltos como un loco si algún día aprueban la medida. Lo que me parece una aberración es que no se amplíe el permiso de maternidad hasta al menos los seis meses (si fuese de un año mejor), que es el tiempo mínimo de lactancia materna exclusiva que recomienda la OMS, y que esos permisos no puedan ser transferibles en función de las necesidades de cada familia. Es decir, si una familia decide darle el biberón al peque desde recién nacido y la mujer, que tiene un puesto muy importante, decide reincorporarse pronto al trabajo y que sea el marido el que cuide del retoño, lo suyo sería que pudiesen jugar con los meses en función de su decisión. Y lo mismo al revés: Que el padre pudiese ceder a la madre parte de esas 16 semanas para que ésta pueda disfrutar más tiempo de una crianza y una lactancia tranquilas.
La igualdad y la conciliación, señores políticos y candidatos a gobernar este país en un futuro próximo, no pasa en este caso por que ambos padres disfruten de permisos idénticos en su duración. La igualdad y la conciliación pasan porque los padres del futuro tengan permisos de maternidad y paternidad amplios y porque estos puedan transferirse semanas o dividirse los permisos en función de las necesidades individuales de cada familia. Luego también podríamos hablar de ayudas económicas, de guarderías gratis, de horarios más racionales…pero ese ya sería otro tema que poco o nada tiene que ver con la conciliación. De momento, y antes de que sigáis con más propuestas en este sentido (todas son bienvenidas si mejoran la situación actual de las familias en este país) me conformaría con que no propusieseis medidas que desvirtúan el concepto de igualdad.
¿Qué opináis vosotr@s? ¿Creéis que es más justo que padres y madres tengan permisos iguales o, como yo, creéis que la igualdad en este caso no consiste en eso?