Como asesora de porteo ergonómico y mamá cangura digo que no, existen obras artísticas desde los egipcios donde se puede ver el uso de portabebés, de una madre trabajando y porteando a su bebé, así que creo que no es una moda, que realmente es la forma en que tenemos que criar a nuestros hijxs, con cercanía y contacto. Un portabebé puede ayudarnos a cubrir necesidades propias del bebé y de la mamá (y de la familia).
Desde la perspectiva de la lactancia materna y el postparto inmediato también lo recomiendo, permite tener al bebe tan cerca que podemos atenderle de forma inmediata, que no estamos diciendo con ello que poner al bebé en una cuna sea malo, no, no es malo, solo que puede ser que haya momentos en que el bebé lo que necesita es estar en brazos, posiblemente muchos momentos, ya que su naturaleza, nuestra naturaleza es así.
Aunque la especie humana ha evolucionado por necesidades de adaptación, por ejemplo, al emigrar a zonas más cálidas, el cuerpo fue prescindiendo del pelo corporal que nos protegía del frío y que además permitía a nuestras crías agarrarse cuando ya su desarrollo lo permitía. La pérdida de ese pelo no conllevaba cambio alguno en las necesidades de nuestras crías, que seguían y siguen necesitando alimentación frecuente, calor corporal, atención y protección ante los posibles peligros que podían acechar a una cría sola que no puede desplazarse por sí misma. Por lo tanto, se recurria a pieles y telas para llevar al bebé encima ante la falta de pelo.
¿Sabéis que el carrito de bebé tiene una antigüedad en torno a los 150 años? Teniendo en cuenta los miles de años que llevamos como especie, sobreviviendo y sacando adelante a nuestras crías, ¿cómo lo hacíamos hasta entonces? Peligros para los bebés han existido siempre, y nuestra naturaleza es proteger a nuestra cría, a nuestro bebé. Por lo tanto, dejarla sola no es demasiado eficaz para ese objetivo.
La vida actual nos lleva a retomar la rutina apenas pasados unos días desde que damos a luz, ya sea por parto vaginal o por cesárea, la “exigencia” es la misma, y no hablemos si ya tenemos hijxs mayores, la necesidad de tener brazos libres se nos hace imprescindible.
El bebé cuando nace (nosotros cuando nacimos también, que no se nos olvide que no venimos de un huevo) necesita protección, contacto y atención a las señales que muestra sobre sus necesidades (hambre, frío, calor, conocer el mundo). Esas necesidades estaban cubiertas 24 horas dentro del útero materno, la sensación de hambre, frío, hambre, sueñoes novedad para nosotros cuando nacemos, tenemos que adaptarnos como bebés a las nuevas sensaciones, si tiene frío, alguien tiene que taparle, si tiene hambre, la madre tiene que alimentarle. Es importante que sepamos que los bebés nacen con habilidades para comunicarse, habilidades que se van desarrollando. Un bebé nunca llora por nada, no llora por capricho. No sabe lo que es desear, solo necesitar. El lloro es su forma de comunicación.
Hemos salido adelante porque la Naturaleza nos ha dotado de capacidades y habiliades para ello. Entre ellas, una de las más importantes que influye directamente en la perpetuación de la especie (porque somos especie, somos mamíferos) es la lactancia materna y el cuidado y protección de nuestras crías.
¿En que se traduce todo esto? Nuestros bebés nacen inmaduros pero con las capacidades de alimentarse y de reclamar cuidado. El pecho de la madre está preparado para dar al bebé los nutrientes y defensas que su cuerpo necesita. Además de la repercusión que tiene a nivel neuronal y emocional. La lactancia materna lleva implícito el contacto, un contacto que también repercute en el desarrollo a todos los niveles del bebé, este se siente protegido, afectando directamente a la calidad de su sueño y descanso. Sus periodos de sueño suelen ser cortos por seguridad, necesitan estar con su figura de referencia, de protección., Así lo demuestran los estudios, John Mckenna es un referente en este campo.
De hecho, que el bebé reclame no estar solo es una señal de un correcto desarrollo, es señal de que el bebé es capaz de reclamar lo que necesita. No dárselo es enseñarle que sus necesidades no van a ser atendidas, lo cual influye en la forma en que el bebé en un futuro va a afrontar las relaciones sociales (amistad, relación de parejarelación con sus hijos).
Hay que prestar especial atención al vínculo, es un vínculo con reflejo en el desarrollo psicológico y físico del bebé. Es vital para nuestros bebés establecer el vínculo que les va a permitir tener un anclaje de seguridad y protección, alguien en quien confiar mientras duermen. Teniendo en cuenta que cuando nacemos no vemos más allá de 25 cm aproximadamente (curiosamente es la distancia que suele haber entre los ojos del bebé y los de la madre en la toma de pecho) y que el órgano que más información le traslada es su piel, ambos requieren de cercanía para saber que alguien cerca, decirle a un bebé “ya voy” de una habitación a otra, muy posiblemente no calme al bebé. Seguro, que si lo coges en brazos, se calma (salvo que esté enfermo y/o le duela algo).
Entonces, ¿por qué no facilitarnos la maternidad y la atención a nuestros bebés dándoles lo que necesitan para su desarrollo? No aseguramos que el llanto vaya a ser cero, ya que es su forma de comunicarse. Pero sí que es posible que consigamos calmarles más rápido y durante más tiempo. Además de que será un bebé que recibirá estimulación sensorial gracias a estar en constante movimiento mientras es porteado, escuchar distintas voces, sonidos, distintos olores que llegarán a él. Conforme vaya creciendo y sosteniendo la cabeza irá teniendo más curiosidad y mirará a todas partes, desde la misma perspectiva de mamá (si es ella la que portea). Digamos que el bombardeo de estímulos e información llega de una forma controlada (por ello, no se recomienda portear al bebé mirando al frente, el bebé se siente expuesto además de que la postura que le obliga a adoptar el portabebé yendo de frente es muy forzada y nada fisiológica para el bebé)
Los bebés, básicamente, con lo que hemos dicho, posiblemente, unos más que otros, al final se pasarán mucho tiempo en nuestros brazos, recurrir al porteo ergonómico puede ayudarnos.
¿Por qué ergonómico?
El cuerpo del bebé nace inmaduro, incluidas las caderas. Poned a vuestro bebé bocabajo en una cama, ¿en qué postura se queda? En la misma que tenía en el útero materno. Esa es la postura que hay que respetar. No podemos pasar a poner al bebé en posición vertical, ya que recaería el peso del bebé en genitales y caderas, sin estar ninguna de estas partes preparadas para soportar ese peso. Además de que obligamos a la espalda del bebé a adoptar una postura recta, sacándole de su espalda en forma de “c”, la cual, conforme vaya creciendo irá pasando a la doble lordosis, haciendo una “s”, como la de adulto. Mientras tanto, es primordial que el portabebé que utilicemos sea ajustable en todos los puntos para conseguir la postura fisiológica del bebé.
Además conseguiremos así que el bebé esté cómodo, sin peso, pegado a ti. Y si necesita algo, te enterarás enseguida.
No podemos olvidar la parte que tiene que ver con la persona que va a portear. El portabebé también debe adaptarse a ella, ya que cada uno tenemos una anatomía diferente. También hay que tener en cuenta que el bebé tiene que quedar pegado a nosotros, así, no recae el peso en nuestros hombros y no sentimos el peso por el ajuste total del portabebé
Por ello, es importante contar con asesoramiento profesional y formado en porteo ergonómico. No en todos los lugares donde venden portabebés cuentan con personal especializado, y no todos los portabebés que venden como ergonómicos lo son.
Hay gran oferta de portabebés en el mercado, por ello, no dejes de acudir a alguna tienda especializada o asesora de porteo. Ahora, gracias a internet, podemos acceder a talleres de introducción online para poder hacernos una idea de lo que nos puede interesar y e identificar lo que es un portabebé ergonómico.
Os animo a que os hagáis mamás y papás canguro, disfrutareis vosotrxs y vuestros bebés!!
Feliz Porteo!
Beatriz G. Fornell es Doula, Asesora de Porteo y Asesora de Lactancia
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