Sin embargo, estar hiperconectados puede tener alguna connotación que puede chocar con nuestro estado de ánimo, con nuestro comportamiento. Tener conocimiento continuo de qué hace todo el mundo puede ocasionar, en algún momento, tener la sensación de que “todo el mundo se lo pasa mejor que nosotros” o que “uno se está perdiendo algo”, o “porque no estoy ahí, en esa fiesta o en ese cumple”, o …
También puede ocurrir el caso contrario, “si estoy desconectado un rato me puedo estar perdiendo algo muy importante”.
Ese “miedo de perderse algo” o, en inglés, “Fear Of Missing Out” es lo que se conoce como FOMO, es el miedo a quedarse fuera de juego.
FOMO es una sensación, una angustia, una irritación, un malestar y puede convertirse en ansiedad. Todo porque no se está donde están “todos” en la red.
Tenemos que aprender a vivir conectados y a no depender de ello, a estar en las redes pero no estar enredados. Pero lo más importante, tenemos que saber transmitir esta nueva forma de comunicación a nuestros hijos, enseñándoles que las redes son geniales pero que no son todo en la vida.