Un hogar en paz y con una convivencia en armonía es el ideal de toda familia, por lo tanto, el trabajo de cómo evitar la violencia en casa viene con el ejemplo. Los pilares de la casa, mamá y papá, deben cuidar cómo es su interacción entre ellos y eso va desde las palabras que utilizan, los gestos, el tono de voz y todo el lenguaje corporal.
Introducción
Muchos padres dan por sentado que los niños no están atentos a sus acciones y que solo viven en un mundo de fantasía y no es así. Y luego, tal cual un espejo, los niños empiezan a emular acciones que ven en casa en primer lugar, y más adelante cuando comparten con otros niños en la escuela.
Se pelean, se arañan, hay gritos, llanto. Esa escena entre hermanos no es ajena a la realidad de muchos padres. Comienza esa rivalidad. No se quieren sentar juntos en la mesa, compartir la comida o los juguetes, respetar los espacios, todos quieren estar al lado de mamá o de papá al ver la tele y así una larga lista de ejemplos.
El sueño de todo padre es que sus hijos se lleven bien pero, ¿cómo lo consiguen?
Algunos motivos por los hermanos de pelean
“Hay muchos motivos por los que los hermanos se suelen llevar mal o pelear, pero en la base encontramos celos, envidia y rivalidad muchas veces fomentada y alimentada sin querer desde la misma familia”, comparte sobre el tema la psicóloga infantil, Sara Tarrés para www.psicologia-online.com.
Tarrés añade que: “sabemos bien que los celos son normales, universales e inevitables pero los padres tenemos la obligación de enseñar a nuestros hijos que debemos respetarnos los unos a los otros, compartir, colaborar, cooperar entre nosotros, y que ninguno es más que otro. Todo lo contrario: somos más y mejores juntos”.
Consejos para evitar las peleas
Averiguar por qué pelean: Escuche ambas versiones y tome cartas en el asunto. Deje que ellos argumenten su respuesta. Reúna pruebas. Cuando deba regañar haga saber al niño que la acción que realizó está mal y que por tanto, debe pedir disculpas al agredido y no volver a hacerlo.
Tómelo con calma: Evite actuar llevado por el sentimiento del momento. No agreda a los niños. Respire.
No tome partido: Sea justo. No se parcialice. Debe impartir justicia en casa.
Tome sanciones: Si se hace necesario colocar alguna sanción o regaño a los niños, más allá de lo dialogado, hágale saber el por qué. Por ejemplo, “no jugarás juegos de video por una semana ya que obraste muy mal al pelear con tu hermano. Prométeme que no volverás a actuar así. Confío en ti”.
Busque la manera de involucrarlos. Actividades en familia en donde los hermanos tengan tareas y deban ayudarse los unos a los otros son ideales para fortalecer los nexos.
El valor de compartir. Si bien en esta era muchos padres procuran darle lo mejor a sus hijos y en esa apasionada y abnegada tarea quieren comprarle todo a todos, que buenos ciudadanos se formaron de esas generaciones en donde se cultivaba el valor de compartir. Por ejemplo, si hay un trozo de pastel en casa, de allí se podrían picar varios pedazos y así compartirlo. Eso aplica a un helado, frutas, una comida especial.
Paciencia. Criar hijos no viene con un manual de 1,2,3. Viva cada etapa de sus hijos con amor y la preocupación necesaria para acompañarles.
Mucha atención. Si nota en sus hijos patrones de conductas violentas que no cesan, aunque usted ya haya intervenido, deberá inmediatamente solicitar la opinión de un experto.