El pasado domingo se celebraba el Día del Padre en mi país. Las palabras más usadas en las redes sociales de familiares, amistades y conocidos fueron “mejor”, “Padre”, “ejemplo” y “mundo”. Me vino a la cabeza una pregunta sencilla pero a la vez compleja y, de acuerdo al criterio de cada quien, es muy relativa la respuesta.
¿Qué te hace el mejor padre del mundo? Si tomamos en cuenta lo siguiente la respuesta podría dividirse en varias respuestas que suenan como “cliché”:
Mejor padre es aquel que te da todo lo que necesitas. ¿En serio? ¿Y si te da de más también es bueno? Dicen por ahí que se vive mejor con menos. ¿Hasta dónde le estamos dando a nuestros hijos de modo que no podemos frenar su alto nivel de exigencia? Cada vez más padres se quejan de la ingratitud, de la desobediencia, de la inestabilidad emocional, de los problemas conductuales que tienen los hijos. ¿No será que se te ha ido de las manos tanta entrega material?
Mejor padre es quien te paga todos los estudios para que seas “alguien en la vida”. ¿Y tu valor está determinado por lo que lograste ser a causa de los estudios? ¿Qué sentido tendría tu vida si no estuvieras tan preparado(a)? A veces los padres damos un mensaje que el meta-mensaje es contrario. La frase “para que seas alguien en la vida”, fomenta que tu hijo(a) se sienta con menos valor y confianza en sí mismo(a) si no logra ser ese “alguien” que define como éxito las altas calificaciones. Para el 2012, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa mundial de suicidios, ajustada por edad, fue de 11,4 por cada 100.000 habitantes; dicho de otra manera: los suicidios fueron la causa número 15 de muerte en todo el mundo y supusieron el 1,4% del total de defunciones. Cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo. ¿Estás seguro que tus altas expectativas incidirán positivamente en tus hijos si no les permites fracasar? (Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2229928/0/suicidios/datos-oms-2012/jovenes/#xtor=AD-15&xts=467263 )
Mejor padre es quien ejerce autoridad para que sus hijos no fallen. Jorge Bucay en una Conferencia TEDx en Barcelona dijo: “Con autoridad no se educa, se adiestra, y adiestrar, obviamente, no es educar. Educar significa brindar las herramientas que necesitan nuestros hijos para ser capaces de construirse la mejor de las vidas que sea posible.” Demian Bucay, quien compartió esta charla con Jorge Bucay agregó: “Lo que la autoridad puede conseguir, en todo caso, es que alguien obedezca, pero ahí no hay aprendizaje. Se supone que si yo educo a alguien, entonces después esa persona puede hacer eso por sí sola; si esa persona está obedeciendo siempre va a necesitar un adulto ahí para decirle lo que tiene que hacer, no hay ninguna autonomía, no hay ningún aprendizaje y, por supuesto entonces, no hay ninguna educación basada en la autoridad.” ¿Estás educando para motivar o simplemente para que acaten tus órdenes? ¿Qué garantía de aprendizaje a largo plazo tendrás?
Mejor padre es quien predica con el ejemplo. ¿Cuando fallas, qué mensaje le dejas a tus hijos sobre los errores y fracasos? A veces queremos parecer perfectos, que no se den cuenta de nuestra debilidad humana, nuestros desaciertos, errores, sinsabores de nuestras vidas, nuestras situaciones económicas difíciles, entre otros tapaderos más que nos inventamos. Soy fiel creyente (y así me criaron a mi) de que los hijos tienen la capacidad de entender situaciones, sólo que a cada edad hay que saberlas explicar. Respecto a mi hija de 5 años, mucha gente me dice que no tiene la capacidad de razonar como un adulto, pero las preguntas que me hace tan solo basada en su observación me dan a entender que, a su nivel y edad, entiende muchas cuestiones del diario vivir. Yo la prefiero bien despierta y consciente del aquí y el ahora, en vez de tener una niña que los peligros pasen a su alrededor y ande “despistada” todo el tiempo. Con mi ejemplo debe saber que soy adulta y cometo errores y que como tal debo tener la capacidad de asumirlos y enmendarlos. Ensayo y error, la vida se trata muchas veces de esto. Una psicóloga recientemente me dijo: “A tu hija no le gusta fallar, su estándar es muy alto, ella misma no se permite errores y si los comete se justifica por el fallo”. Recuerdo que le comenté a la psicóloga: “Créame que su estándar es alto, pero no porque yo no le permita fallar. Ella tiene personas alrededor que la han hecho sentir que es perfecta, y eso me ha costado mucho trabajo, porque quiero que baje su estándar y se permita aprender de sus errores.” Usted como lector(a) pensará: “¿Que baje su estándar?” ¡Si! ¡Que lo baje! Porque la vida por sí sola es muy dura, y no necesito que ella sea más dura de la cuenta consigo misma.
Para concluir, entiendo que ser padre no es tanto como lo pintan. A veces tenemos estándares muy altos para nuestros hijos, queremos que logren lo que no logramos alcanzar nosotros, que llenen espacios que no fueron llenados por nuestros padres. No respetamos su autonomía, independencia, personalidad y forma de hacer las cosas, porque la medida de nuestros deseos es muy personalizada, muy como nosotros lo vemos correcto. Soy la oveja negra para mi papá y eso no es un secreto. El hubiese querido que fuera diferente, sin embargo, me crió una madre rebelde por naturaleza y me formó una identidad demasiado independiente de lo que pueda pensar, hacer o decir de mi cualquier persona. Soy lo que soy y cada día me esfuerzo por ser una mejor versión de mi misma. A veces mejoro, otras tantas, no tanto.
Cada vez que pienso en las altas expectativas que puede uno tener con sus hijos me llega esta reflexión a la cabeza. Pienso que si la practicáramos en todas nuestras relaciones, tendríamos menos conflictos con los demás:
Oración de la Gestalt – Fritz Perls
“Yo soy Yo. Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú. Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.”
Hasta la próxima.