Este fin de año, totalmente atípico para mi, es definitivamente de reflexión, son muchos sentimientos encontrados, pero muchas satisfacciones también han llegado. Reflexiono sobre lo que perdí, pero también sobre lo que gane.
Siento que lo mas importante que perdí, fue el miedo a enfrentar los cambios, ante las tempestades, reaccionamos cubriéndonos, y cubriendo a nuestros seres queridos para que no los alcance, sin embargo podemos reaccionar de otra manera, podemos enfrentarla y perderle el miedo.
Dicen que después de la tempestad viene la calma, pero no siempre es asi, algunas veces se suscitan una serie de torbellinos posteriores que al pasar dejan una gran confusion y una sensación de caos, pero si te tomas el tiempo para observar y reflexionar, que es esa la verdadera grandeza, y es allí donde esta la verdadera belleza, en ese punto en el que tu alma crece sin remedio y sin poder detenerla.
Dicen que muchas veces perdiendo se gana, y pienso que eso es lo que significan para mi, las perdidas de este año. Tuve que dejar atrás muchas cosas, mi vida entera, a lo que estaba acostumbrada, mi zona segura, todo lo que representaba mi mundo quedo atrás este año, son círculos que deseo poder cerrar este 2015.
Deje personas muy amadas y otras muy apreciadas, unas, no se cuando las volveré a ver, otras, tal vez no las vuelva a ver, pero todo este proceso tiene un lado de luz mucho mas grande y resplandeciente que su lado triste, o así lo veo yo.
Porque las ganancias de este año son muchas mas, Dios me da la oportunidad de comenzar de nuevo, En cero? Pues no es así, me deja la experiencia de lo que he vivido y de lo que me ha preparado para valorar cada momento de estos dos últimos meses del año.
Hemos conseguido muchas manos abiertas dispuestas a ayudar, manos que no habíamos visto nunca, ni sabíamos que existían, he comprobado de primera mano la grandeza de este país que hoy nos recibe y nos abre muchas posibilidades para salir adelante y donde siento, que ya no me acompaña el miedo. Cada día vivido en estos dos meses, no tienen, ni tendrán precio para mi, son invalorables las experiencias que he tenido, lo que he compartido, todo lo que he vivido, lo no tan bueno, lo bueno y lo grandioso.
Definitivamente el 2015, me deja mas de lo que habría esperado alguna vez, y después del nacimiento de mi hijo en el 2004, este ha sido el año mas intenso para mi, muchas despedidas pero también muchos encuentros, algunas tristezas, pero también muchas alegrías, muchas añoranzas pero un sin limite de esperanzas, algunos sueños rotos pero millones de sueños nuevos y se que para lo que esta por venir, ni el cielo sera el limite.