Sin embargo, sería erróneo pensar que la interpretación de los dibujos es la panacea para saber más acerca del estado emocional de un niño. Más bien debe entenderse como una información valiosa pero complementaria a lo que ya hayamos observado previamente por nosotros mismos o con ayuda de algún experto. El caso de cada niño es un mundo completamente distinto a los demás, pero aún así podemos tener en cuenta algunas nociones generales que nos ayuden a descubrir si algo no va bien.
Colores
Hay tonalidades que pueden representar ciertos comportamientos un tanto hostiles o agresivos. Es te es el caso del negro y el rojo. La utilización excesiva y constante de estos colores pueden dar pistas sobre la personalidad que un niño puede desarrollar en el futuro.Hay que tener presente que es normal que los niños pinten sus dibujos con colores que no se corresponden a los reales, por lo que hay que tener cuidado con sacar conclusiones precipitadas. A veces no encuentran el color que ellos quieren y lo sustituyen por otro cualquiera, o simplemente no asocian una realidad con un color concreto.
Personas
Un recurso muy utilizado en psicología infantil es analizar un dibujo en el que aparezcan cada uno de los miembros de la familia. De cómo posicione a cada uno y cómo los pinte se pueden sacar algunas ideas.
En estos dibujos lo primero en lo que debemos fijarnos es si aparece toda la familia. En segundo lugar ya se podría observar la distancia entre el padre y la madre, si se dibuja a él mismo o no, y en caso de que él aparezca es interesante ver a qué distancia se sitúa de sus padres y hermanos. También se le puede pedir que incluya algún bocadillo de texto al estilo de los cómics, así comprobaremos qué tipo de interacción mantiene el o ella con su familia.
Del análisis de estos elementos es posible caer en la cuenta de si hay alguna situación de aislamiento, poca comunicación, falta de cariño, o problemas conyugales que le afecten.
Detalles
Dependiendo del grado de precisión y minuciosidad con la que realice el dibujo se pueden desprender aproximaciones acerca de algún patrón de nerviosismo, ansiedad u obsesión. En este sentido, se debería prestar atención a que, coloreando, se salga demasiado de los límites de las figuras que dibuje, y a la calidad de los detalles de las personas (ojos, cuello, uñas, pelo, cordones, cinturón), o por ejemplo, de las plantas (ramas, flores, hojas, frutos).
Sin embargo no hay que prestar atención que dibuja sino también como lo dibuja. Es decir, las formas que emplea para representar todo tipo de cosas.
Con pocos años de edad, las formas empleadas son muy básicas e intuitivas: así, el cuerpo de una persona puede dibujarse a partir de un círuclo o de un cuadrado, y los dedos pueden hacerse más puntiagudos o más redondeados.
El abuso de formas triangulares (más bruscas) es lo que podría dar señales sobre una posible preocupación que tenga. Mientras que los bordes redondeados (más suaves en el trazo) generalmente reflejan sosiego y tranquilidad.
Tamaños
Según lo grande o lo pequeño que represente los objetos, podemos obtener alguna pista sobre el estado de su autoestima y de cómo se siente con respecto a las personas que le rodean.
Si respeta los patrones de tamaño pero a sí mismo se dibuja extremadamente grande o pequeño, puede querer decir que se siente bien acogido e integrado, o por el contrario infravalorado. En general, las figuras grandes dan cuenta de síntomas de prepotencia y las pequeñas de inseguridad o falta de confianza.
Cualquier análisis que se quiera extraer de la observación de los dibujos de los niños, debe hacerse teniendo en cuenta un conjunto, no a partir de uno que haya hecho en un momento puntual en el que se ha podido ver influido por circunstancias especiales. En todo caso, hay que analizar la tendencia y encontrar algún patrón que se repita siempre y que pueda darnos alguna pista sobre el carácter y la personalidad de nuestros hijos.
Agradecimientos: foto de portada extraída del blog Lighthome.
¿Que les ha parecido? ¿Alguna vez han interpretado los dibujos de sus hijos?