En este tiempo me he dado cuenta de la importancia de tener paciencia, de perder menos tiempo buscando en internet y más haciendo sin importar que todo sea perfecto (la culpa es de Pinterest )
Lo que quiero decir es que hay tres cosas fundamentales que he aprendido en estos seis años de homeschooling:
- La inmensidad de la paciencia de una mamá.
- La nula importancia de las expectativas creadas
- La importancia del grupo.
Vamos paso a paso.
PACIENCIA
Reconozco que soy de naturaleza tranquila pero la maternidad ha descubierto que mis límites de paciencia son amplios y flexibles, vale, todo tiene un límite y también he perdido los nervios muchas veces, no va a ser todo perfecto, no? Pero he comprobado que puedo leer viente (mil) veces el mismo cuento o escuchar la misma canción en bucle sin volverme loca (porque ya lo estoy ) y he superado los disgustos que me llevaba después de tirarme una semana preparando una actividad genial, comprar cositas, imprimir, organizar todo... para que luego el mayor lo despachara en cinco minutos aún así no me rindo y sigo preparando cositas, jejeje.
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EXPECTATIVAS
Las expectativas van unidas a la paciencia. Flexibilizar nuestras expectativas ha sido fundamental para mejorar nuestra relación con el homeschooling. Cuando empecé con la educación en casa pensé que al personalizar todo el aprendizaje sería más rápido ¡error! hay cosas que no se pueden acelerar u es mejor disfrutar del proceso que del resultado.
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GRUPO
Se habla mucho de la socialización de los niños pero los que más necesitamos socializar somos los padres (vale, las mamás) Es fundamental la conexión del núcleo familiar pero también los grupos de mamás (vale, y papás) que sirven de aoyo en momentos de bajón y también para momentos de alegría, compartir recursos, excursiones...
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TIEMPO
¡Cuánto valoro ahora el tiempo! probablemente una de las cosas que más aprecio en mi vida: el tiempo. He aprendido a valorarlo ¡y a multiplicarlo! a veces pienso ¿qué leches hacía antes? Si me hubiera aplicado tanto de joven tendría tres carreras jajaja! En serio, he aprendido a valorar el tiempo, incluso el tiempo perdido que a veces también es necesario. He aprendido a organizarme y a multiplicar las horas para llegar a todo. Organizar mi tiempo minuto a minuto y a la vez no organizar el curriculum de mi hijo para que ser organizado no nos impida ser flexibles y poder adaptarnos a los cambios que surjan cada dia.
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Lo cierto es que es tan emocionante este camino que emprendimos hace ya más de seis años que no cambiaría todo el esfuerzo realizado por nada.
feliz día.