El caso es que después de la famosa cuarentena, intenté ponerme a dieta y bajar los 18 kilos que cogí(una locura, que aconsejo... nadie repita). Uff, pensé que sería fácil para mí, pués en mi profesión me dedicaba a esto (trabajaba en una clínica de estética y adelgazamiento). No fué nada fácil... primero porque todo el tiempo que tenía era para mi bebé y también para mi bebé y por supuesto para mi bebé. Así que irremediablemente tuve que dejar a un segundo plano a mi pareja, mi cuerpo de antaño sexy (ahora con 18 kilos de más y la barriguita como un flan mezclado con gelatina Royal, jajaja) y sin maquillaje ni pelos arreglaos...
Todo suena verdaderamente negativo, pero ahora os muestro algo de luz al final del túnel... perdí bastantes kilos con mucha paciencia y dieta, por supuesto. Me dediqué un poquito más a mi pareja y también a mí misma... y las cosas mejoraron.
Hoy día, después de casí 18 meses, a pesar de los pesares... no cambio nada de lo vivido...porque con una simple mirada, sonrisa, caricia de mi pequeña princesa llamada Amanda (nombre que significa Merecedora de Amor, Digna de ser Amada) merece la pena. Deciros que no sólo se me cae la baba con mi peque, también con su papi... que aparte de ser el amor de mi vida, es un compañero ideal que me acompañó a cada instante en el embarazo y sigue haciéndolo, día a día. Es un padrazo y me siento muy orgullosa de él y de mí... por haberlo elegido y por supuesto, gracias infinitas al ser que corresponda, por cruzarlo un día... en mi camino.
NOTA:
Para este nuevo año 2011 tengo nuevos propósitos que intentaré alcanzar aunque sea poco a poco, sin prisas pero sin pausas... Uno de ellos será bajar al peso en el que me encontraba antes de estar embarazada, hacer deporte, comer más sano, dedicarle más tiempo a mi pareja y sacar algunos minutillos extra, para ponerme bonita y por supuesto, no dejar de alimentar mi alma... con las experiencias enriquecedoras del día a día.