Pero desafortunadamente no sucede así, la mujer siempre va a ser criticada y, lo peor de todo, es que lo va a ser por otras mujeres, porque sí, reconozcámoslo, la mujer es la peor enemiga de la mujer. Por la sociedad, la educación recibida... y porque no nos hemos propuesto cambiar.
Nos criticamos porque a cierta edad no hemos sido madres, porque lo hemos sido siendo solteras, porque vamos a ser madres a una edad avanzada... el caso es que siempre vamos a estar criticada por las demás. Y yo me pregunto, ¿dónde está la libertad del ser humano (y la mujer) a decidir su vida? Soy de la opinión de que cada uno es libre de hacer lo que quiera siempre y cuando no haga daño a los demás.
Cuando tenía 11 años nació mi hermano pequeño. Mis padres trabajaban los dos y yo me tuve que hacer cargo de él. Para mí no fue ningún problema porque me encantan los niños desde siempre y soy muy "niñera", como se suele decir en mi familia.
Creo que al ver la relación que tengo con él, me hubiera gustado ser madre muy joven, de hecho, mis planes eran tener uno a los 33, otro a los 36 y otro, si podía ser, a los 39. Siempre me ha gustado que la mesa a la hora del desayuno, la comida, la merienda y la cena (para ser sincera, en cualquier momento) estuviera llena compartiendo lo que nos había pasado a lo largo del día o simplemente conversando disfrutando de nuestras compañías. Me imaginaba una mesa grande y todos riendo, charlando, comiendo... siendo felices.
Pero para ello, y si una mujer tiene pareja, la decisión la tiene que tomar la pareja. Ser padres es algo muy importante que afecta a ambos y son los dos los que deben de tomar la decisión. Pero no, en ocasiones no es así, no nos engañemos, al final todos son los que opinan y se creen con derecho a participar de esta decisión tan importante.
Monsieur Accidents y yo decidimos posponer ser padres porque otros proyectos necesitaban más nuestra atención, como nuestra carrera profesional. En ciudades pequeñas o pueblos, la competencia no es tan grande como en la gran ciudad, por lo que las decisiones que se toman o los caminos que se recorren son otros.
Hubo muchas personas, sobre todo mujeres (por no decir que fueron el 100% de los casos) que me criticaron, insultaron y humillaron por no ser madre entonces. A ninguna de ellas se le ocurrió preguntar cuál era mi situación, que en aquel momento era que mi instinto maternal salía por cada poro de mi cuerpo, pero no les interesaba lo más mínimo preocuparse por mi.
Quizás es que soy diferente, porque me gusta preguntar a los demás cómo están, cómo se sienten, ponerme en su lugar y apoyarles. Y pensé que conmigo lo iban a hacer y fue muy duro pasar por esas situaciones que solo me hacían más daño.
Cuando Monsieur Accidents y yo hemos decidido ser padres, ha sido toda una sorpresa porque pensaban que yo no podía ser madre, porque, debido a los tratamientos con los que pude combatir la leucemia, era estéril. Esta es otra cuestión, o bien no eres madre porque no quieres y no se te puede considerar mujer, o bien es que el problema lo tienes tú porque eres estéril. ¿En algún momento se llega a pensar que puede que sea el hombre el que tenga problemas de fertilidad? Volvemos a lo mismo, la sociedad, la cultura y la educación que se recibe ni lo plantea. Y yo me pregunto, si crear vida es cuestión de la pareja, ¿porqué la mujer es la que siempre se lleva las culpas de no crearla?
En resumen, mujeres del todo el mundo, debemos de cambiar, debemos de dejar de ser nuestras propias y peores enemigas y aprender a respetarnos, apoyarnos y querernos. Debemos de dejar de ser victimas y verdugos. ¡Cambiemos de una vez! En nosotras está el poder hacerlo.