Cuándo y cómo se pueden cortar las uñas de tú bebe es una preocupación de muchos padres primerizos. Sobre todo si veis que vuestr@ hij@ tiene arañazos, y veis que, además de largas, algunas están rotas. ¿Qué hacer? Ya que algo tan simple para un adulto como cortarse las uñas puede convertirse en una auténtica odisea si se trata de realizar este sencillo hábito de higiene a un bebé. A la falta de control sobre el movimiento del pequeño, se une el temor de los padres a hacerle daño o alguna herida.
En este artículo os ofrezco diversos consejos para que cortar las uñas de los bebés se convierta en una tarea fácil y rutinaria. También te explico cómo hay que cortar las uñas de los pies.
Cómo cortar las uñas
1. Cortar las uñas desde el primer día.
Lo primero que debéis saber es que las uñas de los bebes son frágiles y quebradizas, con tendencia a roturas irregulares hasta aproximadamente la tercera semana de vida, momento en el que suelen empezar a ser más resistentes. En segundo lugar, que están muy pegadas a la piel, por lo que es fácil lesionarla al cortarlas.En tercer lugar no hay ningún problema en cortar las uñas desde el primer día. Aunque hay progenitores creen en ciertas creencias populares falsas en que se recomiendan no hacerlo ya que son perjudicial o arriesgado para sus hijos. En todo caso, se trataría más que nada de una cuestión de prudencia, pues los bebés tienen las uñas muy blanditas al nacer, y el movimiento descontrolado de las manos podría hacer más difícil la operación de cortar las uñas, pero tan solo hay que ser cuidadoso y utilizar el instrumental adecuado.
2. Qué instrumental debemos utilizar.
Podemos utilizar unas tijeras o cortaúñas específico para niños, con las puntas redondas, ayudaran a evitar lesiones. Además podéis utilizar una lima para redondear los extremos para que no se arañe con ellos.
Nunca debéis cortar con vuestra boca las uñas de vuestro bebe, ya que solo conseguirás infectarle alguna herida.
3. Elegir el momento adecuado.
Para que el bebé no dificulte la tarea de cortarle las uñas con sus movimientos inesperados, es aconsejable buscar un momento en el que el pequeño esté tranquilo y relajado.
Algunos momentos pueden ser: Después del baño, cuando están relajados, puede ser un buen momento, además las uñas se reblandecen más. También es buen momento cuando están dormidos y si somos sigilosos no nos sorprenderán con movimientos inesperados. Aunque, conforme vayan creciendo, lo mejor es ir incorporando esta práctica de higiene a sus hábitos para que lo vea como algo natural y no tenga temores.
4. Cuestión de técnica.
Recordemos que las uñitas están muy pegadas a la piel, y al principio no es fácil reconocer bien la zona. Con la práctica, cada progenitor encontrará la forma más cómoda de cortar las uñas al bebé, según su comportamiento. Es importante colocarse en una postura que permita sostener de manera firme su manita para evitar movimientos bruscos mientras se corta las uñas.
En cuanto al corte debe quedar un poco por encima del borde de la piel, podéis recortarlas siguiendo la línea natural de la uña o dejando las esquinas cuadradas, en ambos casos es preciso redondear los extremos para que no se arañen con ellos. Es aconsejable, tirar hacia abajo la piel de la yema del dedo para asegurarte de que no cortés al bebé, la maniobra requiere buena vista, delicadeza y buen pulso.
Respecto a la frecuencia del corte de uñas, dependerá del ritmo de crecimiento de cada bebé, pero en general podemos hablar de una vez cada dos semana en el caso de las manos.
En el caso de que se produjera algún pequeño corte en la piel (no seríais los primeros ni los últimos), debe bastar con presionar con una gasa sobre la heridita, hasta que deje de sangrar, y después mantenerla limpia y aireada. No conviene ponerle una tirita, para evitar el riesgo de asfixia. El bebé puede despegarla al llevarse las manos a la boca y atragantarse.
5.Limpiar después de cortar las uñas del bebé
Los restos de las uñas del bebé tras el corte tienen un tamaño insignificante, pero pueden resultar peligrosos para el pequeño. Un mínimo trocito de uña que quede entre los dedos del niño puede terminar en la boca del bebé, o en sus ojos, y hacerle daño.
Por eso, después de cortarle las uñas, es aconsejable limpiar sus manitas con una gasa o toallita y asegurarse de que no queda ningún resto cerca de él.
¿Y las uñas de los pies del bebé?
Las uñas de los pies de los bebés representan un menor peligro cuando crecen, porque es más difícil que se arañen o lastimen con ellas en otras partes de su cuerpo. Sin embargo, puede resultar incómodo para ellos la presión y el roce de unas uñas largas con los calcetines o leotardos. Asimismo, si no se cortan con frecuencia, hay mayor riesgo de que se adhieran a la piel y sea más difícil después cortarlas.
La técnica aconsejada es la misma que para las uñas de las manos: sujetar con firmeza el pie para evitar que se pinche con un movimiento brusco y proceder al corte presionando la yema de los deditos. En este caso, el corte es mejor hacerlo recto, no redondeado.
En cuanto a la frecuencia del corte, las uñas de los pies tienen un crecimiento más lento, de modo que solo será necesario cortarlas una vez al mes o cada quince días, aunque se recomienda revisar los pies y cortarlas cuando sea necesario, sobre todo cuando comiencen a gatear y a caminar, y a cambiad a tiempo la talla de sus zapatos. Esperar que le queden demasiado justos ayudan a que las uñas se encarnen.
Un último consejo
Debemos observar el color de las uñas para detectar posibles infecciones o que la uña se haya clavado en la piel. El color normal es rosado y habitualmente se percibe el pequeño semicírculo blanco en su base. Si detectamos cualquier anomalía, debemos acudir al pediatra.