¿Realmente esto beneficia a tus hijos? Probablemente en el presente inmediato puede ser que sí, y lamentablemente nos fijamos más en las consecuencias inmediatas que en las consecuencias a corto y largo plazo. Pero si analizamos estas últimas la respuesta a mi pregunta es que no beneficia a tus hijos.
Veamos un ejemplo: una madre va a una heladería con su hijo de 8 años. En la heladería hay 15 sabores distintos de helados y la madre le pregunta al niño ¿qué quieres? Y el niño observando y pensando su elección decide un sabor x, a lo que la madre dice: "Eso no te va a gustar, mejor pide chocolate", a lo que el niño agacha la cabeza y dice "ok de chocolate".
Analicemos la situación, en un primer momento la madre le pregunta al niño qué quiere, por lo que está abriendo el abanico de posibilidades y permitiendo que el niño vea sus opciones, las analice y tome una decisión. Cuando éste ya ha elegido el sabor de helado que quiere la madre le dice que no le va a gustar que se pida de chocolate, el sabor de siempre que tiene menos riesgo a que no le guste y a tener que tirar el helado.
Volvamos a mi pregunta inicial: ¿beneficia esto al niño?, probablemente en el momento puede que sí, sabemos que le gusta el helado de chocolate y se lo va a comer, pero, a largo plazo no le beneficia porque está cortando su capacidad de analizar opciones, tomar decisiones y afrontar las consecuencias de dichas decisiones.
Y esto último es muy importante, que los hijos aprendan poco a poco a que sus actos y sus decisiones tienen consecuencias, a veces positivas y a veces negativas y es importante que experimenten dichas consecuencias. Si esta madre le hubiese dejado comer el helado del sabor que él ha escogido podían pasar dos cosas: que el niño experimentase un sabor nuevo y le gustase o que no le gustase. Para la madre es más fácil que al niño le guste el sabor así evita una decepción de su hijo, tirar el helado, un posible berrinche, etc.
Sin embargo en el futuro lo que queremos son hijos que sean capaces de tomar sus decisiones y ser consecuente con ellas. Por lo tanto las respuestas a las decisiones de tus hijos requiere de mucho cuidado, sensibilidad y respeto ya que ellos podrían interpretar nuestra reacción a sus elecciones y decisiones como una crítica o un juicio de valor hacia ellos.
Tenemos que dejar que nuestros hijos experimenten, investiguen, analicen, y tomen sus elecciones y decisiones. Esto va a depender de su personalidad y a la vez va definiéndola ya que le permitirá explorar qué le gusta y qué no, o qué le conviene y que no.
Con esto no quiero decir que dejemos a nuestros hijos tomar cualquier tipo de decisión. Lo que digo es que como madre o padre debemos ofrecerles a nuestros hijos una guía sólida, una orientación, un acompañamiento y un apoyo. En el caso del ejemplo anterior, la madre podía haberle dicho algo así como "solo te puedo comprar un helado y nunca has probado ese sabor y puede que no te guste, pero está bien que pruebes sabores diferentes para saber si te gusta o no". De esta manera estamos dejando que el niño tome su decisión de si arriesgarse a probar un sabor diferente y puede que si no le guste se quede sin tomar un helado, o que sea menos arriesgado y se vaya a un sabor que sabe que le gusta.
Las decisiones de nuestros hijos son impulsadas por muchos factores: personales, sociales o incluso de género. Estar con ellos y analizar sus distintas opciones, las consecuencias de cada opción, y dejar experimentarlas en el presente va a permitir que en el futuro tengan esa capacidad para tomar decisiones mucho más importantes y relevantes; y tendrán dicha capacidad porque hemos permitido que desde su infancia y adolescencia la vayan desarrollando.
Viviana Villamayor Fleitas
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