Se trata del nuevo libro de Anna Llenas que ya nos enamoró con "El monstruo de colores". En este caso, nuestro protagonista es un pequeño topito algo movido (o mucho) que parece estar encasillado en el rol de desastre.
Todo es apacible en el bosque, en el hogar de topito hasta que nuestro protagonista se levanta. Entonces todo se revoluciona.
Topito se distrae con cualquier cosa, no hay forma de que se centre, todo lo tira, lo estropea, es mal estudiante y nadie sabe que hacer con él, incluida su maestra y sus padres así que el pobre topito se ve lleno de etiquetas que le han puesto los demás y sin poder hacer nada para solucionar sus "problemas".
Por suerte para topito, un periódico salvador entra en su madriguera con un anuncio de una bruja que ayuda a niños difíciles. Sus padres, en su desesperación, deciden acudir y es ahí donde se produce el cambio.
Lejos de intentar dominar o controlar su energía, la bruja del bosque le ofrece montones de posibilidades y permite que sea topito el que escoja qué desea hacer en cada momento. Al principio todo es desorden y no acaba nada de lo que comienza pero poco a poco, topito empieza a encontrar las actividades que realmente le gustan y le motivan. Topito explica a la bruja su preocupación sobre un trabajo que ha de hacer para el colegio pero esta lo tranquiliza, seguro que al final encuentran algo.
Esta página me encanta porque creo que resume bastante bien la idea del libro, todos necesitamos un canal por el que llevar nuestra energía solo que unos tienen más energía que otros y eso puede dificultar las cosas. Lo que hace topito para su proyecto del colegio dejaré que lo averigües vosotros pero os aseguro que se mete a los compañeros en el bolsillo.
El libro me ha parecido precioso y creo que el doble mensaje que transmite es genial. Por un lado, está diciendo a los niños que busquen aquello que les gusta hacer, aquello que les apasiona. Por otro lado, creo que nos da un pequeño tirón de orejas a los adultos que somos los que tenemos mayor tendencia a poner etiquetas (al final los niños solo nos copian en este sentido). Personalmente no me gustan las etiquetas, reconozco que hacen más mal que bien pero también he de reconocer que a veces se me escapan. Con este libro vemos el daño que pueden causar realmente y quizá nos ayude a estar más atentos en este sentido.
Está recomendado para niños a partir de 4 años pero creo que es más que nada para que puedan entender mejor la historia. Yo estuve mirándolo con I (2 años) mientras le explicaba la historia y la verdad es que aguantó hasta el final (cosa que me sorprendió). Creo que las ilustraciones la enamoraron y lo cierto es que no me extraña sobre todo, tras la aparición de la bruja en que todo se llena de color.
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Os dejo una imagen del que para mí fue el mejor momento de la presentación en el que Anna, estuvo explicando el cuento a todos los niños que había en la sala: