Esos son los días que han pasado desde que me fuí de casa hasta que presenté mi demanda de divorcio.
En todo este tiempo, he pensado en todo lo que podría ir mal, en lo que podría ir peor, en lo que quizás pueda ir bien... Y te aseguro, que ni todo es tan bueno ni tan malo.
Por eso vengo a contarte como lo hice, te puedo decir que me ha costado muchos años tomar esta decisión, que por otro lado, tenia que haber tomado hace mucho tiempo, no estoy aqui para decirte lo que tienes que hacer, no soy quien, pero la verdad, ahora que lo he hecho tengo que decir que tengo menos miedo.
Dá miedo hacer las cosas, pero más miedo da no hacerlas y pensar que habría pasado si...
Cuando cierras la puerta tras de tí, te sientas en la acera de la calle, con las llaves en la mano y dices ¿Y ahora que hago?
¿Qué hice? pues tirar para adelante, aunque tenía mucho miedo, aunque me dolía el alma en cada respiro, aunque creía que no iva a salir adelante, aunque creía que es un error y me moría por volver corriendo. Esuché a mi instinto de supervivencia que me decía HUYE.
Me pasé dias, semanas, meses, pensando en que había hecho, pensando en mis hijos, en mis padres, en él...¿Cómo estaba cambiando la vida para todos despues de esta decisión, que había tomado yo sin contar con ellos?, Pero sabes cual fue la respuesta, me senté sola, en una silla durante mucho mucho tiempo, y descubrí que estaba sanando, que por dentro mi instinto estaba calmado como hace años que no estaba, que estaba en paz, y segura de mi decisión, y porfin respire hondo.
Hace tiempo leí que el cerebro primitivo te hace actuar de dos formas ante un ataque, te paraliza o te hace huir, yo he estado mucho tiempo paralizada, hasta que huí.
Ahora te toca a tí, escuchalo, dejate llevar y sientete libre, por que dejame que te diga, tienes que ser libre de sentir, pensar y amar lo que te haga bien. Si lo haces escuchando a tu coracón todo va a salir bien.
Por eso, lucha contra el miedo o hazlo con miedo, pero hazlo, piensa en tí, no en tus hijos, ni en tu familia, solo en tí, deja ya de mirar por los demás, de pensar en el qué dirán y lucha por lo que dice tu yo interior. Piensa en el amor, en el amor que dejas atrás pero más tu amor propio, deja ir las cosas que te ponen triste y empieza a mirar por las cosas sencilla que te hacen sentir bien.
Piensa y hazlo aunque tengas miedo, por tí y por tu corazón.