Corría el año 1983, para mi un año muy especial y quizás uno de los mas felices que recuerdo. Ese año nació mi hermano pequeño, me quede alucinado con E.T (ya sé que es del 82, pero en mi pueblo los estrenos no llegaban muy rápido) y empecé a descubrir y a amar dos deportes: el ciclismo y el baloncesto. El primero con el fantástico Tour que se marcaron tanto Ángel Arroyo como Pedro Delgado y que fastidiaron tantas siestas ese verano. Y el segundo con aquella final del torneo de Navidad que enfrento al Real Madrid contra la extinta Unión Soviética. Perdimos pero ¡cómo disfruté!
Aquel mes de diciembre nos dejaría dos momentos históricos en la retina de los españoles. Por un lado los chicos de Miguel Muñoz le metían doce a los coleguitas de Malta (nunca había visto tantos goles y tanta emoción) y en Nochevieja, cuando todos estábamos tan tranquilos y relajados, apareció él con su cazadora roja y la noche cambio. Al día siguiente no se hablaba de Martes y Trece ni del nuevo año. Ese primero de año todos los jóvenes intentamos reproducir aquel baile grupal que nos había emocionado la noche anterior. Sin éxito, claro. Si, llegó él, el rey del pop, y llegó para quedarse. Era Michael Jackson y el tema Thriller. Nunca una canción, y su videoclip, han tenido tanta repercusión. No dejó indiferente a nadie. Niños, y no tan niños, intentábamos ser zombis para quedarnos con la chica. Pero creo que no tuvimos mucho éxito, ¿o si? Si alguien ligo así, desde luego que por lo menos merece un Grammy.
Sube el volumen, dale al play y muérete del gusto con esta obra maestra.
¡¡¡FELIZ VIERNES!!
Firmado: El Santo