En estos dieciocho meses como madre en Alemania, son muchos los vuelos que he tomado. Primero sola con Mini C y ahora también acompañada, para poder pasar unos días con la familia. Ya te he contado cómo fue el primer viaje de Mini C en avión y los once trucos que he ido descubriendo para volar sola con un bebé. Sin embargo, volar con Ryanair y con niños es algo que aún no había hecho y que desde ya te adelanto, intentaré no repetir. Aquí te cuento el por qué.
Volar con Ryanair y con niños
La fama le precede. No te voy a descubrir nada nuevo. Que si son muy tiquismiquis con el peso (o sobrepeso, mejor dicho). O que si intentan buscar cualquier excusa para cobrar de más. Pero ojo, que no todo es malo. Durante la travesía hasta llegar a estar sentados en el avión (porque fue realmente una travesía), también nos topamos con personal muy humano y amable. Todo hay que decirlo.
Las maletas y el sobrepeso
Cuando te dispones a volar con Ryanair y reservas dos billetes para viajar con dos bebés menores de dos años, te corresponde una pieza de viaje gratuita por cada bebé. Esto suele ser para el carrito o la sillita del coche. Además, tienes derecho a una maleta como equipaje de mano de hasta 10 kilos, más un bolso o similar. Piensa que también facturas maleta y visualiza la escena. Verás a dos adultos con dos bebés tirando de dos maletones para facturar, dos maletas como equipaje de mano y dos bolsos al hombro. Ni una mula de carga, vamos.
Es por eso que muchas familias “renuncian” a llevar equipaje de mano. No porque les sobren los kilos que transportar (viajando con niños veo esta opción bastante difícil), sino porque es materialmente imposible llevar un equipaje que, como su propio nombre indica, lo llevas todo el tiempo a cuestas. Y además, sumar el peso de los niños. Por no hablar de la aventura de entrar al baño a cambiarle el pañal a tu Mini con tanto trasto encima.
Esto de no llevar equipaje de mano lo llaman en Ryanair una “decisión personal”. Así intentan argumentar que no compensen los kilos de más facturados, por los de menos (o inexistentes) en el equipaje de mano. Así que ya sabes, si te pasas de los 20 kilos en tu maleta facturada, tienes dos opciones. Ir sacando la tarjeta a pasear o dejarte el equipaje “sobrante” en el aeropuerto. ¿Qué si tuvieras una bolsa de viaje a mano sería tan fácil como meter esos kilos ahí, y no tendrías que pagar nada? Sí, llevas razón. Pero intentar razonar con el personal de Ryanair argumentando que no llevas más equipaje que ése, (aunque tengas derecho a ello), porque resulta imposible cargarlo viajando con niños pequeños, no funciona.
Reconozco que aquí nos confiamos. Nuestra experiencia con otras compañías es que no hay ningún problema en este sentido, ya que valoran los kilos que llevas en un conjunto. Independientemente de cómo los repartas.
La maleta del carrito
Ya hemos tenido la experiencia de que nos han roto la sillita de paseo en el vuelo, así que ahora la facturamos siempre. Para que la compañía aérea se haga cargo de cualquier incidencia, debe de ir en una maleta diseñada para ello. Estas maletas no son precisamente económicas, con lo que ya incurres en otro gasto. Todo sea por salvaguardar la integridad física de un cacharro sin el que, actualmente, no me podría mover con mis Minis.
Esta maleta no suelen pesarla. A menudo nos preguntan el peso que tiene, para registrar un valor estimado. Pero claro, esta es mi experiencia volando con otras compañías. Si vuelas con Ryanair, es muy posible que la pesen y que cuestionen que sólo transportes el carrito de tu bebé en ella, teniendo que llamar a alguien de Seguridad para que lo confirme. ¿Alguien de Seguridad? ¿Para qué? Pues eso mismo me pregunté yo. La maleta pesaba 31,5 kilos y según una “experta” en Bugaboos dobles que trabaja en el mostrador de facturación de Ryanair (aplicar ironía al leer), ahí debíamos de llevar “algo más” que un carrito. Según esta chica, no era el primer carrito doble de Bugaboo que facturaba y no pesan eso. ¿Cómo te quedas? Yo la verdad es que no me había estudiado previamente las características del carrito y desconocía su peso, pero sabía que no había nada más en la maleta además del cochecito. Único equipaje que llevaban, por cierto. Desgraciadamente, a esta chica nuestra palabra no le bastó.
Así que, si a la persona de turno de Ryanair se le mete entre ceja y ceja que tú llevas “algo más” que un carrito en tu maleta del carrito, te tocará esperar un tiempo indeterminado (no creas que se aceleran), a alguien de Seguridad para que confirme lo que tú llevas diciendo media hora. “Ahí va sólo un carrito doble”. Pero claro, a ver quien era el guapo (o la guapa) que dejaba pasar la oportunidad de pasar de nuevo la tarjeta.
A todo esto, insisto en que no llevábamos más piezas de viaje de los niños que el carrito. Nada de silla para el coche, hamaca o similar. Y que ante el nuevo “sobrepeso” que llevábamos con el carrito, la opción que nos dieron fue sacar una parte del carrito de la funda y facturarla sin más protección. Muy surrealista todo.
A grandes males, grandes remedios
Después de hacernos perder más de 45 minutos, tiempo que habíamos calculado para, entre otras cosas, hacer cambio de pañal a los Minis y pasar relajadamente los controles de seguridad. Tuvimos que, literalmente, correr hacia la puerta de embarque. Seguramente se disculparon finalmente, ante la pérdida de tiempo innecesaria, estarás pensando. Negativo. Y menos mal que nos dejaron colarnos en las filas que había en el control de seguridad. Mini A llorando, Mini C atacado ya de tanto esperar, y Mr. B y yo con cara de aún no me estoy creyendo lo que nos acaba de pasar. Encima no tienes tiempo ni de pedir una hoja de reclamaciones.
Llegamos a la puerta de embarque los últimos. Ahí nos encontramos con un personal muy amable que nos ofreció el ascensor para bajar a las pistas. Una vez en el avión, la azafata hizo todo lo que estuvo en su mano para que pudiéramos volar los cuatro en la misma fila.
¿Por qué no volvería a volar con Ryanair y con niños?
Como diría Joaquin Sabina, nos sobran los motivos. Porque volar con Ryanair y con niños pequeños es, en mi opinión, un deporte de riesgo no apto para personas que sufran de cardiopatías. Les falta mucha empatía y sentido común. Por no hablar del sentimiento de impotencia que te invade cuando ves que no hacen más que hacerte perder el tiempo a ti, que tienes un vuelo que coger. Sobra decir que juegan con esa ventaja. Sin importarles que tu bebé este llorando, después del ratazo que llevas intentando facturar el equipaje y durante el que sólo saben ponerte trabas.
Vale que no quieran compensar kilos porque no puedan o porque no quieran. Pero hacer el numerito de llamar al de Seguridad, después del rato que ya nos habían hecho perder, era completamente innecesario. Máxime teniendo a dos bebés en brazos todo este rato y con un vuelo de más de tres horas frente a nosotros. Y aún así, sólo me faltó abrazar al señor de Seguridad que sentenció cual juez lo que nosotros ya habíamos dicho, que en la funda del Bugaboo sólo había un Bugaboo doble. Fíjate tu que casualidad. (Aplicar aquí la ironía de nuevo).
Porque si ese señor llega a decir que ahí hay algo más, te digo yo que nos quedamos en tierra. No nos habría dado tiempo de seguir discutiendo. Ni tan siquiera de haber pasado la tarjeta, que es lo que creo que perseguían desde un principio.
Pues hasta aquí puedo contar. Quiero pensar que fue mala suerte y que topamos con personal que tenía un mal día. Pero desde luego la próxima vez muy mal me tengo que ver para volver a volar con Ryanair.
¿Has tenido alguna vez una experiencia similar? ¿Qué compañías recomendarías para volar con niños? Yo personalmente recomiendo Iberia. Jamás he tenido ningún estrés con ellos, sino todo lo contrario. Y ya son muchas veces las que he volado con ellos. ¡Todos muy amables!