Bloguera... en toda su extensión de la palabra, un concepto plenamente definido que cada vez cobra mayor importancia, al menos en la vida 2.0. Un concepto que no es muy conocido en la vida 1.0. Vamos, que eso de ir a un congreso de madres blogueras no es muy habitual y si yo digo en Huelva que soy bloguera lo normal es que me respondan "¿bloguequé?", "ah, ¿que te vas a Madrid?, ¿y que es, por trabajo?".
Pues sí, realmente es por trabajo. He decidido que es así. Que acudir a una jornada de ponencias, charlas y talleres es una oportunidad de aprendizaje a la que puedo sacar mucho jugo. Que en tiempo de crisis y escasez de trabajo hay que tirar de ingenio, aprovechar las posibilidades que se te presentan, aprender todo lo que puedas y probar todos los campos que te abran puertas.
Así que para mi cada evento es una oportunidad de aprender. De conocer gente. De que me conozcan. Porque además de bloguera soy emprendedora, tengo una tienda online -momento de autopublicidad-, por lo que no solo necesito aprender todo lo que pueda para aplicarlo de cara a mi negocio, sino que es muy positivo que la gente ponga cara a la persona que está detrás de un nombre, de un logo. Como a mi me gusta conocer a las personas que están detrás de las marcas (y desde aquí mando un saludo al Sr. Cybex jajaja y a Cristina de Nikidom, con los que siempre es un placer coincidir).
Porque la confianza que te da conocer personalmente a la persona que está detrás de un proyecto es mayor que miles de horas conversando en redes sociales. Así que sí, para mi cada evento es una nueva oportunidad de aprendizaje, es una inversión para mi pequeño negocio.
Por eso no dudé en acudir al Madresfera Blogger"s Day. Sabía que este año sus aspiraciones eran diferentes: menos afluencia de asistentes, menos contenido pero de mayor calidad. Y lejos de decepcionar, que sabía que no lo haría, debo decir que mis expectativas se vieron sobre pasadas.
Pero vayamos por partes, como diría un buen forense.
Esta escapada fue además la excusa ideal para coincidir con mis amigas Lourdes, Ruth y Angie (nos faltó Vanessa, ains, para la próxima estaremso juntas de nuevo), nos quedamos con ganas después de haber pasado un fin de semana estupendo en el Bloggers and Family Barcelona. Compartimos un encantador apartamento (cuarto piso sin ascensor, ahí es nada) en la mísmisima Puerta del Sol, y gracias a que todas llegamos antes del viernes a mediodía pudimos aprovechar para pasar tiempo juntas, sin prisas.
Me faltaron las uvas
No sabéis lo especial e importante que es para mi poder compartir esta experiencia con ellas. Somos esas amigas que nos conocimos a través de un foro y que, años más tarde, nuestra amistad ha traspasado la barrera de la pantalla. Hemos compartido muchas cosas, bonitas y menos bonitas, porque no todo en la vida y en la maternidad son alegrías, somos mujeres y madres muy diferentes, pero da gusto saber que en las penas tienes gente que te acompaña, que no te dejan sola. Pues ellas están ahí, a diario virtualmente, por lo que juntarnos es una inyección de aire fresco.
Posado delante de la Puerta del Sol - Foto de Angiex4
Bueno, voy al Madresfera Blogger"s Day que si no me pongo tonta y no avanzo. Pero sin mis "petardillas" como me gusta llamarlas cariñosamente, no sería lo mismo.
Tenía muchas expectativas en este encuentro de madres blogueras. Además iba más tranquila porque conocer personalmente a muchas blogueras - y blogueros, que habelos hailos, como las meigas- ayuda, así que estaba deseando llegar y dejarme sorprender por las ponencias y las charlas.
Tras llegar -tarde-, hacernos la foto de rigor, saludar a la anfitriona y las blogueras que estaban en el hall, pasamos al salón. Esta vez no me tuve que conformar con sentarme en la última silla de la última fila, pudimos acomodarnos en la tercera fila, para estar bien cerquita y no perder detalle de nada.
Posado en photocall de bienvenida - Foto de Angiex4
Tengo que reconocer que la mañana se me pasó volando. Fueron charlas tan amenas, tan directas al grano, que no dio lugar a mirar al reloj ni bostezar de aburrimiento. Algo que sí hice el año pasado, como contaba en este post. Enseguida Twitter empezó a echar humo contando todo aquello que nos iba pareciendo digno de ser contado, tanto que en poco tiempo logramos ser #TT.
La idea era clara: proporcionar herramientas básicas y claves para lograr profesionalizar un blog. Y no tiene que ser el blog por sí mismo a través de la monetización por ejemplo, sino que se puede extrapolar de muchas maneras: mediante la marca personal, en proyectos surgidos a través del blog (libros, webs, negocios varios...) y es que, como bien recalcaron, las madres somos multidisciplinarias y el ser madre y bloguera es un claro reflejo de ello.
En ese momento no me reconocí como tal, pero sí, ciertamente, yo me he profesionalizado gracias a mi blog, mi blog me abrió la puerta a lo que hoy es mi trabajo, mi tienda online -autopublicidad again-. Quizás si un día no hubiera emprendido mi aventura en este blog hoy no abría encontrado mi salida profesional en internet.
Fue un placer escuchar las experiencias de blogueras profesionales que han llevado su blog más allá de una plataforma de desahogo o visión personal. Cómo se organizan, cómo trabajan, las herramientas que utilizan, el compromiso que asumen y la pasión que ponen en ello.
También fue un placer escuchar el punto de vista de las marcas: qué le podemos ofrecer como blogueras y qué esperan de nosotras; hacia dónde va la blogosfera maternal y qué hemos aportado en todo este tiempo de existencia. Lo mejor, poder establecer un diálogo abierto entre ponentes y público, un debate y un feedback enriquecedor. Que sí, que casi me tienen que arrancar el micrófono de las manos, pero yo soy así, me meto de lleno y me gusta participar, transmitir mis dudas y aportar mi punto de vista.
Si las ponencias de la mañana me tuvieron pegada al asiento y tuiteando como si no hubiera un mañana, los workshops de la tarde no decepcionaron. Yo elegí el de "Seguridad y legalidad para tu blog" y el de "Lánzate para emprender: de tu blog a tu empresa", y de ambos puedo decir que, además de interesantísimos y muy útiles, se me hicieron cortísimos. Con gusto hubiera echado en cada uno una hora más, por lo menos.
En ambos workshops partía de una base sobre la que ya tenía conocimiento, pero no está de más ahondar en el tema y aprender cosas nuevas. Nunca se sabe todo. Sobre ellos y sobre lo que más me ha intersado de las ponencias hablaré en otro post, desarrollando mis conclusiones de toda la jornada.
Entre charlas, ponencias y workshops hubo tiempo de sobra para poder saludarnos, ponernos cara, charla y echarnos unas risas. O sea, mucho hablar y poco comer, aunque en mi caso hablé y comí en abundancia.
Risas, fotos, poses y lucir palmito - que muchas me habéis dicho "pero qué mona que ibas", pues que sepáis servidora llevaba un vestido recuperado del fondo del armario, un vestido que me encanta porque me lo compré para la celebración del primer cumpleaños de Iván, o sea, 5 años casi que tiene, ahíesná, y que da gusto entrar en él 5 años y un embarazo después-, no hubo momento para el aburrimiento.
Codeándome con gente de la buena
Imposible nombrar a todas las blogueras con las que tuve el gusto de volver a coincidir, descubrir y poner cara, porque si os nombro alguna se me olvida y no quiero dejarme a ningua. Sabéis quiénes sois, muahahaha.
Pero sí tengo que decir que me encantó poner cara a Madres Cabreadas, fue mi descubrimiento de esta desvirtualización, y reecontrarme con Elena La guinda de limón, que nos conocemos desde que éramos unas mozas, años ha, y la blogosfera maternal ha querido reunirnos.
Pedazo Selfie molón
Así que fue una jornada maratoniana, intensa, interesante a la par que divertida y entretenida. Mi sensación es que este año me estaba gustando muchísimo más que el año anterior, porque todo estaba mucho más concentrado y especializado. Ya contaba en este post que el evento madresférico del año pasado lo disfruté por la desvirtualización, pero las ponencias y charlas me aburrieron.Y que no me gustó nada el regalito de productos de limpieza, este año chapó con la batería recargable con usb.
Y como broche final, nada mejor que irnos de cena extra-oficial en petit comité -que no era una cena exclusiva, sino que solo nos animamos una pequeña parte de l@s asistentes- donde relajarnos y hablar de otra cosa que no fueran nuestros blogs, sus perspectivas profesionales y demás.
Me alegro de haber sido partícipe de un evento de calidad y no puedo más que felicitara Madresfera y a su cara visible, Mónica, por su implicación, por el trabajo bien hecho y por haber logrado hacer una jornada digna. Solo puedo decir que me quedo con gana de más, y que ojalá repitamos el próximo año.
Y mi pena, como no, despedir de nuevo a Lou, Angie y Ruth, deseando tener una nueva oportunidad de encontrarnos. Nenas, sois lo mejor ¡y que nadie os diga lo contrario!.
Foto finish pre-despedida
Y con esto y un bizcocho, hasta aquí mi crónica de este estupendo fin de semana. Siguiente parada, ¡Super Party de #Malasmadres!
Continuará...