Pues nada, ya os he contado el final, ¡no me llevé el premio al mejor blog de embarazo!. Y aunque me hubiera gustado ganar, no lo voy a negar, con la miel en los labios de haberlo tenido muy cerca, puedo decir que me siento ganadora por todo el apoyo y cariño recibido. Sentir que mucha de la gente que estaba el sábado en el bloggers day deseaba de verdad que yo ganara, ver cómo más que desearme suerte me decían "¡es tuyo!", cómo cruzaban los dedos antes de decir el blog ganador, las miradas cómplices, sentirme tan querida y arropada, es el mejor de los premios.
El día en sí, pues creo que lo voy a contar rapidito. Es la priemra vez que acudo a un evento de estas características como madre de un bebé, acompañada por él porque de momento somos un pack, y ¡cómo cambia el cuento!. Os podeis imaginar, mi intención fue prestar mi máxima atención a todas las charlas, que fueron muy amenas e interesantes, pero dado que mi Bollicao manda me pasé todo el tiempo entrando y saliendo, ahora me siento ahora me levanto, que si llora, que si sueño que si teta, y así es un poco difícil mantener toda la atención en las charlas.
Por no variar, además, llegué algo tarde, acompañada de mi querida Peluchín y sus papis, que fue mi compi de aventura en esta ocasión. Ya había comenzado el evento y entre localizar un sitio libre donde sentarnos y los achuchones que repartí camino a mi asiento -es lo que tiene encontrarte con tant@s amig@s, afortunadamente-, me perdí la presentación.
Como no, mi buen Murphy que siempre me acompaña, inevitable, fue sentarme, coger al peque que protestaba en la silla y percibir cierto olor a "mantequilla rancia", o lo que viene siendo que se había hecho caca. Así que no duré sentada ni medio suspiro, allá que me tuve que ir al primer cambio de pañal, que mi niño será muy guapo pero caga como un mirlo el jodío, no sin antes darme cuenta de que me había olvidado las toallitas en el hotel. Menos mal que allí éramos muchas mamás con bebés y que había un paquete de toallitas en cada bolsita de regalo a los asistentes, no podían ser más apropiadas.
El resto del día transcurrió intentado enterarme de algo en la charla, dando teta al gordo, saludando por aquí, repartiendo besos y abrazos para alla, reencontrándome con caras conocidas, desvirtualizando otras, charlando sin parar.. Fue un día muy largo e intenso y lo peor fue que, a pesar de las horas que estuvimos allí, hubo gente a quien no llegué a ver y que ahora me da mucha rabia. Pero es que a veces entre que te pones a hablar con una o con otro -que esa es la gran novedad, ¡cuantos papás blogueros, por fin!- y se te pasa el tiempo volando.
Intenté apuntarme a todos los concuros que había, hubiera matado por llevarme el aspirador Dyson a casa con la falta que me hace -me diréis, tres niños, dos gatos, un marido casi ausente, pelusas y migas de galletas everywhere- pero entre que no tengi arte para los selfies y que llegaba a todo deprisa y corriendo, pues como que no. Eso sí, que me quiten lo bailado porque me lo pasé pipa haciendo el monger cada vez que intentaba hacerme un selfie medio decente, tengo que empezar a practicar porque esto no puede ser.
Mi único suspense se lo doy al stand de una famosa marca que, a pesar de tener unas tronas y hamacas cojonudas, vende unas mochilas de dudosa ergonomía y se empeñan en convencernos de que quienes optamos por el porteo ergonómico estamos equivocados. Confieso que me acerqué solo por el hecho de que sorteaban una hamaca, que me encanta -una cosa no quita la otra- pero en cuanto la que estaba en el stand intentó meterme por los ojos las mochilas y convencerme de lo imposible, salí huyendo y pensando "que le den por saco a la hamaca". De verdad, qué jartura por dior.
Y es que pensarás que es una tontería pero que me digan que sus mochilas están pensadas para bebés sanos -como si los portabebés ergonómicos fueran una prótesis para bebés con algún tipo de problema-, o que un bebé sano no necesita ir en posición ranita -sí, eso llegó a decirme, clama al cielo-, que ningún bebé se ha hecho daño en sus mochilas -solo faltaría- y que millones de personas en el mundo están contentísimas con ellas -me callo por educación, pero cada vez que me encuentro con este argumento lo primero que pienso es "la mierda es buena, millones de moscas en el mundo no pueden estar equivocadas"- la verdad es que me pone de bastante mala leche. Pero en general se le hizo bastante vacío a esta marca, por muy molones que sean otros productos suyos. Eso, que había muchas mamás con portabebés ergonómicos y en el stando de Ergobaby siempre había alguien. Queda claro pues.
El evento en sí fue muy distendido y divertido. La charla a la que más atención pude prestar fue a la de Alfonso Alcántara, que menudo arte que tiene y cuánto nos hizo reír a la vez que nos daba tips de coaching de lo más útiles (y que espero recuperar de alguna manera porque ahora mismo tengo serias lagunas).
La entrega de premios fue un colofón perfecto. Creo que Hugh Jackman y Billy Crystal tienen una serie competencia, a este paso me veo a los papás blogueros presentando la gala de los Oscar porque madre mía, que talentazo, qué artistas, y qué par de huevos le echaron. No me pude reir más y yo al menos agradezco un puntito de humor, que siempre deja buen sabor de boca.
Por supuesto, lo mejor sin duda fue toda la gente a quien pude abrazar, con quien pude compartir un ratito. Me encantaría nombraros un@ a un@ pero me temo que mi mala cabeza me dejaría en evidencia olvidando algún nombre o cara y no quiero que eso suceda. Bueno, vale, voy a nombrar a alguien porque es muy, muy raro verla en estos saraos y creo que ha sido una excepción, pero son tantos los años que no seguimos mutamente que conocer personalmente a mi querida Eva de Opiniones Incorrectas fue genial, ¡por fin!, aunque un momento muy breve, pero qué alegría de encuentro.
Ya al final del evento caí en la cuenta de que allí éramos tres blogueros de Huelva -vale, yo soy gallega pero es inevitable, para algunas cosas soy más de Huelva que el choco- y no podía dejar pasar la oportunidad de inmortalizar la presencia de la representación onubense, con sumo orgullo, gracias a Jose María de La pareja de Golpe y Elena de La Guinda de Limón. Sí, mi heredero quería apropiarse el galardón, lo tengo bien enseñado, ¿verdad?
Y aunque se que me dejo mucho por contar, aquí lo dejo diciendo que el evento superó mis expectativas -salvo la parte de no llevarme el premio, claro, jajaja- que lo disfruté a tope y que Madresfera de nuevo ha organizado un sarao como está mandao. Y yo aquí, deseando ya que llegue el siguiente.