Lo bueno de este evento es compartirlo con alguien, nunca he acudido sola, he aprovechado la ocasión para reencuentros con amigas y esta vez no podía ser diferente. Mi acompañante en esta ocasión fue Meritxell del blog Mis patucos y mis tacones, que ya nos habíamos conocido hace un par de años en el #Baf, e hicimos toda la ruta juntas.
Como una ya lleva muchas palizas en cuesta hace tiempo que decidí tomarme este evento con tranquilidad, llegar el día antes y marcharme el día después, porque es tan intenso y agotador que hacerlo en el día para mi gusto le quita emoción.
Así que nos fuimos el viernes y comenzamos con los encuentros esa misma noche, cenando con las chicas de Mujeres y Madres Magazine, que para mi ya son más amigas que blogueras. Las risas que nos echamos no están pagadas con dinero, fue una velada divertidísima de la que apenas hicimos fotos, yo al menos, pero que me supo a gloria. Al blog pongo por testigo que repetiría cena cada viernes de cada semana del año, porque son terapia pura.
Debo añadir que, como madre de tres criaturas, la logística es complicada para acudir de single a estos eventos así que en esta ocasión de nuevo me acompañó mi Bollicao porque, valorando pros y contras, me complicaba menos llevarlo conmigo. Y aguantó como un campeón todo el tute que le di entre viaje en coche, cenas, evento, más cenas. Este me sale farandulero, fijo.
El sábado como no podía ser de otra manera disfruté toda la jornada del #MBDay17. No me pregunteis cuán interesantes fueron las charlas y ponencias porque no tengo ni la remota idea. De verdad. Y no me duele prendas confesarlo, este año tenía muchas ganas de disfrutar del momento con toda la gente a la que quería ver y saludar, además de que mi Bollicao no es precisamente un bebé que se conforme con estar sentado y se pasó toda la jornando haciendo de mopa, gateando por toda la sala, y ejerciendo de portero oficial, abriendo y cerrando la puerta a cada momento. Hay que ver la perra que le ha entrado a este niño con las puertas.
No disfruté de las charlas pero disfruté a tope de la gente. Eso es lo que me traigo. No me hice todas las fotos que quisiera, no comí todo lo que me hubiera gustado -bueno, esto no fue tanto por las fotos como por que casi había que hacer una emboscada a los camareros para pillar un bocao de algo de las bandejas-, ni siquiera saludé a toda la gente que quería saludar, ¿por qué será que siempre me dejo a mucha gente por detrás?, pero desde luego exprimí el tiempo todo lo que pude y más.
Eso sí, me apunté a todos los sorteos, que las cosas gratis no hay que despreciarlas y porque, ya que estoy allí al menos participar, que menos da una piedra.
Y hablé mucho, muchísimo, hasta quedarme ronca. Y me reí mucho, muchísimo, hasta dolerme la mandíbula. Y también lloré de emoción al ver que amigas a las que quiero mucho se llevaban merecidísimos premios por sorpresa. Porque si alguien se merece un premio a la trayectoria, esa es mi Sara.
Y lucí palmito, no por gusto, pero vaya, que menos mal que me arreglé un poco y no por salir en las fotos sino porque me pasé todo el santo día de pie corriendo tras mi gateador, sin importarme que todo el mundo me viera el susodicho al agacharme con la minifalda, ¿cuándo fue que perdí la vergüenza?, probablemente nunca la haya conocido.
Fue un bloggers day como han sido todos los bloggers day hasta ahora, intenso, agotador, divertido, emocionante, distendido, emotivo, gamberro, maternal, enriquecedor, único. La conclusión de todo esto es que me siento tremendamente afortunada por ser parte de esta gran familia, es un orgullo sentirme parte de algo tan grande.
Como no podía ser de otra manera la fiesta no acabó con el evento y al salir nos reunimos las Pulevitas 2015, o sea, las bloggers que acudimos a la segunda edición del Blogtrip de Puleva, que ya teníamos ganas de hacer un reencuentro. No estábamos todas, esa fue la lástima -pero buscaremos el momento para lograrlo- pero sí las suficientes para echar un buen rato de risas juntas. Quiero muchos momentos como esos, de verdad.
Lo malo del Bloggers Day de Madresfera es que se hace corto, pero como se suele decir, lo bueno si breve dos veces bueno, o tendremos que consolarnos pensando así. Y aunque no nombre a nadie en concreto porque no quiero cometer el error de olvidarme de nadie, que lo haría, ha sido un auténtico regalo compartir este día con vosotr@s.