La última propuesta televisiva es de Antena tres. Una especie de Gran Hermano, donde un grupo de adolescentes convive bajo el estricto sistema educativo que imperaba en 'la España de los años 60'. El plato fuerte, como siempre, es el roce que se da entre los compañeros de ‘jaula’, pero también las reacciones de estos chicos del siglo XXI ante la aplicación de normas de antaño.
¿Qué intención puede haber, a parte de la obvia inversión económica, detrás de este bombardeo mediático sobre los jóvenes y su mal comportamiento en sociedad?
El desarrollo y aumento de las libertades individuales, la sobreprotección de los menores, a veces injustificada, y el tipo de vida que llevamos actualmente, pueden ser factores que condicionen, según dicen los expertos, a que los niños ‘hagan lo que les de la gana’.
El esquema de familia a la antigua usanza, en el que el padres e hijos pasaban mucho tiempo juntos, y donde las normas era regias y los castigos eran incuestionables, ha pasado a ser sustituido por un ambiente desenfadado, en un hogar donde padre y madre trabajan fuera y dentro de casa, y los niños pasan mucho tiempo sólos.
No sé si es muy arriesgado decir que ahora los niños se portan peor, debido a ese 'mal uso' de su libertad, pero lo que sí me parece entender es que el castigo como tal, o no se aplica tanto, o, desde luego, no bajo los mismos parámetros.
Recuerdo cómo en el instituto dábamos la materia de psicología, y mi profesora, solía defender el condicionamiento de recompensa en lugar del típico castigo, por parte de los padres y también de los profesores.
Ella, decía que siempre era mucho más efectivo motivar y recompensar por una buena conducta, que meter miedo y castigar un mal acto en un menor.
Por entonces, me parecía un tema delicado y complejo, y ahora que os leo en los foros y veo lo difícil que es educar y ser madre, creo que mucho más todavía.
Me gustaría saber qué opináis sobre el castigo. Sin ánimo de condicionar a nadie, os ofrezco los datos una encuesta que os hicimos en el canal de Padres hace unas semanas, en la que la cosa quedó repartida entre dos tendencias a favor del castigo. Esto es lo que opinasteis vosotras:
Una gran mayoría dice ‘sí al castigo, pero siempre teniendo en cuenta la gravedad de la falta cometida’.
Y otra, defiende también el sancionar, ‘a través de la privación de algún elemento de placer para el niño’ (consolas, chucherías..)
¿Vamos un poco más allá y debatimos aquí qué os parece este tema? ¿No creéis que está lleno de matices que merece la pena recalcar?
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