Es imprescindible que los padres se preocupen realmente sobre la alimentación adecuada para sus hijos. En una encuesta reciente sobre alimentación infantil en España se constantó que se cometen muchos errores alimentarios durante la infancia, y que los padres no son realmente conscientes. Veamos algunas claves para mejorar la alimentación de los más pequeños de la casa.
La mencionada encuesta arrojaba un dato sorprendente: el 90% de los padres consideraba que sus hijos tenían unos hábitos nutricionales equilibrados. Unos padres demasiados optimistas, yo diría que como consecuencia de la falta de conocimiento y el convencimiento de que ciertos hábitos son los adecuados.
Las prisas del día a día no son buenas consejeras y llevar una alimentación saludable en el hogar no resulta tan sencillo, pero tampoco imposible. No caer en determinados errores resulta determinante.
¿Cómo podemos mejorar la alimentación de los más pequeños?
1. Dar ejemplo
Siempre se dice que los padres son el espejo donde se miran los hijos. Si por ejemplo, no tomas verduras o no comes pescado o sales de casa sin desayunar, no pretendas que tus hijos lo hagan. Siempre que sea posible, el menú debe ser el mismo, y si no lo es, intenta explicarle las razones de por qué tomas algo diferente. Los niños son muy listos, no los subestimes.
2. No improvises, planifica las comidas
Muchas de las familias no planifican sus menús semanales y eso tiene consecuencias, porque se tiende a improvisar con lo primero que pillamos y pasa lo que pasa. Lo de "¿qué te apetece comer, hijo?" lo tenemos que ir desterrando.
3. Haz que tus hijos se involucren en su alimentación
La mejor manera de inculcar unos buenos hábitos alimentarios en los más pequeños es implicándolos de lleno: que cocine contigo y que te ayude, que vaya contigo a la compra, que conozca nuevos alimentos, que se preocupe por lo que come, que se de cuenta de la importancia de llevar una dieta saludable, etc. Volvemos al punto 1, daremos ejemplo.
4. Vigilar el tamaño de las raciones
Parece muy obvio, pero hay padres que no lo entienden del todo. Los niños son niños, y no es razonable que coman la misma cantidad de un adulto. El tamaño de las raciones variará dependiendo de la altura, el peso, el sexo o de la actividad física que hagan. Seamos sensatos.
5. Varias comidas al día y un buen desayuno
Cada una de las comidas que hacemos a lo largo del día tienen su importancia al igual que el horario para hacerlas. Por favor, no hay que saltarse ninguna a la torera. En la constancia está el éxito. Y por supuesto, no nos podemos olvidar del desayuno, que es básico. Nos vamos olvidando de los cereales azucarados para el desayuno y mejor nos decantamos por el pan (si es integral, mejor) y la fruta.
6. Stop al picoteo
El picar entre horas implica un consumo elevado de snacks, golosinas y aperitivos muy poco recomendados. ¿Por qué ocurre? Porque los niños no han hecho bien las comidas principales. Insisto, vamos a inculcarle el hecho de consumir fruta en vez de chucherías y bollería barata. Importante: no prohíbas ningún alimento, porque vas a conseguir el efecto contrario.
7. Hay que comer de todo
Tenemos que hacerles ver que no hay alimentos prohibidos y que llevar una dieta saludable no significa que comamos de forma aburrida. Reconozco que no es una tarea fácil, pero hay que ser perseverantes. Por ejemplo, mezcla diferentes verduras en el mismo plato con diferentes colores, ponle frutas "raras" de vez en cuando e incítale para que te pregunte sobre ellas, prueba diferentes variedades de arroz, cocina diferentes tipos de pescado, con raspa y sin ella, etc.
8. Ojo con la sal, los azúcares y las grasas
Se abusa de los embutidos (con sal y grasa oculta), los dulces, la bollería y los refrescos azucarados. Como dije antes, no puede haber alimentos prohibidos, simplemente hay algunos que hay que tomarlos con moderación. Por ejemplo, que beban agua -que es lo que tienen que hacer- entre diario y las bebidas azucaradas dejarlas para el fin de semana. Otro consejo muy práctico es que simplemente no compremos bollería, así no tenemos que prohibir a la vez que evitamos la tentación (también vale para los adultos eh!).
9. Comer en familia alejados de la televisión
Todo el tiempo que pasemos con nuestros hijos compartiendo el ratito de la comida es muy valioso para su educación nutricional, no lo olvides. Por otro lado, ya sabemos que los niños son unas esponjas para absorber los mensajes de los anuncios publicitarios, sobre todo de aquellos alimentos poco recomendados. Evitamos esto.
10. No utilizar la comida como incentivo
Uno de los grandes errores, a mi juicio: el premiar o castigar con comida. Una alimentación saludable no se debe prestar a ningún chantaje o coacción. Lo peor de todo es que en la mayoría de casos, se utilizan los alimentos poco deseables como moneda de cambio, dándole a éstos mucha más importancia de la que tienen.
¿Qué trucos utilizas tú para que tus hijos lleven una alimentación correcta?
¡Espero que te haya gustado el post de hoy!
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