Así que les comparto lo que aprendí, un pequeño resumen:
Que la gente siempre va a opinar sobre la crianza de tú bebé, tú decides si te molestas o no.
Amamantar es difícil. Muy difícil. Y si alguien te dice lo contrario, te está mintiendo, solo debes poner de tú parte para darle lo mejor a tu niño.
Que por muy cansada que estés, el llanto de tu bebé te alentara a atenderlo.
No todo llanto del bebé es hambre, puede ser que tenga sueño, quiera que lo cambies o tenga gases.
La lactancia Materna sí alimenta a tu bebé, es solo que la leche materna se digiere más rápido por eso el bebe llora más seguido por hambre.
Las noches son más cortas y los días son más largos.
Tus baños se hacen cortos, los rituales de belleza pasan a un segundo plano al igual que tus necesidades fisiológicas.
Si tu bebé es varon debes cambiar rápido el pañal si no quieres una pequeña fuente bañándote (aún me pasa).
Las manitas del bebé se ensucian constantemente.
La comprensión de tu pareja es fundamental en ese primer mes de adaptación, por lo tanto comunícate, hazle saber lo que sientes.
Si tú bebé tiene gases no le des anís estrellado, lo único que puedes hacer es arrullarlo, y subirle las rodillas a nivel del área abdominal algo parecido a cuando se esta montado en una bicicleta (10 repeticiones).
Cortar las uñas del bebé es todo un reto, aun cuando debes hacerlo cuando él esta durmiendo.
Estas son las cosas que mas recuerdo en mi primer mes como mamí pero la que más te marca y sé que todas estarán de acuerdo conmigo es que fue el mes donde comprendí que el verdadero amor si existe, el incondicional, un amor que durara eternamente, el amor de una madre.