circunstancias adversas capaces de minar la moral de la madre más motivada:
-Molestias físicas del puerperio: loquios, entuertos, gases, grapas de cesáreas, episiotomías, hemorroides...
Muchas de las cuales ni siquiera sabías que existían, como los loquios, o las comadronas apretándote el útero en plan sádico pese a la cesárea. Mención aparte para la episiotomía, "esa intervención que sólo se realiza en algunas ocasiones" según el libro que leíste durante el embarazo y que luego se la cascan al 90% de las mujeres en España.
-Molestias físicas del inicio de la lactancia tras la subida de la leche: hinchazón de las mamas, el dolor del "tironcillo", pezones sensibles, goteo, un hambre y una sed atroces...
Muchas de las cuales ni siquiera te habías planteado, como lo que puedes llegar a manchar por el goteo de la leche si no tomas precauciones (dando el cante por la calle si te descuidas).
Mención aparte el tema de los pezones sensibles (tras las tomas o tras una sesión de sacaleches), que según el libro que leste durante el embarazo es un problema de mujeres que no echaban tal o cual crema o que no se habían masacrado los pezones de tal o cual manera...
-Cansancio físico, falta de sueño y agotamiento mental. Muchas horas pasando penalidades, y no sólo me refiero a contracciones: también visitas de la suegra, regalos horribles... Si la privación de sueño es un método de tortura, por algo será.
-Paranoias mentales típicas del puerperio: sentimientos de duelo en caso de parto traumático,
sentimientos de rechazo hacia el hijo o la pareja, depresión post-parto...
Y todo ello te lo tienes que tragar en soledad porque son cosas que hay que vivirlas para entenderlas: ni los maridos ni los que no han pasado por ello lo suelen entender, y mucha gente hace comentarios que lejos de ayudar, fustigan.
-Aturdimiento y desconcierto por el cambio de situación: visitas, responsabilidades domésticas,
burocracias, médicos, la casa llena de regalos que aún no han sido colocados, adaptación a las rutinas
del/los neonato/s...
Y todavía habrá gente que no entienda la necesidad de que la madre esté acompañada durante los primeros días de baja (por una baja suficientemente larga del padre)...
-Acumulación de opiniones y comentarios contrarios a la lactancia por parte del entorno: "este/os niño/s estaría/n mejor con biberón", "parece que se queda/n con hambre", "¿seguro que ha/n comido lo suficiente?", "¿es normal que pase/n tanto tiempo a la teta?", ¿"no habría que dar/les un poco de "bibe" aparte?", "estás cansada, ¿por que no le/s damos nosotros biberón?", etc.
Pese a que las hormonas de la lactancia suelen mantenerte en el primer mes en un estado mental propicio al "tol mundo es güeno", la verdad es que hay gente que te lo pone difícil para no querer estrangularles con tus propias manos.
Y seguro que me dejo muchas más.
Todo esto que comento ES NORMAL, les pasa a todas. No es que si nadie lo comente es porque nadie quiere pasar por mala madre; es que es tan cotidiano que preocuparse por ello en demasía es como agobiarse porque los pedos huelen mal (salvando las distancias).
El primer mes de lactancia se hará menos duro si se hace un mínimo de higiene mental.
Las molestias físicas son pasajeras. Comento algunas de ellas aquí.
Sólo en algunos casos deberás consultar con una profesional.
El caos doméstico y el cansancio mejorarán igualmente en pocas semanas o meses cuando te hagas a la nueva situación. Delega todo lo que puedas sin culpabilidad. El padre demostrará si está a la altura de las circunstancias haciéndose cargo de sus responsabilidades. Si está atolondrado, recuérdaselas: aunque él no pueda dar el pecho, hay muchas otras cosas en las que te puede liberar de presión. Que se lea este post.
Aguantar opiniones contrarias a la lactancia materna desgasta mucho psicológicamente. Llévalo con humor y condescendencia. En este y muchos otros blogs y libros podrás cargarte de argumentos, OJO, no para discutir con nadie, que no merécela pena, si no para saber que si sigues con la lactancia materna eres tú la que está haciendo lo correcto.
Otras paranoias frecuentes en las madres lactantes están descritas aquí.
Las lactancias prolongadas no son privilegio de aquellas que lo tienen todo muy fácil o no tienen dificultades, sino de aquellas que tienen el valor y los conocimientos para superar los obstáculos, y la paciencia de no desanimarse por obstáculos realmente muy pequeños. Dado que sigue habiendo mucha soledad en torno a la motivación de dar el pecho y poco apoyo familiar y social, la madre ha de poner coraje extra de su parte. Hacer de mamas corazón.
Así que mi mensaje para las lactantes en su primer mes se resume en: delega, descansa lo que puedas, ignora comentarios negativos y escucha a tu instinto. Infórmate (te dejo mi lista de post sobre el primer mes). Y no, no es que parezca que tu hijo se queda con hambre. Es que necesitas aumentar el número de tomas para aumentar la producción. Es pasajero y todo volverá a la normalidad más pronto de lo que crees.