Con casi toda seguridad, las rabietas infantiles son uno de esos grandes temas que siempre tienen cabida en nuestro canal de padres. Y es que ocupan gran parte del tiempo (para algunos demasiado) de los cansados y desmotivados padres que ya no saben a qué o a quién recurrir para que sus hijos se porten bien. Se trata de un tema tan vasto y lleno de matices, que es necesario tener muy claro qué es y a qué nos estamos enfrentando como papás. Así que, nunca viene mal un poco de teoría....
¿Qué se entiende por las rabietas infantiles?
Se podría decir,de forma resumida, que es el comportamiento o reacción totalmente desproporcionado que tiene un niño, a veces hacia un estímulo concreto, y otras muchas 'sin aparente razón'. Es esta segunda circunstancia la que hace volverse locos a muchos papás: ése ''no saber qué hacer'' crea mucha impotencia e incrementa la intensidad de la rabieta. Conclusión: hay que poner algo de orden, saber gestionarlas.
No os preocupéis porque ni son algo grave ni duran toda la vida. La rabieta suele darse a partir de los 2 años, aunque en muchos peques no experimenta su apogeo hasta llegados los 3 o 4.
¿Son algo natural, lógico...o debo preocuparme?
Os gustará saber que, gran parte del colectivo de psicólogos infantiles consideran las rabietas como una respuesta sana de vuestros hijos. Una señal inequívoca de que están creciendo de forma favorable. Según la psicóloga infantil, Sara Tarrés, las rabietas llegan a ser incluso ''necesarias'', por estas razones que a continuación os desarrollo.
¿Qué implica, entonces, una rabieta?
Entre otras cosas, podríamos decir que a grandes rasgos, hace que tu hijo se desarrolle de una forma autónoma. Las rabietas suelen coincidir con otros episodios de la evolución de los bebés. (empiezan a hablar correctamente, empiezan a ir al cole, empiezan a comer 'de todo'...) esto explicaría el por qué de esa lógica de la que hablábamos. Tu hijo está experimentando cambios en sí mismo y en su entorno, por ello las rabietas se tornan 'naturales'.
Además, las rabietas implican que los niños empiezan a darse cuenta de sus limitaciones, lo que es bueno, pues por fin saben que ''ni son los únicos en la vida de papá y mamá, ni son perfectos''. Por último, según la experta, las rabietas indican 'independencia'. Tu hijo empieza a reivindicar autonomía a otro nivel: con esta respuesta en forma de pataletas, lloros o gritos, de alguna forma, nos están comunicando que quieren hacer las cosas por sí mismos: ya se sienten preparados.
Resulta muy difícil hacerse a la idea de que es esto lo que quieren transmitirnos ¿verdad? Pero tras diversos estudios es una de las conclusiones psicológicas que cuenta con más aceptación. Otras veces, hacen alusión a algo en concreto: llamar la atención en torno a un hecho u objeto, incluso, llamar la atención porque viene un hermanito en camino. ¡Si, si, como leéis! De cualquier forma, no son eternas. Como os decía, se disipan con el tiempo. En algunos casos, apenas duran unos meses.
Imagen. Jared Eberhardt /flickr
¿Cómo debo actuar, como madre o padre?
Es casi, más gráfico, recomendaros Qué No hacer en estos casos.
-No utilizar la fuerza física o corporal. Entre otras cosas porque no va a llevar a ningún lado productivo. Invertirías tiempo, esfuerzo y te 'cansarías' emocionalmente hablando, para ganar cero atención por parte de tu hijo. Al revés, la fuerza física le provocaría mayor intensidad en su rabieta.
-No cedas a sus deseos, por reiterativo que se ponga tu hijo. Es la parte más difícil, especialmente si se pasan 'horas y horas' así. Lo sabemos. ¡Paciencia!
-No le pongas etiquetas, le juzgues o insultes, menos aún públicamente. La humillación es muy recurrente en algunos padres. No lo hacen 'a drede', pero no se dan cuenta que con esta actitud, estarán incrementando en sus hijos sentimientos negativos.
-No discutas con él ni te pongas a su nivel. Tú no eres un niño, él sí. Tú sabes auto controlarte, él apenas está aprendiendo.
Y entonces, ¿qué sí debo/puedo hacer por él?
-En un tono de voz relajado (aunque no lo creas, le ayudará a calmar el suyo) explícale a tu hijo por qué no debes ceder ante su enfado y cuáles son las razones que te llevan a no 'hacerle caso' en su petición.
-En vez de castigarle, prueba a reforzar su conducta positiva. Sí, estamos hablando del refuerzo positivo Anima a tu hijo a portarse bien. Cuando vea que se le premia, aunque sea de forma verbal, su buena conducta, querrá repetirla y superarse a sí mismo.
-Una vez más, el juego y las actividades creativas de tus peques, tienen mucho que hacer en este terreno. El juego no sólo es un elemento potenciador del aprendizaje y de la creatividad, también sana y cura ¡y hasta moldea conductas!. Por ello, muchos psicólogos infantiles proponen a los papás con niños 'algo agresivos' a que jueguen juntos, en casa. ¡El juego siempre trae 'cosas buenas'! Aprovechémonos de él una vez más.
Gracias al juego tu hijo proyectará sus sueños, ilusiones y también las frustraciones. Hacer que juegue tras una rabieta, e incluso, durante, puede ser muy beneficioso para él. Se relajará, se explayará, sacará de sí ''todo lo que tiene que decir'' y además estará haciendo algo productivo.
¿Os preocupan las rabietas? ¿Queréis aportar algún otro método?