La buena noticia es que luego del parto estos síntomas desagradables suelen desaparecer, pero algunos no, se quedan allí y deberás lidiar con ellos de modo indeterminado, por ejemplo:
- La acidez estomacal. No basta con 9 meses tomando Almagato en cualquier presentación, agua, leche, limón en ayunas, y cualquier receta de la abuela, si has sufrido de acidez durante el embarazo tienes probabilidades de que persista y sobre todo ataque de noche perturbando tu poco descanso.
- La incontinencia urinaria. Si esa que da en el primer y último trimestre, o en algunos casos en todos. Pues si has quedado con el suelo pélvico debilitado, prepárate a hacer muchos ejercicios de Kegels, gimnasia hipopresiva, comprar una bola china, hacer cero abdominales, y a llevar siempre contigo varias compresas para "pérdidas de orina", incluso, mantén una muda de ropa limpia en el coche, no sabes cuando tu suelo pélvico te traicionará y tendrás la sensación de que has roto aguas.
- ¿Ya he dicho Kegels?, No los olvides nos acompañarán a todas el resto de nuestras vidas.
- Hipertensión arterial. Si sufriste de hipertensión gestacional, preeclampsia en el embarazo o parto, tienes muchas papeletas para seguir padeciendo de hipertensión arterial, hay algunas mujeres que tras el parto, todo esto queda como un mal recuerdo, pero otras deberán vivir con su pastillita de por vida.
- Lumbalgia. Sí, nos dicen que termina al momento de parir, pero no siempre es así, incluso en algunos casos puede ir a peor. Tu cuerpo deberá adaptarse a su nueva postura y llevarás al bebé en brazos mucho tiempo, te agacharás y levantarás con el en brazos, y muchas cosas que tu médico de cabecera te explicará también influirá tu posición al dormir o alimentar al bebé.
Todo tiene solución, pero no sera inmediata. Al mal tiempo buena cara, ahora a disfrutar del bebé al máximo!