Establece una rutina de trabajo y un horario .Enséñale a distribuir el tiempo y a dividir los deberes en pequeñas tareas más asequibles. Una buena opción es que tengan una pizarra en la que hagan su propio horario semanal de trabajo.
Ellos mismos se darán cuenta de como gestionar su tiempo.
2. Organiza estratégicamente las sesiones de estudio. Algunos niños pueden preferir hacer primero los trabajos más difíciles. En cambio, otros prefieren primero las tareas más fáciles. El descanso es fundamental.
3. Inculcarle habilidades. Puede ser útil enseñarle técnicas de estudio. Al principio un niño no es organizado de manera natural, no sabe cómo estudiar, así que hay que ayudarle a que lo aprenda. Subrayado de materia, esquemas o resúmenes pueden ser las armas perfectas para que en un futuro el niño gestione perfectamente en sus tareas diarias.
4. Enséñale a aplicar las cosas del colegio al mundo. Aprovecha cualquier momento para reforzar lo aprendido. Le resultará más atractivo.
5. Anímale a pedir ayuda cuando le haga . Elogia siempre su esfuerzo, mucho más que los resultados obtenidos.
6. Si el niño se queja constantemente de los deberes o le cuesta mucho hacerlos puede indicar un problema. En algunos casos, los niños sólo necesitan aprender y practicar unos buenos hábitos.
Si tu hijo lo pasa realmente mal al intentar entender o hacer los deberes, puede que haya problemas de aprendizaje, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o dificultades visuales o auditivas que interfieran en su progreso.
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