Entender y aceptar un aborto no es fácil. El dolor por la pérdida y el sentimiento de culpa que genera es hasta paralizante.
Sin embargo, son muchas las mamás que han pasado por esta experiencia y que afirman que el bebé que se fue les ha dejado un regalo.
Estoy convencida de ello.
Desde que mi bebé se marchó tuve la sensación de que esta vivencia tan dolorosa no podía ser porque sí, sino que tenía que sacar algo bueno de ella, tenía que servirme para algo.
Ha sido durante el verano, con los testimonios muy intensos de algunas mamás que participan en Mamamorfosis (mira en el capítulo 2 el apartado “entendiendo mi aborto”), las lecturasque he hecho (algunas las he mencionado aquí o aquí) y la meditación, que he podido encontrar respuestas, convirtiendo este dolor en una ocasión de aprendizaje y crecimiento.
Mi bebé me dejó un regalo en forma de enseñanzas. Estas son las cosas que me ha enseñado mi segundo hijo en el poco tiempo que estuvo conmigo…
¿Qué me ha enseñado mi bebé?
(1) A amar de otra manera
A amar de forma más profunda y atemporal, de una manera que va más allá de la presencia física.
Mi bebé no solo me ha dejado tristeza con su partida, también me ha dejado amor, un amor puro y creciente hacia él, hacia F., hacia Sunflower, hacia las personas que me han acompañado en este proceso, hacia mí misma, hacia la vida…
(2) A dar más valor al momento presente
A dar verdadera importancia al aquí y al ahora, que es el único momento real, con el que podemos contar, pues el pasado ya no está, hay que dejarlo atrás y el futuro se desconoce.
Por eso valoro mucho el tiempo que estuvimos juntos, la alegría y la emoción de saberme embarazada de él, pero valoro también cada nuevo instante de mi ahora.
(3) A conocerme más a mí misma
Cualquier crisis es una oportunidad de autoconocimiento y autoaprendizaje.
Esta vivencia me ha permitido, entre otras cosas, darme cuenta que soy más valiente de lo que pensaba, que tengo capacidad de “resiliencia”, y que deseo de verdad, desde dentro, volver a ser madre.
(4) A aceptar que la vida no está bajo mi control
Precisamente para un ego exigente y perfeccionista como el mío, acostumbrado a “controlarlo todo” para que las cosas salgan bien, esta vivencia ha sido como pararle los pies, porque me ha permitido darme cuenta que no todo está bajo mi control, y que la vida fluye por sí misma, a veces ocurren cosas que forman parte de otro proceso, que no tiene por qué ser el mío, y que está bien que sea así…
(5) A perdonarme
Entender lo anterior me ha llevado precisamente a perdonarme. Algo que pude simbolizar también con los rituales de despedida.
Es algo muy común que las madres se sientan culpables por lo sucedido. Yo misma me culpé mucho al principio, aun a pesar de saber que la culpa era como un refugio (cómo alguna vez expliqué en el artículo ¿Y qué hago con el sentimiento de culpa?), pero finalmente pude entender que quizás esa alma que me escogió no estaba preparada para nacer de nuevo en la Tierra, o simplemente que las condiciones no eran las óptimas en ese momento.
(6) A conocer a mi hija Sunflower y a mi marido de otra manera
He aprendido a amarlos más, pero también a redescubrirlos de otra manera, a acompañarlos también en sus procesos de duelo y a estar más presente en nuestros “aquí y ahora”.
(7) A cuidarme más y tenerme más en cuenta
Todo lo anterior es importante, pero esto quizás más. Como alguien me dijo recientemente, para poder cuidar a los demás, tienes que saber cuidarte a ti misma, y mucho más si deseas ser madre.
Y esto, que puede parecer fácil, no lo es en absoluto. Por eso estoy iniciando un nuevo camino en este sentido.
Gracias a mi hijo, creo que ya nunca seré la misma, es como si hubiese ampliado mis límites, he crecido.
Prepararse conscientemente para concebir
Así que inspirada en todos estos aprendizajes, y decidida a cuidarme y prepararme conscientementepara volver a concebir, voy a desarrollar las próximas semanas unos artículos encaminados a la preparación de la mujer para ser madre.
Porque una mujer que desea ser madre (concebir, gestar, parir y criar) de forma consciente, ¿debe prepararse de alguna manera? Creo que sí, que hay una preparación no sólo física, sino también anímica, que puede ayudar.
Y como es un proceso que yo estoy haciendo, lo voy a compartir contigo.
El próximo martes empezamos con la primera publicación…
Y por último, ahora que he acabado la serie de posts relacionados con el proceso de pérdida del embarazo, quiero agradecerte con todo mi corazón, tu acompañamiento silencioso y empático, tus palabras reconfortantes y tu cariño. Nunca lo olvidaré. De hecho, todos los comentarios que me has dedicado (aquí o en Facebook), los he impreso y guardado también en la caja de recuerdosde Leo.
Gracias. Namasté.
<<No es sabio el que sabe dónde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca. – Francisco de Quevedo>>
(La foto de cabecera del post la tomé en Oslo, en el parque de Gustav Vigeland, y me impresionó profundamente.)
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