Cuando dejas a tu bebé, tu preciado hijo en la guardería, piensas en que ese lugar que has estudiado previamente, del que te has asesorado en cuanto a su método pedagógico, formación de las cuidadoras, facilidades y servicios del centro, confías en que tu bebé estará bien protegido bien cuidado.
En general ha sido así con mi bebé, asiste a una guardería pública, que salvo dos inconvenientes en que me he visto en la necesidad de reclamar, mi bebé está a salvo, tranquilo, y cuando lo busco suele estar de muy buen humor. Sin embargo, ocurrió que cuando tenía solo siete meses, comencé a observar que los jueves, siempre estaba una señora que no era alguna de las cuidadoras sentada con él, cuando mi pequeñín me veía lloraba, es lógico, quería a su mamá, y esta señora lucía molesta.
Para aquel entonces, ya me había quedado sin empleo, así que convine con la cuidadora dejar a mi niño solo el tiempo mínimo necesario para mantener la plaza en la guarde y que a mi me diese tiempo de hacer algunas cositas en casa, lo dejaba solo dos horas y media.
Así que un jueves llegué y le pregunté a esta señora que siempre me miraba mal, que quien era, y me respondió la cuidadora que era la pedagoga del centro, a lo que esta inmediatamente espetó, ¿es usted la madre?, "si", - ¡pues su hijo llora mucho, no se adapta, solucionelo, su hijo es infeliz ...!
Me quedé de piedra, ¿a que venía esto?, me explicó la cuidadora que como el niño "lloraba mucho" habían decido pedirle a la pedagoga que le dedicara algunas sesiones a mi peque, aunque no me habían notificado que lo estaban haciendo, es un servicio de las guarderías publicas de Madrid, y debo reconocer que algún caso que conozco, tanto las asesorías pedagógicas y de motricidad han sido muy efectivas.
Siempre pregunto como ha pasado la mañana el niño, siempre me decían que estaba muy bien, lo único era que no se tomaba el bibe, pero no me preocupaba porque para eso lo buscaba antes de las tres horas y así le daba el pecho en casa. La cuestión era que el bebé lloraba cuando llegaba la hora de llevar a dormir al resto, les daban de comer y los acostaban en sus cunitas, en ese ir y venir de las cuidadoras, en algún momento lo dejaban solito, como era pequeñito, si ellas estaban en la habitación de las cunitas o si estaban cambiando pañales, no las veía se asustaba y lloraba.
¿Es un bebé infeliz por esto?, claro que no. Los bebés necesitan cuidados, atención, la raza humana ha sobrevivido, porque el ser humano aprendió a llorar, al ver a nuestras madres que se alejan, al sentirnos solos e indefensos pedimos ayuda.
La pedagoga, de la que cuestiono su autoridad en la materia, me decía que mi hijo de siete meses debía aprender a entretenerse solo, que estaba criando a un niño dependiente, llorón y malcriado, que le estaba haciendo mal. Escuchar a esta señora, era como hablar con cualquier vecina mayor del pueblo, de esas que ferberizaron a sus hijos (Richard Ferber, creó la técnica de sueño infantil y muchos años después pidió perdón al reconocer que estaba equivocado), y lo puedo entender de una señora de edad donde el conocimiento era escaso y no tenían la información ni el deseo de obtenerla como los padres de hoy, pero de alguien que se supone da asesoría porque ha estudiado para esto, me parece inaudito.
Pedí inmediatamente que esta señora se retirara del cuidado de mi hijo, que si notaban algo en su desarrollo me lo comunicaran y ya buscaríamos su padre y yo un especialista adecuado, pero dejé muy claro que si quisiera que mi hijo fuese "independiente", sencillamente habría adoptado a un chico de unos 30 años, con carrera universitaria, empleo, casa, coche y un buen salario, porque honestamente, un bebe de 7 meses no es independiente, depende de mamá y papá, o de quienes estén a su cuidado. Pedí que se retirara la etiqueta de llorón , mi bebé no era un llorón, era un superviviente, si lloraba era porque estaba solo, o porque necesitaba atención, para eso los padres utilizamos los servicios de guardería, para que los niños estén vigilados y cuidados.
Mi hijo no es infeliz, por el contrario, es un niño amado, respetado, criado con apego y sólidos principios, nosotros no dejamos llorar a nuestro hijo por capricho, ni para que aprenda, ni para que se le ensanchen los pulmones, entendemos, que si llora, es porque necesita de nosotros, algo le pasa, y lo atendemos de inmediato. Esa psicología barata de "tienes que dejarlo que llore porque si no no aprende", no va conmigo, con nuestro estilo de crianza.
Es lamentable, que ante la profesionalidad se interpongan los juicios valorativos personales de algunos miembros de los equipos educativos, por eso, los padres debemos estar siempre pendientes, al tanto, preguntando y conociendo el método aplicado, como piensan quienes les cuidan, porque al mas mínimo descuido, se aplican técnicas arcaicas, lamentablemente aún arraigadas en nuestra sociedad, que mas que causar bien, causan daño, aunque en estos centros de juren que los niños a esa edad "no se enteran ni tienen traumas".