Riesgos del tratamiento in vitro
A continuación se detallan algunos de los principales riesgos que conlleva un tratamiento in vitro.
Síndrome de hiperestimulación ovárica: inyectarse medicamentos como el citrato de clomífero o la hormona gonadotropina puede propiciar la aparición del síndrome de hiperestimulación ovárica. Algunos de los síntomas que provoca son el dolor e hinchazón abdominal, diarrea y vómito.
Embarazo múltiple: en el proceso de fecundación in vitro suelen transferirse varios embriones, y en muchas ocasiones se implantan más de uno. Por este motivo, la madre puede correr cierto riesgo durante el parto.
Cáncer ovárico: el uso de medicamentos para estimular la producción de óvulos puede incrementar el riesgo de contraer cáncer de ovarios.
Complicación en la extracción de ovocitos: pese a no ser muy común, en ocasiones la aguja de succión utilizada para extraer los ovocitos puede llegar a causar infecciones o daños en los intestinos y la vejiga.
Parto prematuro: Según diferentes estudios y clínicas, el tratamiento de reproducción asistida aumenta ligeramente el riesgo de nacimiento prematuro y del nacimiento con un peso inferior a la media.
Embarazo ectópico: aproximadamente un 2% de mujeres que recurren a la FIV tienen un embarazo ectópico. Es decir, existe el riesgo de que el embarazo se produzca fuera del útero.
Defectos congénitos: el tratamiento in vitro puede incrementar la posibilidad de que el bebé tenga defectos de nacimiento como enfermedades cardiacas o del sistema digestivo, entre otras. Sin embargo, no existe una evidencia directa que lo compruebe.
Para acabar, resaltar que cualquier embarazo conlleva riesgos tanto para la madre como para el bebé. Por este motivo, si deseas realizar un tratamiento de fecundación in vitro, la mejor opción es consultar a un profesional.
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