He descubierto muchísimas cosas durante el 2014 y han cambiado muchas cosas dentro de mi, pero lo que más valoro sin duda han sido dos cosas: La disciplina positiva y el proceso de coaching en el que he estado inmersa. Han sido dos procesos paralelos e inseparables. Sin el coaching, nunca me habría decidido a convertirme en educadora en disciplina positiva, y sin la disciplina positiva nunca hubiese logrado sentirme tan bien con mis hijos. Cuando descubrí la educación con disciplina positiva parecía que estaba hecha para mi. Sabía que no podía negarme a aprender una forma tan respetuosa de educar a mis hijos, llevaba 4 años incomodísimos de educación, con mis dos pequeñines que adoraba pero que me absorbían la energía como una esponja el agua. ¡No estaba disfrutando de ellos! Y me dolía en el alma pensar que cuando fueran mayores sentiría que no disfruté lo suficiente.
Ahora estoy disfrutando todo lo que yo quiero y como yo quiero. Quizá para otra familia sea poco y para otra sea mucho, pero es justo como yo lo quiero.
¡Soy feliz! Hay momentos malísimos. Hay momentos en los que echaría a correr, o me metería en la cama otra vez, pero sé que solo son eso, momentos, que pasarán y que me ayudarán a aprender algo.
Deseo seguir aprendiendo muchísimo durante este 2015 y deseo poder ayudar a muchas familias a conocer la disciplina positiva y a cambiar la relación con sus hijos para que sean más felices.
¡Hasta el año que viene!