A partir de los 6 meses comienza a introducirse la alimentación complementaria desde otros productos, también a demanda, y complementariamente a la leche. Es así como lo sugiere la OMS, pero algunos pediatras dicen que está bien entre los 4 y los 6 meses, y siempre complementario a la leche materna al menos hasta el año de vida.
¿Cómo debe ser esa alimentación complementaria?
Hace algunos años existía la creencia que lo mejor para el bebé era comer papilla, pero luego se puso en duda, ya que consistía un doble trabajo primero acostumbrarlo a la papilla para luego comenzar a introducir trozos. Así que ahora los pediatras en su mayoría recomiendan la ingesta de trozos de comida y de todo tipo de comida.
Obviamente en trocitos que los mismos bebés puedan manejar en laboca, incluso cuando a veces terminen escupidos. Así, el bebé debería probar un alimento por día. Si este alimento es tolerado y no produce alergias o reacciones adversas al día siguiente se puede volver a ingerir. No se le puede dar más de un alimento nuevo por día porque sino, en caso de alergia, no sabremos cuál la produjo. Esto es entonces Baby Led Weaning, el término en inglés usado para la alimentación complementaria, que significa destete dirigido por el niño.
El bebé puede comer cualquier cosa pero sin sal y en lo posible sin azúcar hasta que cumplan un año, estos son sabores que les gustan y pueden hacerlos comer de más. Reemplazar el azúcar por la miel está bien, pero la OMS no la permite sino hasta después del año de edad, porque puede traer botulismo. A menudo los papás tienden a comenzar por las frutas o las verduras cocidas al vapor.
De las verduras las únicas que se desaconsejan son las que poseen mucho nitrato: espinaca, remolacha, nabos y acelgas, aunque están bien a partir de los 12 meses. Aunque los padres ponen mucho esmero en ver qué sería saludable para los niños, nada impide que coman lo mismo que ellos, por ejemplo: ravioles.
En la alimentación complementaria, a los bebés no se los alimenta con una cuchara, solamente al principio lo que pueden hacer los papás es guiarlos para que lleguen con la comida a la boca. Es importante estar con ellos, mirarlos, celebrar cuando consiguen un objetivo, y también se les puede hacer ruido al mascar para que ellos recuerden hacerlo.
Es de esperar que al comienzo hagan un gran desastre en la cocina, tirando la comida por todas partes, así que lo mejor es proveerlo de un gran babero y resignarse a que todo quedará echo un enchastre, ya que al comienzo comen con las manos y harán volar varios trozos de comida. No es necesario poner un plato entero frente a ellos, comienzan comiendo poquito, así que un par de trozo está bien, recuerden que la idea es que se vaya acostumbrando a las texturas, ya recibe suficientes proteínas de la leche. Es normal que quiera tomar teta después de “cada comida”.
Muchos padres se preguntan si los bebés pueden comer carne, y sí, pueden, aunque al comienzo se recomiendan las que son más fáciles de masticar como el pollo. La carne vacuna tiene más colágeno y a veces es un poco más difícil de digerir, pero se le puede dar un poquito con control.
En este momento también se empieza a introducir el agua, ya que antes de los 6 meses no se les ofrece pues obtienen la hidratación por leche materna.
No se asusten si encuentran en las heces del bebé comidas no digeridas: pedazos de brócoli, o cosas de ese tipo, es normal al comienzo, y ya se irán acostumbrando.
El “Baby Led Weaning” o “Alimentación Complementaria” es un proceso lento pero divertido, es un momento para que padres e hijos se rían juntos y disfruten de otro aprendizaje conjunto.
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