Siempre he sido muy básica en cuanto a los alimentos: legumbres, arroz, pasta, verduras, pescados, pollo, ternera…
Yo soy de buen comer, pero siempre he sido muy básica en cuanto a los alimentos: legumbres, arroz, pasta, verduras, pescados, pollo, ternera… pero de repente empezaron a aparecer nuevos alimentos que en la vida había escuchado: quinoa, centeno integral, harina de avena, trigo sarraceno, semillas de lino, aceite y leche de coco, el tan temido aceite de palma, pasta de dátiles como sustituto del azúcar, panela, sirope de arce, ágave… incluso un día tuve que mirar lo que era el AOVE porque fui a hacer una receta y me di cuenta que no tenía hasta que lo miré y descubrí que era Aceite de Oliva Virgen Extra.
Como os digo, yo no salía del sota, caballo, rey y todo esto me ha terminado por agobiar un poco ya que me encontré con que no sabía dónde encontrar muchos de esos alimentos ya que en los supermercados convencionales no los venden. Ya con el tiempo he ido descubriendo que en herbolarios o sitios a granel puedo encontrar de todo pero como son tiendas a las que no he ido nunca ya he tenido que cambiar mis rutinas de compra.
Obsesión con la alimentación sana
Tengo que reconocer que esto de la alimentación sana me ha llegado a obsesionar un poco. Sí, así soy yo. Cuando quiero algo y no lo consigo me agobia. Poco a poco voy teniendo algunos de esos alimentos en casa y procuro que todo lo que tome el peque sea lo más casero posible y lo más sano también aunque si, también le doy alguna galleta, gusanitos y patatas fritas. Ah, y hasta pan blanco de supermercado.
El paso hacia una alimentación 100% sana es lento y hay muchos hábitos que cambiar pero poco a poco lo conseguiré aunque no siempre podré tener tomate frito casero hecho por mi, ni el pan 100% integral, ni bizcochos 100% sin azúcar. Pero desde que nació el peque, muchas cosas han cambiado en casa.
Desde que empezamos con la Alimentación Complementaria, siempre hay fruta, cuando antes no la había. El niño siempre merienda 1 ó 2 piezas de fruta. Los flanes y natillas se han cambiado por yogures naturales que le encantan, aunque para ello le tuviera que “engañar” al principio echando fruta en puré para darle un poco de sabor hasta que fui bajando la cantidad y ya se los comía sin nada. Aunque alguna vez le doy de mi colacao, él siempre desayuna leche sola, sin azúcar ni cacao ni cereales en polvo. Ahora en casa siempre hay brócoli, cuando nunca antes había entrado en mi nevera. Nunca antes había probado las galletas de avena y oye, al peque no le entusiasman pero a los padres les encantan.
Poco a poco voy intentando que todos comamos mejor. Nosotros tampoco comemos tantas pizzas o kebaps como antes. Intento hacer todo también más casero para nosotros y oye, si cuando sea mayor elige comer otras cosas será decisión suya pero intentaré que en la medida de lo posible, coma lo más sano y natural posible.
Cuando te das cuenta que lo has conseguido
Mucha de esta culpa la tienen Diana de marujismo.com, Itzel de Cachito a Cachito y Marta, que con su blog con recetas sanas y saludables y cada miércoles con su podcast, hacen que quiera llevar una vida más saludable para todos y la verdad, es que con el tiempo, me he dado cuenta que no es nada complicado. Hace unos días escribí este tweet en el que yo misma me sorprendía:
Algo está cambiando. Hace un par de años, para preparar algo ultra rápido hubiera comprado una lasaña, ahora he comprado verduras ultracongeladas que gracias a @CocinadLasideas y @madresfera sabemos que no pierden tantas propiedades como pensamos. Gracias pic.twitter.com/GawJ8ykbaN
— Paseando con Eloy (@paseandoconeloy) January 25, 2018
o este:
Lo que puede parecer un bocadillo de Nocilla, es una arepa de maiz receta de @cachitoAcachito https://t.co/eNCX0jwMiV y Nocilla casera con muy poquito azúcar receta de @marujismo https://t.co/wo47Ww9bkG
El peque lo está disfrutando mucho. Rico rico pic.twitter.com/k4hdAy2sUg
— Paseando con Eloy (@paseandoconeloy) January 25, 2018
Si, en esto como en todo en la vida, si queremos cambiar mejor hacerlo poco a poco y sin agobios, que cuando te quieras dar cuenta, se habrá hecho un hábito y será todo mucho más natural.