A lo largo de los siete meses de vida de Mara, os he ido haciendo en este blog una especie de boceto de su personalidad. Y a lo largo de todo este tiempo he ido encontrando en el camino a madres y padres que se sentían muy identificados con la forma de comportarse de la pequeña saltamontes (Así a bote pronto puedo mencionar a Ana y su Monstruito y a Raquel de El diario de tu mami). Últimamente me ha dado por buscar información en internet sobre algunas de las pautas de comportamiento de Maramoto y he llegado a la conclusión de que nuestra bebé es una niña de alta demanda. Hoy trataré un poco superficialmente el concepto y próximamente profundizaremos más de la mano de una entrevista a Mónica San Martín, una de las mayores especialistas sobre el tema en España y autora de varios libros al respecto, el último de los cuales, por cierto, se publica esta semana bajo el título “Crianza de alta demanda: Consejos útiles para la etapa infantil”.
El término de niño de alta demanda lo acuñó el pediatra norteamericano William Sears para definir el comportamiento de su cuarta hija, una niña que requería mucha más atención y cercanía que el resto de sus descendientes para estar calmada. Un bebé de alta demanda es un bebé completamente normal, sólo que requiere mucho más brazos y mucho más contacto físico que otros de su misma edad. Diríamos que son aquellos bebés que los que desconocen este concepto no tardarían en calificar de enmadrados (¿Os acordáis del post “Esa niña lo que está es enmadrada”?) o malcriados. Y por si esto fuese poco, para hacerte saber que no eres buen padre o madre, te bombardearán con consejos del tipo: “Acostúmbrala a ir en la sillita, aunque no quiera, porque luego vas a ver” o “Claro, cógela en brazos. Esa niña hace lo quiere con vosotros. Os torea”.
En fin… Después de indagar en varias webs, os pongo a continuación una serie de características comunes a todos los niños de alta demanda. De esta forma podemos empezar a esbozar un retrato robot de su personalidad que completaremos en breve con la entrevista a Mónica San Martín
1. Un niño de alta demanda nace, no se hace: Desde que llega al mundo es así. No es que se acostumbre a estar siempre en brazos, como nos han dicho a nosotros. Es que lo necesita desde el momento de su aterrizaje en el mundo. Qué os voy a contar de las dos primeras noches en el Hospital… La mamá jefa no pegó ojo. Ni en esas dos noches ni en todo el primer mes. Una de las características más comunes es que estos bebés llegan al mundo con los ojos bien abiertos. Y siempre van con ellos así. Como no queriendo perderse detalle del mundo que les rodea.
2. Son muy intensos: Todo lo que hacen lo hacen con mucha intensidad. Se quejan fuerte, lloran fuerte, gritan fuerte, sonríen fuerte, comen con ansia. Y todo ello con urgencia. Con una urgencia exagerada.
3. Son absorbentes: Tienen a sus padres (sobre todo a sus madres) al borde del KO. Quieren estar con ellas todo el tiempo. En parte porque maman con mucha frecuencia en tomas cortas y repetitivas. Y en parte porque son tan sensibles que se despistan por todo. Cualquier cosa les excita. Cualquier ruido les pone alerta.
4. Impredecibles: Esto también lo comenté en un post. Lo que ayer funcionaba, hoy ya no. Hay que reinventarse cada día porque otra de sus características es la tendencia a demostrar su insatisfacción. Cada día hay que probar y probar hasta dar con la tecla.
5. Se despiertan mucho: Tienen un sueño muy ligero, lo que les hace dormir poco y despertarse con frecuencia. Pueden quedarse dormidos en tus brazos y al dejarlos en la cuna para adelantar algo del trabajo doméstico, despertarse a los veinte minutos como si ya hubiesen descansado para todo el día. Sus siestas no suelen durar más de eso, 20 minutos. Y por la noche la cosa sólo mejora si practicas colecho, ya que se sienten arropados y sacian su necesidad continua de piel con piel y contacto físico. Nosotros, principalmente por el miedo de la mamá jefa, nos empeñamos el primer mes en que durmiese en su mini cuna. No pegamos ojo.
6. Son muy activos: No paran nunca y siempre están en marcha queriendo coger esto o lo otro, intentando ponerse de pie, moviendo piernas y manos de forma ininterrumpida… Y si les dejas jugando con algo, se cansan pronto y quieren descubrir algo nuevo. Quizás fruto de esta hiperactividad no soportan estar sentados, así que suelen rechazar de forma sistemática hamacas, carritos y sillitas del coche (ya os conté nuestra experiencia) y prefieren estar en brazos y si puede ser mirando hacia delante, para moverse más y controlar el mundo.
7. No saben calmarse solos: Ni tampoco dormirse. Por eso necesitan la figura materna para conciliar el sueño y sentir que están acompañados mientras duermen. Y por eso también, llegado determinado momento, son tan reacios a pasar de brazo en brazo. Más aún si pierden el contacto visual con sus padres.
8. No son caprichosos: Quiero destacar este punto porque normalmente el comportamiento de estos bebés se suele tachar de caprichoso, pero todo lo contrario. Lo que demandan no es un capricho, sino una necesidad. Ellos necesitan la cercanía y el contacto físico para sentirse bien.
¿Conocíais el concepto de bebé de alta demanda? ¿Reúnen algunas de estas características vuestros niños?