Ahora que ya llevo unos meses trabajando fuera de casa, me he dado cuenta lo pronto que desaparece el subidón de soy la super mamá que tiene todo listo, limpio, preparado, cuida de su ÚNICA hija, está perfecta y trabaja fuera de casa. Realmente este subidón dura dos semanas, que es creo el tiempo en el que duran los armarios llenos de ropa y comida y empiezas a darte cuenta que sólo para hacer la plancha y una comida medianamente sana necesitas un milagro.
Mi hija de dos años y medio creo que a su manera estaba orgullosa y contenta de que su madre tuviese un trabajo. Ahora hay días en los que me abraza y me dice: ” mami eu vou o cole pero ti non traballas ”
El problema, la falta de conciliación, esa palabra que aparece en todas las propagandas electorales, en todas las promesas de los políticos, de las empresas, de los sindicatos,… pero que nadie consigue desarrollarla ni apoyarla para que podamos disfrutar de una vida laboral y familiar medianamente normales.
Desde aquí desearos a todas las mamás que trabajais, o que estudiais o todo a la vez para que no os sintais culpables porque somos un gran ejemplo para que el día de mañana nuestras hijas e hijos vean en las mujeres trabajadoras un ejemplo a seguir de esfuerzo, constancia y sí, de mucho mucho sacrificio.