Las cajas sensoriales son una excelente manera de potenciar el desarrollo de los sentidos, la imaginación, la concentración y la motricidad fina de los niños y niñas sobre todo en Educación Infantil. Es muy interesante debido a la gran cantidad de posibilidades que tienes, unida a la posibilidad de improvisar con materiales que tengamos en clase o en casa y que podemos ir cambiando cada cierto tiempo (teniendo en cuenta las estaciones, temáticas: la playa, los colores, etc.) para sorprender a nuestros peques con nuevas texturas, sonidos, colores y formas.
¿Cómo se preparan?
Elegir un recipiente contenedor: Puede ser una caja de plástico, de zapatos, bandejas, fuentes… y pueden ser de diversos tamaños.
Elegir un elemento base: Será el elemento con el que cubriremos mayormente el recipiente. Por nombrar algunos, arroz, arena, agua, semillas, espuma de afeitar, perlas hidrogel, etc. Hay mil y una posibilidades con las que rellenarlas y así los niños pueden pasar horas experimentando
Agregar elementos adicionales: los elementos manipulables dependerán de la situación que queramos crear. Podemos preparar nuestra caja sensorial inspirada en una temática que puede ser: las estaciones, la playa, los colores, un libro etc. En este caso, las cajas sensoriales que os presento son de: ¡El otoño!
¿Qué objetivos se pueden conseguir con estas cajas sensoriales?
Adquirir habilidades perceptivo-motoras mientras se explora y descubre.
Favorecer la coordinación óculo-manual.
Trabajar la motricidad.
Propiciar habilidades de juego.
Desarrollar habilidades sociales al trabajar en equipo.
Asociar objetos a temáticas, estaciones del año, lugares como la playa, etc.
Aprender jugando, sintiendo y experimentando.
¿A qué edad puedo utilizarlas?
Se pueden empezar a presentar desde que un bebé se aguanta sentado, es decir, alrededor de los 6 meses y se pueden seguir utilizando incluso en los primeros cursos de primaria para introducir aprendizajes de lengua, matemáticas o ciencias. No existe un límite de edad, mientras veas que tus alumnos se interesan por ellas y les sirve para seguir aprendiendo.
Si te animas, además puedes incluir también el sentido del olfato perfumando objetos que coloques dentro o el deloído incluyendo objetos que suenen como cascabeles, maracas, pequeñas cajitas de música, matasuegras, silbatos, etc.
De cualquier forma y con cualquier material que introduzcas vas a conseguir desarrollar los sentidos y estimular el cerebro a la vez que les ayudas a adquirir vocabulario, conceptos, desarrollar su motricidad o simplemente conectar con otras personas y desarrollar el juego cooperativo.
Aprender utilizando los sentidos es algo que desarrolla la capacidad de conocer el propio cuerpo, sus sensaciones, desarrollar la imaginación y compartir experiencias en un grupo.
Los primeros aprendizajes y los más importantes que realizamos los seres humanos son a través de los sentidos: aprendemos a hablar escuchando, a reconocer objetos chupándolos, a familiarizarnos con nuestro entorno observándolo y miles de experiencias más. Es absurdo dejar de lado esta vía de entrada de aprendizaje en la escuela cuando es algo tan natural y cercano para los niños.
La educación tradicional ha utilizado siempre el oído y la vista como única manera de enseñar y es por ello que decidimos crear una serie de Cajas sensoriales (también utilizadas en la metodología Montessori) para trabajar con nuestros alumnos multisensorialmente y provocar el aprendizaje de una manera distinta, pero… significativa.
* Las cajas sensoriales que aquí os muestro han sido creadas por los niños y los papás y mamás del cole en el que trabajo. Así que desde aquí os quiero dar las GRACIAS por dejarme disfrutar de estas auténticas maravillas.