Cumplir siete años es un momento muy importante. Siete años es el tiempo que tarda el cuerpo humano en renovar todas sus células.
Si tu hijo o hija está próximo a cumplir 7 años, seguro que lo vives parecido; De repente aquel bebé pequeñín que recordamos emocionadas, ha crecido, y se ha transformado en un hermoso niño/a con su propia luz, como aquel brote que se convierte en un joven árbol que ya empieza a vislumbrar el magnífico roble que algún día será.
El gran significado del séptimo año
Con la llegada de los 7 años finaliza una pequeña revolución externa e interna en el niño/a.
Desde el inicio del cambio de dientes (entre los cinco años y los siete), el niño/a ha hecho un gran trabajo de transformación en su cuerpo físico y ahora ya está preparado para dar un salto hacia un nuevo mundo de aventuras y aprendizaje.
Cuando era más pequeño lo impulsaban principalmente el juego y la imitación, pero ahora entra en el reino del aprendizaje a través de sus sentimientos.
Es así como el niño/a de 7 años empieza a sentirse parte del mundo. Su mirada está expectante hacia el afuera.
La primera pubertad
Es una época de grandes cambios, porque todo cambia: su físico, su esfera emocional, intelectual, social… Cambia su cuerpo, su conciencia y su conexión con el mundo.
Hasta este momento el niño/a vivía totalmente bajo el amparo protector del hogar, y sin embargo ahora hasta sus propias piernas, más largas y esbeltas, le llevan hacia el afuera, hacia el mundo, comenzando a desenvolverse su vida emotiva.
Por eso en la pedagogía Waldorf a este momento se le conoce como la “primera pubertad”.
En el post la metamorfosis de los 6 años ya te expliqué en profundidad los cambios que viven los niños y niñas en este periodo, y quizás los que menos tenemos en cuenta pero que son muy importantes son los cambios que se producen en su vida interna y en su pensamiento.
En busca de su propia identidad
Un niño/a de 7 años empieza a construir su mundo interno, creando imágenes internas y representaciones, como cuando los adultos soñamos despiertos.
Se abre a la palabra, quiere que le contemos qué cosas hay en el mundo, para qué sirven y qué funciones tienen, y a la vez empieza a ser consciente de las palabras de los demás y de cómo se siente respecto a ellas.
Empieza una búsqueda de su propia identidad, que está separada de la de sus padres (su rol en la familia, en la escuela, en la comunidad…). Empieza a desarrollar sus propias opiniones, a desarrollar su “yo”.
¡Es un momento tan bello! Finaliza una etapa increíble (de 0 a 7 años) en la que con mucha implicación y presencia de mamá y papá se han asentado las bases de su yo futuro, y ahora es comenzar una etapa totalmente nueva, de expansión, de crecimiento, dando un paso hacia el mundo externo. ¡Y esto merece ser nombrado y celebrado!
Celebrando el primer septenio
Por eso para nosotros celebrar los 7 años de Sunflower fue algo muy significativo.
Teníamos muchos motivos para celebrar (primer septenio, convertirse en hermana mayor, cambio de cole,…), así que queríamos organizar una fiesta diferente y mágica, y ella quería una gran fiesta en la playa. Así que invitamos a todas las personas que han tenido un papel en su vida durante estos primeros siete años y organizamos una hermosa fiesta en la que tuvimos la ayuda del equipo de Froggies Baleares para dinamizarla con juegos respetuosos y conscientes.
Y fue un éxito, todos sus amigos y amigas que acudieron a la fiesta participaron con gran entusiasmo en todas sus propuestas. Las mamás y papás estaban encantados con este tipo de juego y animación para la fiesta y lo más importante Sunflower ¡estaba feliz, feliz!
Gracias a todo el equipo de Froggies por por ayudarnos a que la fiesta fuese tan especial. ¿Cómo celebraste el primer septenio de tu hijo o hija?
Cuando un niño puede relacionar lo que aprende con sus propias experiencias, su interés vital se despierta, su memoria se activa, y lo aprendido se vuelve suyo. – Rudolf Steiner
Aguamarina