La meta que queremos lograr relacionada con este aspecto es que tu hijo/a se comporte correctamente en la mesa, de manera espontánea y sin ningún tipo de control de las personas adultas.
Para enseñarles a que tengan un comportamiento correcto en la mesa hay que respetar las siguientes pautas:
En primer lugar, antes de que se sienten en la mesa deben ir al lavabo, para evitar tener que levantarse durante la comida. El hecho de levantarse en mitad de la comida se procurará evitar en las primeras edades, y se evitará absolutamente a partir de cierta edad.
El niño o la niña debe tener una posición cómoda, debe llegar perfectamente a la mesa y hacer un uso de los cubiertos sin forzar ninguna postura. Cuando su tamaño lo aconseje, pueden utilizar una silla alta.
Deben centrar su atención en la actividad de la comida, por lo que deberemos evitar el uso de juguetes u otros elementos que les distraigan, como la televisión.
Dado que el ritmo del niño o niña es más lento y necesita la atención de la persona adulta, es aconsejable que coma antes que éstos y cuando son un poco más mayores y han adquirido cierta autonomía, pueden empezar un poco antes. Se irá integrando al ritmo de todos cuando vaya siendo posible pero sin forzarle.
El niño o la niña debe tener cuidado en que no se le caigan los alimentos fuera del plato y si esto ocurre, deberemos proceder a su limpieza cuanto antes para que el niño o la niña no lo vea como normal y empiece a apreciar la higiene durante la comida. Este comportamiento que queremos conseguir está muy relacionado con el comportamiento que tenga el niño o la niña en otros momentos, lugares o situaciones diferentes.
La alimentación está asociada tanto a criterios de salud como a criterios sociales, por lo que debemos concienciarles de que un comportamiento incorrecto en la mesa, puede ser causa de momentos desagradables y de tensión para quienes comparten con él o ella la hora de la comida y que pueden repercutir en las relaciones sociales.
El niño o la niña, además, debe ser consciente de la necesidad que tiene de generalizar este comportamiento a otros entornos diferentes a los habituales (familia y escuela), como muestra de educación y civismo.
A medida que el niño o la niña va creciendo, también lo hace el nivel de exigencia de las personas adultas. Cuando pensemos que un niño o niña, en función de su desarrollo, debe tener adquiridos determinados hábitos, hay que exigirle que lleve a cabo correctamente la actividad, y caso de no ser así, las personas adultas deberán actuar.
Conductas que cabe esperar según cada edad:
De 1 a 3 años
Comen alimentos variados.
Comen solos.
Necesitan ayuda para finalizar.
Les cuesta comer lo que no les gusta.
Requieren uso de babero.
De 3 a 4 años
Aguantan con dificultad sin levantarse de la mesa, pedirán ir al baño.
Habitualmente comen solos.
Se manchan cada vez menos.
De 4 a 5 años
Comen todo lo que se les pone.
Empiezan a utilizar la servilleta.
De 5 a 6 años
Aguantan la comida entera sin ir al baño.
No juegan con la comida.
¿Cómo actuaremos ante las conductas inadecuadas?
Las respuestas que dé la persona adulta ante la conducta incorrecta del niño o niña irán determinadas por la dinámica, horarios y organización tanto de la escuela como de la familia.
Algún ejemplo de conductas que se suelen manifestar en todo este proceso con bastante frecuencia, y ante las que la persona adulta podría responder:
El niño o la niña come despacio. Tendrá que terminar de comer en otro sitio porque hay que limpiar la mesa.
El niño o la niña deja la mesa muy sucia. Deberá ayudar a limpiarla para que tome conciencia que no debe mancharla tanto.
No le gusta la comida. Como ni en casa ni en la escuela se pueden hacer varios menús para los gustos individuales, se podrá reducir un poco la ingesta de ese alimento, pero nunca suprimirlo de su dieta.
El niño o la niña se levanta de la mesa. Podemos hacerle ver que creemos que ha terminado y por tanto le retiramos el plato de la mesa, deberá terminar en otro sitio.¿Cuándo debe empezar el niño o la niña a utilizar los cubiertos?
El uso de los cubiertos es más importante desde el punto de vista social y poco importante desde el punto de vista de la salud del niño o niña, siempre y cuando el hecho de no saber utilizar los cubiertos no sea debido a que sigue tomando alimentos de una forma que es más correcta en edades tempranas.
Cuando programamos este aspecto pretendemos que la niña o el niño maneje los cubiertos adecuados para cada alimento con corrección, sin riesgo posible.
Es importante que para que lleguen a ser autónomos, utilicen los cubiertos para todos los alimentos, pero esto en ocasiones preocupa a padres, madres, educadoras y educadores por el posible riesgo que puede entrañar el uso del tenedor o cuchillo.
Tendremos que tener en cuenta la edad del niño o niña, que haya adquirido un dominio motor que le permita el uso de los cubiertos, haciéndole autónomo y ofreciéndole una mayor seguridad en sus posibilidades. No obstante, hay que hacer conscientes a niños y niñas de la responsabilidad que exige la utilización de los cubiertos y la importancia de su uso.
El primer paso que seguiremos será enseñarles cómo deben coger los cubiertos y para qué alimentos son adecuados. Al principio sólo valoraremos la intención y el hecho de que intente su uso más que los resultados obtenidos.
Se le ayudará en muchas ocasiones, ya que siempre estaremos condicionados por su dominio motor, y se les permitirá que utilicen como ayuda su otra mano. En muchas ocasiones, el niño o la niña se hacen cómodos y solicitan ayuda a las personas adultas aunque sepan manejar los utensilios, pero la persona adulta no debe hacerlo. Sólo cuando les presentemos un alimento que les resulta desconocido, podremos ayudarles para enseñarles cómo lo deben hacer.
De 1 a 3 años
Utilizan con cierta precisión el tenedor.
Utilizan la cuchara para alimentos pastosos.
De 3 a 4 años
Usan correctamente el tenedor.
Usan aceptablemente la cuchara.
De 4 a 5 años
Usan correctamente la cuchara.
Empiezan a utilizar el cuchillo para alimentos blandos.
De 5 a 6 años
Controlan el uso de todos los cubiertos.
Coordinan con dificultad el uso del tenedor y el cuchillo.
La práctica del uso de los cubiertos es lo que logrará que el niño o la niña los utilice correctamente, por ello deberemos dejar que la niño o el niño actúe y le iremos corrigiendo sólo cuando los utilice de manera inadecuada.
Aunque la utilización del cuchillo, en su forma más primitiva, date del período Paleolítico, y la cuchara, de la Edad del Bronce, ni uno ni otro utensilio, al igual que el tenedor, se introdujeron en la mesa, como útiles usuarles, hasta el siglo XVIII.
Como la carne era por entonces el alimento principal, las tajadas, una vez trinchadas, se llevaban a la boca con los dedos. En nuestros días, en cambio, el uso de los cubiertos ha llegado a ser una exigencia rigurosa, y su correcta utilización distingue a las personas bien educadas. Tanto, que el célebre gastrónomo Brillat-Savarin llegó a afirmar:
Lo que distingue al hombre de los animales es el modo de comer.
¿Qué aspectos claves debemos trabajar en relación a la bebida?
Los niños y las niñas adquieren el hábito de beber solos con relativa facilidad. Pero no sólo trataremos de procurar que beban solos cuando lo necesiten, sino que controlen la cantidad de bebida que toman, así como la clase de bebida.
Deberemos enseñarles las bebidas que son más beneficiosas para ellos/as, y las consecuencias que tiene la ingesta de las que no debe consumir.
Es necesario por tanto enseñarles que deben actuar en muchas ocasiones sin tener en cuenta sus gustos o caprichos, argumentándoles que puede ser perjudicial para ellos/as, ya que a estas edades los niños y las niñas no son capaces por sí mismos de saber lo que les resulta conveniente y lo que no.
Desarrollaremos nuestro programa en función de tres aspectos fundamentales:
El control para beber solos y servirse la bebida cuando tengan sed.
Primero enseñaremos al niño o niña cómo tiene que coger el vaso. Al principio utilizará una vaso especial, generalmente con dos asas para que lo pueda coger con facilidad y con las dos manos, después pasará a coger el vaso normal con las dos manos para finalizar cogiéndolo con una sola.
El recipiente que utilicemos para contener la bebida debe ser asequible al tamaño de su mano y debe estar situado a una altura adecuada, para evitar incidentes innecesarios, como el derrame de líquido o caída de la botella, jarra o cartón.
Es importante también que al principio no se llene el vaso, porque pesaría demasiado y podría derramarse la bebida. Si una vez que ha bebido el contenido del vaso sigue teniendo sed, puede servirse otra vez.
El control de la cantidad de bebida.
Hay que tratar que el niño o la niña entiendan que es importante ingerir líquidos pero que tienen que controlar el momento y la cantidad de los mismos.
Deberemos darles pautas para que aprendan a controlarlo solos, que deberán servirse poca cantidad y que cuando beban no deben vaciar el vaso, deben beber a sorbos, poco a poco.
No es conveniente que beban antes de comer, ni mucha cantidad durante las comidas, pues les quedaría la sensación de estar llenos, lo que les llevaría a comer peor.
Tipo de bebida más beneficiosa para el niño o la niña.
Las bebidas necesarias para cubrir las necesidades nutricionales de la niña o niño son:
Leche
Zumo de frutas naturales.
Agua, mejor sin gas.La ingesta de otro tipo de bebidas comercializadas debe hacerse de manera esporádica y de forma controlada. Durante las comidas la bebida que debe ingerir la niña o el niño es agua. No debemos dejar que ingieran bebidas perjudiciales para ellos/as, como bebidas estimulantes o bebidas con un alto componente químico artificial.
De 1 a 3 años
Pueden utilizar el biberón de noche o de forma esporádica.
Beben al principio con un vaso especial y luego con uno normal.
Utilizan las dos manos para agarrar el vaso.
Se mojarán en ocasiones.
De 3 a 4 años
No utilizan el biberón.
Cogen el vaso con una mano.
Beben sin mojarse.
De 4 a 5 años
Se sirven la bebida en un recipiente que no pese demasiado aunque con dificultades.
De 5 a 6 años
Saber servirse líquido de botellas y jarras, aunque en ocasiones tiene accidentes.
¿Cómo podemos hacer que los niños y las niñas participen en preparación de las comidas?
Ayudar a poner y quitar la mesa es una de las principales responsabilidades que niños y niñas pueden asumir en edades tempranas.
Con este aspecto pretendemos conseguir dos objetivos claros:
en primer lugar, que la niña o el niño logren ser autónomos y
en segundo lugar, potenciar su sentido de responsabilidad hacia los demás, educadores, educadoras, compañeras y compañeros en la escuela y miembros de la familia en casa, haciendo que sean capaces de valerse por sí mismos a la vea que colaboran con determinadas tareas.Este proceso no se iniciará hasta que la niña o el niño cumpla los 2-3 años, y no finalizará hasta los 15 o 16, aunque en este tema trataré sólo la edad que nos ocupa (0 a 6 años).
Debemos hacer ver al niño o la niña que se le ayudará mientras solos no puedan resolver una necesidad, pero que deberán colaborar en medida de sus posibilidades cuando vayan dominando las habilidades que se requieren.
No debemos exigirles que colaboren, pero sí deberemos procurar que vayan participando de manera espontánea.
Podemos ir dándole alguna pequeña responsabilidad, tanto en casa como en la escuela, para que vean que pueden ayudar y ser necesarios.
En el supuesto de que la niña o el niño se nieguen a colaborar, es importante que nadie resuelva la tarea por ellos/as y que se den cuenta que los demás se resienten con su actitud.
De 1 a 3 años
No deben entrar en la cocina, aunque empiezan a coger alimentos que estén a su alcance y comérselos.
De 3 a 4 años
Toman cosas sencillas cuando tengan hambre (galletas, pan, agua...)
De 4 a 5 años
Toman la merienda si no la tienen que preparar.
De 5 a 6 años
Pueden untarse el pan o galletas con alimentos pastosos para el desayuno o la merienda (habrá que ayudarles a cortarse el pan).
Ayuda a la persona adula a la preparación de alimentos sencillos.
Espero que todas estas pautas te ayuden en tu día a día con tu hija/o cada vez que haya que sentarse en la mesa.
Bibliografía Apuntes Educación Infantil
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