Así que al final me decidí por hacer una corona de cumpleaños DIY.
Y como tenia tantas cosas por hacer, pensé que si me daba tiempo se la hacía y si no, como no la iba a llevar ni un minuto, pues lo dejábamos para el año siguiente, porque ahora mismo, es imposible ponerle algo en la cabeza.
El único inconveniente que veía, es que a día de hoy, la gran mayoría de coronas de cumpleaños, se hacen en tela, y con la tela hay que coser.
Si tienes una máquina de coser, es un momento…pero en mi caso como no tengo, la cosa se alargaba bastante, y no tenía tiempo suficiente, ni para plantearme el hacerlo.
Entonces recordé, que yo antes hacía detalles de fieltro y que quizás, podía encontrar ejemplos de coronas de cumpleaños hechas en fieltro super chulas.
Y como Pinterest es mi gran aliado en estos casos, empecé a buscar varios ejemplos de coronas de cumpleaños de fieltro, y encontré muchas más opciones de las que pensaba y a cada cual más bonita.No os voy a mentir, el material lo compre en un bazar, porque como ya os digo, era para hacer la gracia, si conseguíamos que se la colocara.
Así que no iba a gastar apenas nada, para que acabara tirada y revolcada por el suelo.
Los materiales que use para hacer una corona de cumpleaños DIY fueron:
2 placas de fieltro de diferentes colores.
Silicona.
Números de fieltro con purpurina.
Cinta de raso pequeña.
1 lápiz.
Regla.
Cinta métrica.
Como veis, el material necesario es mínimo y el tiempo para realizarla también.
En mi caso, aproveche una siesta de la peque para hacerlo (y no es que sean muy largas, nunca pasan de una hora y media).
Lo primero que hice fue medir el diámetro de la cabeza de #littleA, para hacerme una idea del ancho que tenía que tener la corona.
En este caso, el diámetro era de 21 centímetros, así que intente aproximarme a esa medida, para empezarle a dar forma.
Una vez tenía el ancho, empecé a hacer divisiones para saber la cantidad de picos que podía realizar dentro de ese espacio, y en mi caso me salieron 6 picos con una separación de unos 6,5 cm.
Con un lápiz, fui marcando las uniones, para luego hacer las líneas de corte. (En este punto os recomiendo que, si tenéis un lápiz especial para marcar ropa, lo uséis, porque si no, se os pueden ver las marcas).
Hecho esto cogí las medidas de altura de la corona, los picos de una altura de 8 cm, los entrantes de 5,5 cm de alto, y el pico central de 10 cm.
Una vez marcada la forma de la corona, recorte e hice lo mismo con la placa de otro color, añadiéndole 2 cm de margen en toda la parte superior de la corona, para que sobresaliera.
El recorte de la corona más grande lo puse por debajo, y el más pequeño por delante, de manera que se vieran los dos colores.
Antes de pegar las dos caras, entre ellas coloque la cinta de raso, dejando un margen suficiente desde el final de la corona, para poder hacer un lazo.
Una vez colocado todo, lo pegue con silicona caliente (la opción que tenía en mente era pegarlo con pegamento para tejidos, pero si queréis hacerlo rápido, no os lo aconsejo, ya que tarda mucho en secarse).
Acabada la forma de la corona, hice los círculos donde poner el número. En mi caso, para coger la medida, use algo que seguro tenéis en casa, el bote de un potito.
El circulo más grande lo marque con la parte de abajo del bote, y el circulo más pequeño con la boquilla.
Primero pegue los dos círculos, bien colocados y alineados uno encima del otro, y una vez hecho, los coloque de manera que quedaran centrados en la corona.
Una vez seco y pegado todo, le tocaba el turno al número. Como os digo, lo compre en un bazar.
En todos ellos, podéis encontrar unas bolsitas súper chulas con todos los números de varios colores y que además son adhesivos. Así que esa parte simplemente fue, quitar el papel de protección y pegarlo encima del fieltro.
El resultado, mucho mejor de lo que pensaba y la ilusión de la peque, lo mejor.
No se la puso apenas, ya lo sabíamos, pero cuando la vio le encanto, y menos como la tenía que poner, la puso de todas las maneras posibles, pero vamos, que ya se veía venir.
Tenemos la gran suerte que nos dio tregua y conseguimos hacer una foto con ella.
No es que no esté a favor de comprarlas, todo lo contrario, era la primera opción que teníamos en mente…
Pero se cómo es mi hija, y aunque en la mayoría de los casos estas coronas, son reutilizables para varios años, me sabia mal no poderla volver a utilizar el año que viene, porque la había roto o ensuciado y ya no servía.
De esta manera, a día de hoy se la va poniendo cada vez más a menudo y como le gusta tanto, espero que el hecho de tenerla durante el día a día y usarlo como un objeto de juguete, haga que cuando realmente sea su cumpleaños, si podamos comprarle una hecha especialmente para ella.
¿Os ha gustado la idea? ¿Os animáis a hacer una corona de cumpleaños DIY?