Quizás por estas razones funcionen tan bien las redes sociales. Hablamos de nosotros mismos y nos distraen.
“Hablamos en exceso y no escuchamos lo suficiente” (Eduard Punset)
“Muchos de nosotros no escuchamos con la intención de entender. Escuchamos con la intención de responder”. (Stephen Covey)
10 consejos para mejorar nuestra conversación (Celeste Headlee)
No seas multitarea. Y no solo quiero decir que guardes el móvil, la tablet, …, que tienes en las manos. Quiero decir, “estar presente”. Está en “ese” momento. No pienses en la discusión que tuviste con tu jefe o qué vas a hacer de cenar. Si no quieres seguir en la conversación, abandónala, pero no estés mitad presente y mitad ausente.
No seas dogmático. Debes iniciar una conversación suponiendo que tienes algo que aprender. La escucha sincera requiere ponerse uno mismo a un lado. Y a veces eso significa no mostrar las opiniones personales.
Usa preguntas abiertas. Con quién, qué, cuándo, dónde, por qué o cómo.
Sigue el ritmo. Vendrán pensamientos a nuestra mente mientras el otro está hablando y necesitarás expresarlos. No interrumpas, tampoco dejes de escuchar mientras piensas en una maravillosa pregunta, es probable que se pierdan cosas mientras el sujeto habla, no pasa nada.
Si no sabes, di que no lo sabes. Peca de precavido.
Evita equiparar con tus experiencias. No es lo mismo, nunca es lo mismo. Toda experiencia es individual. Y, lo más importante, no está hablando sobre ti.
Procura no ser repetitivo. Es en verdad aburrido y tendemos a hacerlo mucho. Especialmente en conversaciones de trabajo o con nuestros hijos. Cuando tenemos una idea, la seguimos parafraseando una y otra vez. No lo hagas.
Evita los detalles. A la gente no le interesan en qué año, los nombres, las fechas, … A ellos no les importan los detalles. Les importas tú, les importa cómo eres, qué tenéis en común. Así que, olvida los detalles.
Las quejas. Siempre se prefiere oír cosas positivas que críticas y quejas, ¿verdad? Pues aplícalo.
Haz búsquedas, no debates. Invita a explorar puntos de vista, no a descubrir quién tiene razón o quién está equivocado.
Esta no es la última, pero es la más importante: Escucha. No puedo decirte cuántas personas ilustres han dicho que “escuchar tal vez sea la capacidad más importante que podrían desarrollar”. Hay que tener una escucha generosa.