La autoestima infantil es una pieza clave en la felicidad de los hijos. Para todo padre y madre la prioridad es ayudarlos a enfrentar la vida, proveerlos de lo necesario, y contribuir a su bienestar emocional.
Sin embrago, aunque el objetivo es claro, la mayoría de veces surgen dudas al momento de plantearnos cómo lograrlo o si lo estaremos haciendo bien.
Para que un niño sea un adulto responsable y feliz, es indispensable que desarrolle un sentimiento de aprecio por sí mismo y, por ende, por sus responsabilidades, su entorno y las personas que le rodean.
¿En qué consiste la autoestima infantil?
La autoestima infantil se refiere al valor que el niño percibe de sí mismo. Es decir, la valoración (positiva o negativa) que puede tener de sus propias características personales: talentos, rasgos físicos, capacidades, fracasos, debilidades, etc.
El factor fundamental para que el niño desarrolle una autoestima sana, reside en el hecho de sentirse querido.
No basta sólo con quererlos, sino que en efecto, los niños reciban y sientan ese cariño. Por ello es muy importante analizar la forma en que les comunicamos nuestro afecto.
Esencialmente, la autoestima infantil se basa en:
Aceptación: que el niño(a) se sienta merecedor de cariño, importante para los demás, y perciba sus diferencias como singularidades que le hacen especial.
Vínculos Afectivos: que el niño se sienta perteneciente al grupo (familia, escuela, amigos), dónde pueda comunicarse abiertamente y en el que puede ser útil.
Valores Familiares: que el niño rija su conducta por normas e ideales que le hagan sentido, cultiven su identidad, y promuevan los buenos tratos hacia sí mismo y los demás.
¿Cómo fortalecer la autoestima infantil?
Para que el niño desarrolle una buena autoestima, necesita dos cosas por parte de sus padres: cariño y límites.
El cariño los hace sentirse aceptados, y los límites les proporcionan un sentimiento de seguridad. Es decir, la sensación de ser querido por lo que es, y que lo que hace está bien hecho.
El equilibro de estos factores es fundamental. Una crianza basada sólo en aceptación, da como resultado “niños rabieta” y sobreprotegidos. Y un exceso de límites estimula una actitud sumisa y/o agresiva.
Acerca del cariño
Tiempo de Calidad, más que cantidad, es importante dedicar un tiempo exclusivo para ellos, aunque sea breve: compartir experiencias, apoyarlos en las actividades escolares y/o divertirse.
Disponibilidad, estar accesibles y hacerles saber que pueden expresarnos sus dudas e inquietudes.
Escucha activa, demostrarles que les prestamos total atención cuando acuden a nosotros.
Alentarlos, en base a sus capacidades y preferencias, y no en nuestras expectativas o deseos personales.
Sinceridad, compartir nuestras opiniones y manera de pensar de manera abierta y honesta, sin tabúes o prejuicios.
Respetar, entender que pueden tener opiniones, gustos y formas de pensar distintas a las nuestras.
No etiquetarlos: evitar sobrenombres, apodos o señalar de forma irónica sus fallas o características, incluso si es “en broma” o “de cariño”, especialmente en presencia de otros.
No compararlos: con hermanos, primos, compañeros de clase u otros niños del vecindario. Evitar frases del tipo: “Si fueras tan estudioso como…” o “Fulanito si puede”, etc.
Sobre los Límites
La finalidad de los límites es proporcionar al niño un sentimiento de seguridad y protección. Lo que sólo puede lograrse mediante un entorno bien estructurado, que facilite la convivencia y organización de la familia.
Unos límites y normas eficaces son:
Congruentes: por parte de madre y padre, se analizan y acuerdan en privado, para posteriormente apegarse a su cumplimiento.
Específicos y sencillos: Normas simples y concretas, que den a entender al niño de forma sencilla su funcionamiento y las consecuencias de su incumplimiento.
Valorados, tomando en cuenta la opinión de los hijos y observando su progreso.
Respetuosos, orientados a fomentar la autonomía y autoestima del niño, castigan o premian los actos, nunca a la persona.
Realistas y Negociables, de acuerdo a los alcances y capacidades reales del niño, lo que facilitará su comprensión y el deseo de cumplirlos.
Flexibles, ante todo tomando en cuenta el contexto o las circunstancias, cuando se considera la posibilidad de hacer excepciones.
Créditos
Autor(es): Isabel Bellver Vázquez-Dodero
Título: Cómo promover la autoestima de nuestros hijos e hijas
Editores: CEAPA
Recuperado de: CEAPA
Año: 50. Páginas: 2014.
Categoría: Psicología del niño
PREVIEW: Autoestima Infantil
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Consulta la publicación original: "Cómo promover la autoestima infantil" de Ayuda Psicológica en Línea.