Llevo mucho tiempo en esto que se llama blogosfera maternal. Tanto tiempo que cuando abrí el blog ni siquiera existía, al menos no como la conocemos ahora, por lo que al menos para mi, y tal y como se define en el título, esto de tener un blog también era una aventura.
Lo cierto es que cuando abrí el blog mi única intención era dejar constancia de mi embarazo, como si se tratara de un diario, no tenía expectativas de seguir más allá. Pero una vez di a luz y plantearme por un momento qué lugar ocupaba mi maternidad en el blog, y qué lugar ocupaba el blog en mi vida, decidí que no había ningún motivo para no continuar con él.
Sí, la temática ya no sería la aventura de mi embarazo pero bueno, podía permitirme la licencia de que el título persistiera de manera simbólica y, aún así, quién me iba a decir que este espacio no sería en un futuro testigo de un nuevo embarazo. Y lo fue, vaya si lo fue, en estas páginas virtuales hay nada menos que la historia de tres embarazos.
Ese niño que me motivó a abrir el blog cuando me enteré que era un pequeño embrión dentro de mi ahora tiene 7 años. Y sí, no puedo negar que en cierta manera, en lo que a él respecta ya no hablo tanto. Pero también porque el blog me ha dado lugar a no centrarme tan solo en embarazo y maternidad, es un espacio para volcar mis pensamientos en general, además de que al tener más de un hijo en diferentes etapas son muchos los temas que se pueden tocar... De hecho suelo tener la sensación de que no hablo ni de la mitad de cosas que me gustaría por falta de tiempo, sobre todo.
Lo que sí tengo patente es que, a más crecen mis hijos, sobre todo el mayor, aunque no quiero dejar de hablar de temas relacionadas con esta etapa de su vida, que son muchos, sí es verdad que prefiero dar menos detalles, personalizar menos. Creo que estamos en el momento a partir del cual todo lo que diga públicamente de él puede afectarle, en mayor o menor medida, y no quisiera que se me fuera de las manos. Aunque tengo la fortuna de recibir comentarios muy respetuosos, mi experiencia como lectora de blogs maternales, y participante de foros, grupos y etc... es que hay gente que no le importa soltar una burrada de opinión a pesar de estar hablando de un niño.
Ya no es que yo lo lea y me afecte más o menos, es que mi hijo comienza a ser consciente de que su madre tiene un blog donde habla de su vida como madre y de ellos, un blog que puede y tiene todo el derecho a leer, por lo que me gustaría que lo que leyera sea positivo para él. Así que me toca tener tacto y calibrar bien los temas, las palabras, los matices.
En mi caso, además, hay que tener en cuenta de que he sido robada/plagiada de todas las maneras posibles. Eso influye mucho en el blog en general, en el tratamiento de ciertos temas y sobre todo las imágenes. Me han robado fotos que han usado como propias, me han robado partes de textos, me han copiado medio blog literalmente, he visto cómo en perfiles personales de Facebook han usado palabras mías como si fueran propias y eso, además de jorobar bien, hace plantearme la dimensión que alcanza lo que escribo y el uso que puedan hacer de ello.
De todas maneras hay mil y una maneras de darle vida al blog a pesar de que tus hijos crezcan y no quieras personalizar tanto o entrar en detalles que pueda afectar de alguna manera su vida. Deberes, estudios, rutinas, actividades extraescolares, actividades en familia, juegos, juguetes, libros, entretenimiento, cambios de comportamiento, pre y adolescencia, educación... Es imposible que se agoten los temas, así que el dar por finalizado el blog cuando los niños crecen es más una cuestión personal, de querer cerrar una etapa, de no encontrar motivación para seguir como venías haciendo hasta ahora, que de interés y contenido en sí.
El hecho de tener hijos de diferentes edades a mi personalmente me ha motivado a seguir escribiendo, compaginando crianza con educación, la primera con la segunda infancia, seguir hablando de embarazo o lactancia materna a la vez que hablo del comienzo de la educación primaria o los terribles dos años. Además, la experiencia me hace adquirir perspectiva y añadir matices a mis ideas, creencias o manera de proceder iniciales.
Creo que sí es importante seguir dando visibilidad a la crianza y educación de los hijos más allá de sus primeros años de vida porque a medida que crecen, los problemas también lo hacen. Necesitamos no se si un punto de apoyo pero al menos información, experiencias, puntos de vistas que nos ayuden a afrontar las diferentes etapas de la vida de nuestros hijos y capear las dificultades que se presenten, o al menos intentarlo. Tener en nuestro poder las máximas herramientas posibles ante los diferentes problemas que se puedan plantear.
Y es que puedes buscar desesperadamente información sobre qué hacer cuando se te plantean temas como:
te cuesta que sea responsable con sus estudios
se exige demasiado y no sabes cómo ayudarle
está en una época rebelde y de pre-adolescencia insoportable
tu hijo sufre acoso escolar
se junta con compañías poco deseables
tiene dudas de identidad sexual; comienza a explorar su sexualidad
sufre un cambio de personalidad, de ser un niño tranquilo y dócil a volverse desafiante
inicia su primera relación sentimental
cómo abordar el tema de la anticoncepción y la prevención de ETS
quiere llevar piercings, tatuajes, definir su estilo personal vistiendo
sufre problemas de alimentación como anorexia o bulimia.
Experiencias con campamentos de verano, viajes para estudiar idiomas, técnicas de estudio, el uso de las primeras gafas para la vista, ortodoncia, cómo contarle que los Reyes Magos no existen, qué regalar por su cumpleaños o reyes a un niño que ya no quiere juguetes, cómo celebrar el cumpleaños a los 7, 9 u 11 años.... ¿De verdad nos creemos que los temas se acaban al cumplir los 6 años? Más bien diría que recién acaban de empezar.
Si te pones a buscar en la red sobre hijos, abunda la información sobre los bebés, la primera infancia, hay un bombardeo total y absoluto. A partir de cierta edad, yo diría que está bien establecido entorno a los 6 años, parece que ya se criaran solos porque no se encuentra ese bombardeo de información, hay que buscar muy mucho y por temas específicos para seguir nutriéndote de información. Y los blogs somos referencia, está demostradísimo que las madres (y padres) confiamos en las madres (y padres), no buscamos información oficial, que esa es relativamente fácil obtenerla, sino experiencias propias, sentirnos identificadas con otras madres, saber qué le funciona a una, qué no le funciona a otra, incluso conocer experiencias que a ti no te tocan en absoluto pero con las que aprendes igualmente y que te ayudan a estar preparada si algún día te toca vivirlas.
Tras siete años criando y educando, si hay algo que tengo meridianamente claro es que lo difícil en esto de criar viene precisamente ahora, viendo lo que tengo entre manos me río yo de los tres primeros años, que para mi han sido gloria bendita comparado con lo de ahora. Y las madres y padres venider@s estoy segura de que agradecerán seguir encontrando información, experiencia y referencias para afrontar la educación de sus hijos, que también crecen.
Hay vida después de los seis años" es una iniciativa en la que queremos implicar al mayor número posible de blogs con el fin de hacer más visibles los problemas y situaciones que viven las familias con niños que han dejado ya atrás la primera infancia. Hijos en edad escolar, preadolescentes, adolescentes... todos tienen cabida aquí. Si estás interesado en aportar tus experiencias sobre el tema propuesto, no tienes más que publicar bajo el hashtag #hayvidadespuesdelos6 el tercer lunes de cada mes.
Os recuerdo que este blog está nominado a los Premios Madresfera en las categorías de EMBARAZO, CRIANZA y PERSONAL.
Si crees que este blog merece tal reconocimiento puedes VOTAR PINCHANDO AQUÍ o en el logo del concurso, con que votes en la CATEGORIA EMBARAZO, es suficiente. Sería el reconocimiento a 8 AÑOS DE TRAYECTORIA, ilusión y trabajo plasmados en este blog y me haría muchísima ilusión ser premiada.
Muchísimas gracias porque gracias a ti he llegado hasta aquí :).