Cumpleaños en la piscina de “Pequeño Koala” / entrepapis.com

Admitámoslo, la celebración de cumpleaños se convierte en una tortura cuando te toca asistir cada mes a varios.  Cada vez es más frecuente juntar los cumples de varios amiguitos, por meses, y hacer una única celebración, un único regalo, como os comentamos en nuestro post de cumples y regalos.   Por el bien de los niños, y por el bien de los padres, porque al final estar de pie en un parque de bolas, viendo a los niños chillar y tirarse en plancha uno encima de otro, pues no es muy entretenido…  Los que estáis en etapa bebé no sabéis lo que es aún, pero os queda poco para conocer este apasionante mundo, todo llega.

Parque de bolas de la Escuela de natación “Pequeño Koala”, imagen cedida

Pero cada vez surgen más sitios, más novedades, más innovación en el tema de ocio infantil  y, este fin de semana, hemos descubierto una Escuela de Natación en la que también puedes celebrar el cumpleaños de tu hijo.  Se trata de “Pequeño Kola”, está en Vicálvaro, Madrid, muy cerquita del campus de la Universidad, se puede aparcar bien en la zona en fin de semana, podéis consultar su web en el siguiente enlace.   Como en este caso le tocó a la mamá ir al cumple, porque el peque estaba echando siesta, os voy a contar de manera resumida cómo estaba todo organizado, por si os puede servir de referencia.   En su web tienen 3 tipos de cumples, nosotros íbamos al más completo de todos, duró 3 horas.  Importante, los asistentes deben tener más de 5 años.

Mi hija estuvo nerviosa todo el día, con la mochila puesta desde las 3 de la tarde, ya que hay que llevar bañador, chanclas y gorro.  El cumple empezó a las 5 en punto y, nada más entrar, una monitora les explica a los niños dónde colgar sus mochilas y abrigos, para que puedan entrar directamente al parque de bolas que tienen en el hall.  Me sorprendió la amplitud de las instalaciones, tienen pensado hasta el más mínimo detalle.  Por ejemplo, al lado del parque de bolas hay un espacio habilitado para los hermanos pequeños, con suelo de foam, cocinita para jugar, coches, piezas, muñecos … y televisión para los papis.  Teniendo en cuenta que jugaba el Real Madrid y el Atlético, los papis ya sabéis dónde se quedaron.

Zona habilitada para hermanos pequeños, en Pequeño Koala, imagen cedida

Tras jugar unos 30 minutos, los niños y las mamás pasamos al vestuario, donde les ayudamos a cambiarse para entrar en la piscina.  Está equipado con perchas, duchas, baños, secadores, bancos para sentarse y cambiarles, tronas para sentar a los más peques, todo muy limpio y cómodo.  Las mamás no pudimos pasar a la zona de agua, pero allí había 2 monitores que, de manera lúdica, formaron dos grupos y realizaron un juego para ver cómo se desenvolvían los peques en la piscina.  Como tenían todos 5-6 años, aunque sepan flotar, les pusieron flotadores en la espalda, ya que luego realizaron juegos y pruebas por equipos durante 45 minutos, y así facilitaron que los niños aguantasen tanto tiempo nadando.  Carreras, tirolina, barcas … se lo pasaron pipa, se les oía gritar y reír como locos.

Parque de bolas “Pequeño Koala”, imagen cedida

Cuando salieron del agua, las mamis entramos de nuevo a ayudarles a vestirse, secar el pelo y recoger mochilas.  Entonces, juntaron a los niños por parejas y les llevaron a un centro que hay a la vuelta de la escuela de natación, y que resultó ser un Centro de Educación Infantil también del “Pequeño Koala”.  Es una pena que no estén los dos locales conectados, porque justo empezó a llover, hacía frío e iban con el pelo húmedo, es la única pega que le pusimos las mamis.

Al llegar, los niños entraron en un aula donde estaba preparada la merienda, tenían mucha hambre, comieron pizza,perrito caliente, chuches y, por supuesto, tarta de chocolate.  Los papis podíamos entrar, aunque preferimos quedarnos en un rinconcito donde nos pusieron algo de picoteo y de beber.  Después de soplar las velas, pasaron a los niños a un aula mucho más grande, habilitada como discoteca, hicieron juegos, bailaron ellos, bailamos los padres también … fue todo muy divertido, no parecía que llevásemos 3 horas allí.  Hicieron la entrega de regalos (el monitor recogía el papel y lo iba tirando a la basura, este detalle es de agradecer, lo del papel de los regalos es una tortura!) y, entonces, llegó la piñata, de temática pirata, que no os voy a describir, para no hacer perder el encanto, pero estuvo muy bien.

Los niños salieron encantados y agotados, no pararon, mi hija decía que ella quería volver allí en su cumpleaños …

Esperamos que os haya gustado el post, si os apetece un cumple original, ésta podría ser una opción para los que vivís en Madrid, ¿lo conocéis?.

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