Si tus bebes están aprendiendo a caminar, están en una de las facetas más entrañables y más importantes en la vida de un bebé, pues significa un punto y aparte en su crecimiento. En esta, su primera etapa vital, el niño comienza a desarrollar buena parte de su fuerza motora.En términos siempre generales, un niño comienza a caminar de manera erguida entre los 14 y los 16 meses. Pero en muchas ocasiones esta aptitud se demora hasta los 17.
Depende de diversos factores genéticos y motores. Los primeros pasitos, torpes y con caídas recurrentes, se dan mucho antes, entre los 10 y 12 meses de edad. Si tu hijo no se encuentra entre estos límites no debes preocuparte, sencillamente acude al pediatra, él te dará la respuesta y orientación necesaria.
Reflejo de marchaMuchas veces habrás oído hablar del famoso ‘reflejo de marcha’ de los bebés. Esto no es más que una respuesta motora e instantánea que realiza el bebé en sus primeras semanas de vida, si lo cogemos por debajo de las axilas y le colocamos apoyado sobre cualquier superficie plana. Mediante este acto reflejo el niño, instintivamente, dará unos pasitos hacia delante, pero no confundas esto con el principio de su aprendizaje, pues el reflejo de marcha se le pasará en uno o dos meses y no será hasta mucho más tarde cuando realmente se inicie en la aventura del caminar.
¿A que aún así, es muy gracioso observarlo?El proceso de andar pone en funcionamiento el sistema psicomotor del bebé. Es,por lo general, un proceso lento pero con óptimos resultados que iréis viendo según avanzan las semanas. A los 8 meses es probable que ya quiera incorporarse, pero será necesaria o bien tu ayuda o la de algún mueble o pared, para conseguir estar erguido.Es frecuente que en torno a los 10 meses ya empiecen a doblar sus piernas y flexionar las rodillas adoptando por primera vez la posición de estar sentados, para en el onceavo mes, ser capaces de ponerse en cuclillas, agacharse o caminar siendo sujetos por las manos o los brazos.
A partir de los 16 meses lo más normal es que el niño ya puede caminar sin la necesidad de un apoyo adulto. Aunque tu mirada siempre estará puesta en sus pequeños talones, lo cierto es que te costará asumir que 'esa persona tan pequeñita' haya dejado de ser un bebé para convertirse, poco a poco, en un niño hacia la conquista de su autonomía.
Ya lo ha conseguido: ¡ahora a perfeccionar!
En esta nueva fase los cambios se suceden muy deprisa, sin que apenas te enteres. Una semana será capaz de andar solo de un lado hacia otro, y a la siguiente quizá le sorprendas andando hacia atrás como los cangrejos. !Sus ganas por experimentar serán inagotables!
Subir y bajar escaleras u otro tipo de superficies, serán dos actividades a las que seguramente dediquen mucha atención y tiempo. Irán perfeccionando cada movimiento hasta lograr la soltura adecuada que les permita ser totalmente independientes y empezar a desarrollar nuevos juegos que antes eran indiferentes para ellos. Se dice que es a los 19 meses cuando el niño desarrolla de manera perfecta la marcha. Cuando llegue a los 3 años de edad, todos esos movimientos los realizará de manera natural y espontánea.
¿Cómo estimularle?Quizá ni te lo hayas planteado aún pero los bebés, por muy pequeños que sean y todavía demuestren torpeza al caminar, son más listos y capaces de lo que creemos. Por ello es importante no obligar al niño a que practique si éste no pone un mínimo de atención o interés en hacerlo. Respetar el ritmo de tu hijo a la hora de desempeñar cualquier función es vital para que lo logre sin problemas.
Aunque el niño sea pequeño aún para darse cuenta, está comprobado que sí que puede observar nuestras muestras de enfado u otro tipo de gestos y emociones negativas, por lo que es mejor que no le demuestres quejas o expresiones de frustración si no ves que avanza lo suficiente. Con ello podrías entorpecer su proceso de aprendizaje.Estos consejos no son incompatibles con los refuerzos. Puedes mostrarle a tu bebé que habrá recompensa o premio tras el esfuerzo de vez en cuando. Esto le motivará y reforzará su autoconfianza para continuar aprendiendo.