¿Cuándo debe hacerse la inducción al parto? Sin duda alguna, el momento más esperado de un embarazo es el parto. En la mayoría de los casos, suele ser un momento expontáneo que surge cuando el bebé ya está totalmente preparado para conocer el mundo exterior. Normalmente, comienza con las contracciones que aparecen por sí mismas y se encargan de la dilatación del cuello uterino, además de ayudar al bebé a que comience su descenso.
Sin embargo, a veces, aunque el bebé ya está listo y nosotras también, las contracciones no llegan y en este caso se hace necesario inducir a la futura mamá al parto, para poder ayudarle a dar a luz. Esta inducción se realiza a través de medicamentos o utilizando diversas técnicas médicas. Lo ideal es no tener que recurrir a ello y que la naturaleza sea la que siga su curso, pero si es necesario debemos conocer cómo es la inducción al parto, cuáles son sus posibles riesgos y consecuencias. ¿Los conoces?
Causas de la inducción al parto
Existen distintos factores de riesgo que pueden provocar que sea necesaria la inducción en el parto. Lo más habitual es que el embarazo se prolongue demasiado. Un periodo de gestación dura alrededor de 42 semanas, después de este tiempo, la placenta deja de funcionar lo suficientemente bien para mantener sano al bebé, puesto que la placenta crece en el útero y es la encargada de suministrar alimentos y oxígeno al bebé a través del cordón umbilical. En este caso, se hace necesario que los médicos provoquen el parto a la embarazada.Pueden ocurrir otras múltiples circunstancias. En ocasiones, la placenta se separa del útero, por lo que deja de crecer y realizar su función y se hace necesario que el bebé salga ya. Otras de las causas pueden ser infecciones en el útero, una fuerte hipertensión o problemas de salud, como puedan ser la diabetes. Distintas causas que tienen una solución común, provocar que la mujer tenga a su hijo en el menor plazo posible, por el bien de los dos.
¿Cómo se produce la inducción al parto?
La inducción al parto puede realizarse de muchas formas, tanto de forma natural como a través de la medicina. La única posibilidad que permite una inducción natural del parto es que el saco amniótico de la bolsa del útero esté creciendo y tenga demasiado líquido amniótico. En este caso, el médico simplemente debe insertar suavamente el dedo por el cuello uterino y separar el saco del útero. Probablemente, notes como un leve dolor menstrual o cólico, pero no entraña ningún peligro, puede hacerse incluso en la consulta del médico.Para las demás causas que puedan necesitar la inducción al parto, como la maduración del cuello uterino o la necesidad de contracciones que provoquen la dilatación, se hace necesario la ingesta de medicamentos, pero siempre, por supuesto, indicados por el médico y normalmente cuando ya estamos ingresadas en el hospital esperando a dar luz.
Posibles riesgos en la inducción al parto
A pesar de que la inducción al parto es totalmente necesaria en algunos casos, lo cierto es que puede conllevar diversos riesgos. Por ejemplo, si por algún motivo es importante dar a luz en una fecha determinada y esta fecha difiere una o dos semanas de la fecha natural en que tendríamos que dar a luz, puede que nuestro pequeño se convierta en un prematuro tardío. En principio, no tiene por qué, ocurrirle nada, pero puede que algunos de sus órganos no hayan terminado de desarrollarse correctamente.Por otro lado, algunos medicamentos que se utilizan en la inducción al parto pueden provocar contracciones demasiado fuertes que disminuyan la frecuencia cardíaca del bebé. A pesar de ello, los médicos monitorean minuciosamente a nuestra bebé, por lo que no debemos preocuparnos en exceso.
Por último, es importante saber que en caso de que el parto no comience después de la ruptura de las membranas, tanto el bebé como la futura mamá tienen un mayor riesgo de infección. A pesar de todo, si se hace necesaria la inducción al parto no tengas miedo ni sufras, los médicos saben qué es lo mejor tanto para tí como para tu bebé y si toman esa decisión es porque es la adecuada, no todos los partos son iguales.
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