Es importante que los padres no se preocupen ni pierdan la calma ante las pesadillas, ya que no suele darse durante un tiempo prolongado y es algo completamente normal en la infancia.
Para intentar que los niños duerman mejor sin pesadilla, podemos utilizar algunos métodos como contarles un bonito cuento con final feliz antes de acostarles o que duerman con su muñeco favorito. También es fundamental vigilar lo que los niños ven en la televisión, ya que las imágenes que nos inquietan suelen volver a nuestra mente durante las noches, y crear un hábito de sueño, pues a los peques les afectan los cambios de horarios.
Cuando yo era niña me daba mucho miedo la oscuridad y no llevaba nada bien ese momento del día en el que había que apagar la luz para dormir y tenía que quedarme sola en mi habitación. Así que mis padres me dejaban la lámpara de sobremesa encendida y yo podía dormirme tranquilamente.
En cualquier caso, cuando los niños se despiertan asustados por alguna pesadilla, debemos tranquilizarles hablándoles con una voz calmada y explicándoles que sólo ha sido un sueño.